Grupo de Limnología

Microorganismos acuáticos

El grupo de Limnología dirigido por Irina Izaguirre se dedica al estudio de las comunidades compuestas por algas microscópicas, bacterias y microorganismos flagelados y ciliados que habitan los cuerpos de agua continentales, como lagos, ríos y lagunas. Desean saber qué cambios se producen en ellos cuando cambia la latitud geográfica de su ambiente.

15 Jun 2012 POR

Entrevista a Irina Izaguirre

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Aquietadas las aguas –valga la ironía de la metáfora– en el conflicto por la instalación de la pastera Botnia en la margen vecina del río Uruguay, la problemática de la contaminación de los espejos acuáticos no deja de ser un tema de acuciante actualidad. Del estudio de los aspectos físicos, químicos, hidrológicos y biológicos del agua dulce se ocupa la limnología. Y, si de esta disciplina se trata, Irina Izaguirre y su equipo de investigadores, tienen mucho que aportar desde su grupo de investigación que integra el laboratorio de Limnología del Departamento de Ecología, Genética y Evolución.

“Mi línea de investigación se enmarca en la limnología, es decir el estudio de los cuerpos de agua continentales, como lagos, ríos y lagunas. En particular, mi especialidad es el fitoplancton de agua dulce, que es la comunidad compuesta por algas  microscópicas que viven en la columna de agua”, se presenta Izaguirre. Desde hace aproximadamente diez años, las investigaciones que lleva adelante junto a su equipo incluyen también otros componentes de las tramas tróficas o cadenas alimentarias tanto planctónicas como microbianas, tales como bacterias, flagelados, y ciliados. “Actualmente estoy combinando los estudios de biodiversidad realizados mediante métodos tradicionales, como lo es la microscopía, con análisis moleculares”, comenta.

En el marco de esta línea de investigación, uno de los proyectos que implulsa la investigadora consiste en el estudio de las variaciones latitudinales de estas comunidades de microorganismos en lagos ubicados a lo largo de una transecta Patagónico-Antártica. Dicho de otro modo, los especialistas intentan observar qué cambios se producen en estos organismos, cuando varía la latitud a la que se encuentran los cuerpos de agua en los que habitan. “Nuestro objetivo es encontrar patrones biogeográficos, un aspecto en el cual existe una gran controversia a nivel mundial en el caso de los microorganismos”, explica Izaguirre.

Para eso, el equipo realiza muestreos en los diferentes lagos. “En el caso de los lagos de Antártida, los muestreos los hemos realizado durante campañas de verano previas. A Patagonia vamos todos los años en primavera y verano, y realizamos campañas que duran entre diez días y un mes, en las que recolectamos todas las muestras y realizamos experimentos controlados. Parte de los análisis -aquellos que requieren un tratamiento inmediato- se realizan in situ, pero la mayor parte de ellos los desarrollamos luego en nuestro laboratorio. Aquí llevamos a cabo todos los estudios microscópicos, la mayor parte de los análisis químicos, y también los análisis de biología molecular y otros que requieren equipamiento especializado. Toda la información obtenida se procesa finalmente por medio de distintas técnicas de análisis multivariados”, detalla la investigadora.

Los estudios moleculares realizados por el equipo han permitido obtener muchas secuencias de microorganismos que luego fueron enviadas al GenBank. El GenBank es la base de datos de secuencias genéticas del Instituto Nacional de la Salud (NIH por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, una colección de disponibilidad pública de secuencias de ADN. Algunas de estas secuencias enviadas por el equipo de Izaguirre, en particular las de los organismos de los lagos antárticos, pueden resultar nuevas para la ciencia.

Recolección de muestras

Otra de las líneas de trabajo llevada a cabo por el equipo que encabeza Izaguirre se centra en el estudio de lagunas de la provincia de Buenos Aires. “Actualmente trabajamos en un proyecto financiado por el CONICET, en el que participan investigadores de distintos centros del país. Es un estudio interdisciplinario. Con este proyecto estamos llevando a cabo un monitoreo a largo plazo de lagunas de la Provincia de Buenos Aires ubicadas a lo largo de un gradiente de humedad decreciente. El objetivo principal es conocer las respuestas de los sistemas de lagunas pampeanas a las variables forzantes, tales como cambio o variabilidad climática, cambio en el uso del suelo y otros efectos antropogénicos”, dice Izaguirre.

Algunos ambientes acuáticos que estudian los investigadores sufren los impactos de la actividad humana y presentan signos de eutrofización (aumento de sustancias nutritivas en aguas que provoca un exceso de fitoplancton) o contaminación; por eso varias de las líneas de investigación tienen aspectos aplicados. “En este marco, el conocimiento del funcionamiento de los sistemas es central a la hora de aplicar pautas de manejo o recuperación de ambientes. En nuestro laboratorio hemos trabajado en diferentes aspectos relacionados con estas temáticas. En su momento participamos en el monitoreo que se hizo en el río Uruguay por la instalación de la pastera Botnia; pero también hemos realizado estudios en otros ríos, lagos urbanos y lagunas”, sostiene Izaguirre.

 

Laboratorio de Limnología
(Departamento de Ecología, Genética y Evolución CONICET-UBA)

Laboratorio 44, 4to. piso, Pabellón II, 4576-3300/09  interno 490

Dirección: Dra. Irina Izaguirre

Integrantes: Dra. Luz Allende, Dr. Rodrigo Sinistro, Dra. María Romina Schiaffino, Dra. María Laura Sánchez

Tesistas de doctorado: Lic. Juan Francisco Saad, Lic. Pablo Almada