Los que pueden dar el salto
Un estudio analizó la diversidad de coronavirus presentes en los murciélagos de nuestro continente. El objetivo: identificar en cuáles de estos mamíferos alados y en qué regiones geográficas hay mayor riesgo de que el virus salte de una especie a otra. El trabajo aporta información que podría ser útil para prevenir un brote epidémico.
Los murciélagos son mamíferos y, como tales, poseen algunas características que los hacen excepcionales. Una de ellas, tal vez la más obvia, es que tienen alas. Otra, quizás no tan sabida, es que estos bichos alados representan el 20% de la diversidad mamífera del globo; en otras palabras, una de cada cinco especies de mamíferos son murciélagos. Además, después de los roedores, son los mamíferos más abundantes del planeta.
Esta gran cantidad y diversidad de murciélagos los hace ostentar otro récord: “De todos los mamíferos, los murciélagos son los que hospedan al mayor número de especies de coronavirus”, señala Diego Caraballo, investigador del CONICET en el IEGEBA, en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Y explica: “En general, la diversidad de coronavirus se correlaciona con la diversidad de especies de hospedador. Porque cada especie de hospedador es un ambiente distinto para el virus. Entonces, cuantas más variantes del hospedador le ofrecés, más variantes de virus es probable que se desarrollen”.
Existen cuatro géneros de coronavirus: alfa, beta, gamma y delta (no confundir con las variantes del COVID-19). Por ahora, los que han podido dar el salto de especie a los seres humanos fueron los alfa y los beta. De hecho, hay cuatro de ellos (dos alfa y dos beta) que circulan entre nosotros todos los años provocando resfríos, diarreas, neumonías y otros síntomas. Y hay otros tres, que emergieron en los últimos tiempos, que produjeron enfermedades graves: el coronavirus del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS-CoV) en 2002-2003, el coronavirus del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) en 2012, y el SARS-COV-2, que provocó la última pandemia. Estos tres últimos, son betacoronavirus.
De todos los mamíferos, los murciélagos son los que hospedan al mayor número de especies de coronavirus.
“Los coronavirus tienen una tasa de evolución muy acelerada y eso les da la plasticidad que les permite superar las barreras de especies”, acota Caraballo.
Hasta ahora, no había estudios acerca de la diversidad de coronavirus que existen en el continente americano. Tampoco se había analizado cuál era la frecuencia con la que estos virus americanos saltan de una especie a otra. Ahora, un trabajo publicado en la revista científica Microbiology Spectrum brinda ese conocimiento.
Saltos americanos
Antes de ingresar a la carrera de investigador del CONICET, Diego Caraballo, doctor en ciencias biológicas, trabajaba en un laboratorio de vigilancia epidemiológica del Instituto de Zoonosis Luis Pasteur. En ese lugar del Parque Centenario donde atienden los problemas de salud de los animales de compañía, Caraballo analizaba las muestras de tejidos, fluidos y otros materiales orgánicos para ver si encontraba algún virus: “Hacíamos análisis y diagnóstico de virus en los animales, y los coronavirus me resultaban particularmente interesantes; y justo empezó la pandemia”, recuerda.
Entonces, se puso a revisar las bases de datos disponibles en Internet que describían las secuencias genéticas de las distintas especies de coronavirus, en qué huéspedes los habían encontrado y en qué lugares geográficos.
“Suele haber una sobreproducción de datos de secuencias, generadas en laboratorios de vigilancia epidemiológica, pero después hay mucha vacancia en cuanto al análisis. Entonces, se me ocurrió preguntarme acerca de la diversidad de coronavirus en las Américas y, también, cuáles eran los hospedadores donde el salto de especies es más probable. Nadie había reunido toda esa información, como suele suceder”.
Con el objetivo último de poder estimar cuáles son las regiones y los hospedadores donde el salto de especies es más probable, se enfocó en los murciélagos americanos; y confirmó algo que ya se intuía: que estos hospedadores albergan mucha mayor cantidad de especies de alfacoronavirus que de betacoronavirus.
El análisis de los datos ofreció otro resultado significativo: “En América, a diferencia de lo que sucede en el sudeste asiático, los betacoronavirus saltan poco de hospedador. En cambio, los alfacoronavirus saltan mucho entre diferentes géneros de murciélagos. Particularmente, estos saltos se han dado de manera acentuada en la familia de los Filostómidos”.
En América, a diferencia de lo que sucede en el sudeste asiático, los alfacoronavirus saltan mucho entre diferentes géneros de murciélagos.
El investigador aclara que el análisis fue hecho a nivel de género, un nivel más alto que el de especie: “Esto evita la posibilidad de confundir una especie con otra porque, cuando son muy parecidas, hay algo de incertidumbre a la hora de identificarlas”.
Para que un virus salte de una especie a otra -en este caso de un género a otro- tiene que haber contactos que posibiliten esa transmisión: “Está documentado que los distintos géneros de Filostómidos entre los que se producen estos saltos comparten refugios”, apunta Caraballo.
El estudio también mostró que Brasil es el país donde los coronavirus cruzan la barrera de especie más frecuentemente: “Brasil es una de las regiones del mundo con mayor cantidad de especies de murciélagos y de coronavirus, lo que lo convierte en el centro de diversificación tanto de alfa como de betacoronavirus en América”.
Una limitación del trabajo es que, aunque representativos, los datos utilizados para el análisis son de 2021, cuando solo estaban disponibles en 11 de los 35 países del continente. “Por la pandemia, se aumentó el esfuerzo de vigilancia epidemiológica en otros países y se generaron nuevas secuencias de coronavirus. De hecho, en este momento, tenemos en revisión un trabajo en el que incluimos secuencias de Argentina, que cuando escribimos este paper todavía no estaban disponibles”.
En cualquier caso, es el primer estudio que identifica fuentes potenciales de diseminación de coronavirus en América: “Son virus que tienen altos niveles de transmisibilidad y que ya han demostrado ser infectivos en humanos. Identificar los hospedadores y las regiones geográficas donde el riesgo de salto de especies es mayor sirve para estar preparados para un posible brote, para la emergencia de un nuevo virus”.