El auditorio del edificio Cero + Infinito de Ciudad Universitaria era casi una muestra de lo que ocurre a diario en esas disciplinas con la participación femenina. Una mayoría de varones se dieron cita para escuchar el panel de mujeres en robótica y tecnología, que abordó la necesidad de acortar la brecha de género en estas áreas.
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La escasa presencia femenina en el ámbito de las ciencias duras y la tecnología es un hecho detectado hace años que, hasta ahora, no se ha logrado modificar. En el marco de la edición 2019 de la Escuela de Ciencias Informáticas se desarrolló un panel, en el cual, las disertantes reflexionaron sobre las causas del fenómeno y expusieron algunas iniciativas para sumar más mujeres en un área dominada por hombres.
A pesar de los avances globales que se han producido a lo largo del siglo pasado en el acceso a la educación superior por parte de las mujeres, estas tienen todavía una escasa representación en las áreas de ciencia y tecnología, tanto en los países en desarrollo como en los industrializados. Aquí la opinión de Gloria Bonder, que está a cargo de diversas iniciativas internacionales en políticas de género en las llamadas ciencias duras.
Carolina Hadad estudió computación en Exactas UBA. A poco de comenzar su carrera, ingresó en una organización que desarrolla aplicaciones para mejorar la vida de sectores vulnerables en todo el mundo. Actualmente, es una de las impulsoras de “Chicas en Tecnología” un colectivo que promueve un mayor acercamiento entre mujeres jóvenes y el ámbito de la informática. En esta entrevista, nos cuenta por qué desechó el estereotipo de programador exitoso para dedicarse a su verdadera vocación: la “programación con impacto social”.
Se llevó a cabo en Ciudad Universitaria la primera reunión de TECNOx, una competencia en la que grupos interdisciplinarios de estudiantes de distintos países de América Latina presentaron proyectos que buscan soluciones, utilizando tecnologías disruptivas, para problemas concretos que sufren sus sociedades. El evento, que contará con sucesivas ediciones, promueve, además, la conformación de una comunidad de innovación en la región.
Aunque todavía parece un asunto de la ciencia ficción, una tecnología incipiente y, por ahora, relativamente poco conocida, preanuncia que no está tan lejos el momento en el que el hogar pueda ser un lugar de producción de casi todo tipo de bienes.