Chagas

La década ganada

Un grupo de investigación de Exactas UBA evaluó diez años de trabajo ininterrumpido en un municipio chaqueño en el que se dedicaron a controlar la transmisión de la enfermedad de Chagas en viviendas rurales. Los resultados muestran que, aun en condiciones de alta vulnerabilidad social, se puede interrumpir la transmisión doméstica del parásito causante de esta patología, que afecta a un millón y medio de habitantes de la Argentina.

27 May 2021 POR

Corría el año 2007. El municipio de Pampa del Indio, situado en las puertas de El Impenetrable chaqueño, era uno de los lugares de la Argentina con mayor infestación por vinchucas: más del 30 por ciento de las viviendas rurales estaban invadidas por este insecto transmisor de la enfermedad de Chagas.

Es un sitio habitado por criollos y Qom, dos etnias que conviven en condiciones de alta vulnerabilidad social. De hecho, es uno de los municipios del país con mayor proporción de hogares con necesidades básicas insatisfechas.

Hacia allí viajaron, en aquel año, investigadores e investigadoras del Laboratorio de Eco-Epidemiología (LE) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA (Exactas UBA). Con apoyo nacional, provincial y local iniciaron un programa de investigación y control -que se mantuvo a lo largo de todos estos años y que continúa hasta el día de hoy- con el objetivo de eliminar las vinchucas e interrumpir la transmisión doméstica de la enfermedad.

Las numerosas investigaciones efectuadas desde entonces por el grupo de Exactas UBA posibilitaron dirigir eficientemente las fumigaciones y los controles que, hace relativamente muy poco tiempo, lograron eliminar las vinchucas de los hogares de Pampa del Indio.

Ahora, con el conjunto de información reunida durante todo este proceso, decidieron evaluar el estado de situación del municipio en lo referido a la transmisión doméstica: ¿hubo nuevas infecciones por picaduras de vinchucas desde que iniciaron el programa?

Para responder a esta pregunta, analizaron los resultados de los sucesivos estudios de anticuerpos que les habían efectuado a los pobladores de Pampa del Indio durante el período 2007-2017. Querían ver si, quienes habían dado negativo en los análisis de sangre realizados durante los inicios del proyecto, habían permanecido negativos. O sea, que no se hubieran infectado.

La muestra abarcó a 410 personas de 180 casas, el 12 por ciento de las viviendas rurales de todo el municipio. “Las 114 personas que eran seronegativas cuando hicimos los primeros análisis de anticuerpos seguían siendo seronegativas en 2017”, informa Victoria Cardinal, investigadora del CONICET en el LE.

El trabajo, que acaba de publicarse en Plos Neglected Tropical Diseases, se enfocó particularmente en los menores de 16 años. Es decir, personas que habían nacido después del inicio del programa, o pocos años antes del comienzo de las intervenciones.

“La muestra incluía a 102 chicos nacidos después del inicio del programa. De ellos, solamente uno era seropositivo”, señala Cardinal, y aclara: “Cuando analizamos los factores de riesgo para establecer cómo se pudo haber infectado ese chico, comprobamos que la transmisión no había sido a través de las vinchucas, sino que había ocurrido durante el embarazo. Es decir, no fue por transmisión vectorial doméstica sino por transmisión vertical de madre a hijo”.

Para ver si podían extender este resultado, decidieron analizar la totalidad de los estudios efectuados en todo el municipio a lo largo de la década. El conjunto abarcaba el análisis de anticuerpos de unas 4.500 personas: “Ese acumulado reveló que, de los 511 chicos que nacieron después del comienzo de nuestra intervención, solamente había ocho positivos”, cuenta Cardinal. “Estos ocho chicos eran hijos de madres seropositivas, y habíamos comprobado en reiteradas oportunidades a lo largo de estos años que sus viviendas no tenían vinchucas, lo cual indica que aquí tampoco hubo transmisión doméstica sino que la infección ocurrió por transmisión vertical”.

Según la investigadora, “desde que empezamos nuestro trabajo, la prevalencia de infección en los menores de dieciséis años disminuyó entre cuatro y once veces, dependiendo del área analizada. Ahí se ve claramente el efecto protector de la intervención”.

Entusiasmada por los resultados, Cardinal comparte una especulación efectuada por el grupo de trabajo: “Estimamos numéricamente qué habría sucedido si no hubiéramos efectuado esta intervención protectora. Nuestros cálculos indican que, durante la década considerada en este estudio, pudimos evitar que se infectaran cincuenta chicos”.

La investigadora explica que “de los 511 chicos nacidos después de la intervención, los ocho seropositivos representan mucho menos del 3 por ciento, que es uno de los valores que se utilizan internacionalmente para demostrar la interrupción de la transmisión doméstica. Nuestros resultados indican que, aun en condiciones de alta vulnerabilidad, se puede interrumpir la transmisión”.

Cardinal resalta el acompañamiento de los pobladores, el apoyo de la comunidad educativa y de los agentes de atención primaria de la salud, y la continuidad dada al programa por las diferentes gestiones nacionales, provinciales y locales a lo largo de estos años como factores esenciales para el logro alcanzado en Pampa del Indio.

El trabajo publicado lleva la firma de Gustavo Enriquez, Natalia Macchiaverna, Hernán Argibay, María del Pilar Fernández, Alejandra Alvedro, María Sol Gaspe, Ricardo Gürtler y Victoria Cardinal.