Volvieron con un bronce
El primer equipo argentino que participó en la competencia mundial de biología sintética iGEM obtuvo medalla de bronce por su proyecto en el certamen disputado del 2 al 5 de noviembre en Boston, Estados Unidos. Todos los integrantes del grupo son de Exactas.
Es la primera vez que un grupo argentino participa de la competencia mundial de biología sintética iGEM y obtiene una medalla de bronce por su proyecto. En este certamen compitieron 190 equipos con más de tres mil participantes de 34 países. Sin ocultar la alegría por todo lo vivido en Boston, Estados Unidos del 2 al 5 de noviembre pasado, el equipo “Buenos Aires” integrado por estudiantes, docentes y graduados de Exactas regresó al país, y dio una charla en la Facultad para contar su experiencia con el fin de entusiasmar a otros para ser parte de esta actividad en 2013.
Satisfacción, orgullo por la labor realizada y entusiasmo por todo lo que puede deparar el futuro fueron algunos los comentarios más señalados por los integrantes del equipo ganador. Ellos son: los estudiantes Alejandra Parreño (biología); Manuel Jiménez (computación); Mario Rugiero (química); Verónica Parrasco (física) y Luciano Morosi (biología). Los biólogos Alan Bush, Alicia Grande y Germán Sabio, a cargo de la supervisión, y Alejandro Nadra e Ignacio Sánchez como instructores.
“El mayor reconocimiento fue haber llegado a la final. De casi 200 equipos en el mundo, sólo 60 lo lograron y de ellos, sólo cinco éramos de Latinoamérica. Nos sorprendió muchísimo todo lo que pudimos hacer en un tiempo bastante acotado. Es notable lo que se puede hacer trabajando en equipo”, resalta Bush y coincide Nadra, quien además relata: “En febrero empezamos a discutir ideas, en marzo nos anotamos en el certamen, y el trabajo experimental fuerte fueron dos meses, en especial en las vacaciones de invierno”. El proyecto presentado “se llamó -puntualiza Sánchez- Ecología Sintética Sintonizable”, y pretendió domesticar levaduras para que cooperaran entre sí e hicieran lo que les ordenaban. “Aparentemente algo logramos”, sonríen.
iGEM (siglas en inglés para máquinas genéticamente modificadas) es un evento clave -de este enfoque biotecnológico novedoso-, que se realiza desde 2004 en Estados Unidos. “La biología sintética –explica Nadra- surgió en Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) como inquietud de los ingenieros por tratar de hacer circuitos electrónicos pero con partes biológicas”. Enseguida, Nadra amplía: “Se proponen cosas, por ahí, descabelladas. Uno de los logros fue un sistema de diagnóstico, que se basa en tomar bacterias y según el color de las heces, se puede deducir cuál es la dolencia”.
Ecos del iGEM
Armar un grupo entre desconocidos de diferentes disciplinas, explicar con mayor detalle en qué consiste la biología sintética, proponer ideas, anotarse en el certamen, conseguir fondos, cumplir con los requisitos burocráticos, concretar el proyecto, alcanzar resultados presentables, superar la fase de clasificación latinoamericana que se hizo en Colombia y obtener así el pasaporte a Boston, para finalmente lograr una medalla de bronce en esta olimpíada internacional; fue algo de lo mucho que hicieron en apenas nueve meses. Y el entusiasmo persiste por este emprendimiento que fue financiado por el Ministerio de Ciencia y la Universidad de las Naciones Unidas, y auspiciado por el Banco de Galicia.
“Al ser el primer grupo de la Argentina que participaba en esto, la ansiedad se potenció. El balance es de lo mejor. Nunca había trabajado en un grupo interdisciplinario”, dice Morosi. A su lado, Jiménez agrega: “Fue increíble, maravilloso. Como todo, hubo miles de problemas, momentos de mucha tensión y muchas horas de estar encerrados en una habitación, pero el balance es muy positivo. A mí me hizo salir del subsuelo del Pabellón I y llegar al II. Encontrarme con que los experimentos (biológicos) llevan tiempo, se trabaja en algo que no sabes cómo funciona. En computación, nosotros trabajamos con algo que sabemos cómo funciona porque lo creó el ser humano. También me llevó a relacionarme con una tecnología que tiene menos de 10 años. Es libre, no está patentada y se puede usar para resolver problemas. Tiene una perspectiva de crecimiento y aplicación increíble”.
Por su parte, Parasco, quien estudia física, destaca que “la experiencia interdisciplinaria fue muy importante”. Es que cada uno a su modo vivió su propio experimento al ser parte de esta competencia.
En el caso de Parreño fue su broche de oro. Es que en medio de los preparativos a iGEM se graduó de bióloga. “Fue mi cierre de carrera. Fue genial. Siempre se habla mucho de cuán aislados estamos dentro de un Departamento en relación con otro. Esto me demostró que personas con distintos puntos de vista pueden abordar una temática y salir productivamente adelante. Ver una Exactas unida, pujante, creativa, que está en lo nuevo y en comunicación con el exterior”, destaca.
Esta olimpíada, que reparte a los distintos equipos el mismo juego de piezas biológicas (el mismo lego) para que en el plazo de un año armen un dispositivo biotecnológico innovador, se realizará de nuevo en 2013, y Nadra invita a todos los que estén interesados en sumarse. Para más detalles pueden visitar la página web
http://igem.com.ar.