La decisión arbitraria del gobierno nacional de eliminar los subsidios PICT constituye un ataque directo al corazón del sistema científico nacional. Los PICT han sido, en el último cuarto de siglo, la herramienta de financiación clave para sostener el trabajo diario de los grupos de investigación. La medida, que afecta a unos 25 mil científicos y 1.200 becarios, parece ser el último paso del cientificidio planificado por la administración libertaria.
