Después de más de quince años de trabajo ininterrumpido en el Chaco, un grupo de investigación de Exactas UBA demostró que es posible eliminar las vinchucas de las casas e interrumpir la transmisión del parásito causante de la enfermedad de Chagas.
Ricardo Gürtler
La enfermedad o mal de Chagas es provocada por un parásito que se hospeda en los seres humanos y, también, en ciertos animales. Un grupo de investigación de Exactas UBA demostró que la cantidad de parásitos que se encuentra en la sangre de esos hospedadores sigue un patrón. El hallazgo podría ser útil para lograr mayor efectividad en las acciones de control de la transmisión de la enfermedad.
Un grupo de investigación de Exactas UBA evaluó diez años de trabajo ininterrumpido en un municipio chaqueño en el que se dedicaron a controlar la transmisión de la enfermedad de Chagas en viviendas rurales. Los resultados muestran que, aun en condiciones de alta vulnerabilidad social, se puede interrumpir la transmisión doméstica del parásito causante de esta patología, que afecta a un millón y medio de habitantes de la Argentina.
Por primera vez, un estudio científico consiguió medir rigurosamente la relación que existe entre la posición socio-económica de un hogar y la enfermedad de Chagas. Enfocado en el concepto de vulnerabilidad social, el trabajo muestra las desigualdades en el riesgo de transmisión y aporta una herramienta relevante para asignar eficientemente los recursos.
Son alrededor de quinientas viviendas de pobladores qom en el Chaco, que luego de fumigaciones y controles, lograron quedar libres del agente transmisor de la enfermedad de Chagas, en un trabajo dirigido por científicos de Exactas UBA con apoyo nacional, provincial y local. Los investigadores convocan a no relajar los controles para evitar que el insecto pueda volver.
Un equipo de investigadores analizó la dinámica de las poblaciones de vinchucas, a lo largo de 18 años en cuatro localidades del norte argentino, y demostró que su abundancia varía de acuerdo con la Ley de Taylor. El hallazgo derriba algunos mitos, lleva a repensar las estrategias de control y, principalmente, posibilita anticipar los lugares en donde se producirá un brote. Ahora, los científicos intentan replicar el estudio con el mosquito Aedes aegypti.