Quedan menos de mil individuos reproductores

Un águila en peligro

El águila coronada, una de las especies de aves rapaces de mayor tamaño que vuela los cielos de nuestro país y Sudamérica, se encuentra en riesgo de extinción. Es más, en Uruguay ya ha desaparecido. Estudios realizados en la Argentina muestran que la principal amenaza es el hombre.

17 Jun 2015 POR
Cuando despliega sus alas, el águila coronada puede llegar a alcanzar casi los dos metros de envergadura. A pesar de ser una de las aves de mayor tamaño de la Argentina, no es fácil de observar por la escasa cantidad de ejemplares que habitan nuestro país. Foto: Amira Salom.

Cuando despliega sus alas, el águila coronada puede llegar a alcanzar casi los dos metros de envergadura. A pesar de ser una de las aves de mayor tamaño de la Argentina, no es fácil de observar por la escasa cantidad de ejemplares que habitan nuestro país. Foto: Amira Salom.

 

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“El águila coronada es de las aves rapaces de mayor tamaño que habitan en la Argentina, y está amenazada en el país, así como también a nivel internacional. Ya está extinta en Uruguay. En La Pampa, estudiamos la población de esta especie desde hace más de 10 años, y hallamos que una de las principales amenazas es la persecución por parte del hombre”, advierte José Hernán Sarasola, del Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de La Pampa.

De color gris ceniciento, cuando despliega sus alas puede llegar a alcanzar casi los dos metros de envergadura y pesar unos tres kilos. A pesar de ser una de las aves de mayor tamaño de la Argentina, no es fácil de observar por la escasa cantidad de ejemplares que habitan en las provincias de Tucumán, Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Córdoba, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, La Pampa, Neuquén, Río Negro y Buenos Aires. Asimismo, la población con las limitaciones detectadas se extiende hasta el centro de Brasil, Paraguay y Bolivia.

“En La Pampa usamos emisores satelitales equipados con un GPS para estudiar el águila coronada y así podemos determinar cuánto y hacia dónde se mueven”, describe Sarasola desde Sevilla, España, donde ha viajado por cuestiones de estudio. Los especialistas colocan el dispositivo con un arnés sobre el dorso del animal y luego pueden seguir sus desplazamientos vía internet desde la pantalla de su computadora. “Cuando detectamos que un organismo está estático, nos da el indicio de que algo ha pasado. Y en general es que el animal está muerto. Podemos ir al lugar y constatar su muerte y la causa que la produjo”, señala Sarasola. ¿Cuál es el origen de estos estragos que afectan a estas rapaces? “Una de las principales amenazas es la persecución por parte del hombre, y esta sospecha fue confirmada a partir del estudio con los dispositivos satelitales, porque la mayor parte de los casos encontrados muertos habían sido por impactos de arma de fuego”, destaca el investigador que fue uno de los autores del documental premiado “El águila que llora”.

José Hernán Sarasola junto a Emilia Giusti, estudiante de la carrera Ingeniería en Recursos Naturales y Medio Ambiente en la Universidad Nacional de La Pampa.

José Hernán Sarasola junto a Emilia Giusti, estudiante de la carrera de Ingeniería en Recursos Naturales y Medio Ambiente en la Universidad Nacional de La Pampa.

Suele ser perseguido en áreas rurales porque se teme que ataque a animales de cría como ovejas, aunque según parece, el águila coronada prefiere serpientes, armadillos, peludos y peces a la hora de comer. Por su costumbre de posarse en el tendido eléctrico, también se han hallado casos de ejemplares electrocutados, así como otros murieron ahogados en tanques australianos habituales en el campo. ( Estos hechos que pueden verse en el documental «Que el águila siga volando»).

Relativamente manso, de vida en general solitaria, suele tener una única cría cada año o cada dos años, de acuerdo con distintos estudios. El águila coronada, científicamente conocida como Harpyhaliaetus coronatus, cuenta con una población global estimada en menos de mil individuos reproductores, lo cual la ubica como una especie en peligro de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

“Además de la potencial pérdida de una especie y de la biodiversidad global, cuando se reduce la población de un predador tope, como son las especies de aves rapaces, se producen efectos hacia abajo en las redes tróficas a veces con consecuencias impensadas. Existen estudios –ejemplifica- en el Hemisferio Norte donde la disminución numérica de lobos y pumas permitió aumentar la población de ciervos. Estos se alimentaban de ciertas plantas, las cuales se vieron afectadas en forma indirecta por la ausencia de un predador que controlara la demografía de los herbívoros. Se rompe el equilibrio y tiene un efecto cascada porque se rompen las interacciones hacia abajo en los niveles inferiores de las redes tróficas”, concluye Sarasola.

 

Herido y trasladado al zoo

Aguila_REsta águila coronada juvenil fue baleada y logró ser hallada por los investigadores porque llevaba un emisor satelital. El ave no murió y fue trasladada al Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires. “Allí está en rehabilitación y esperamos que no sea necesario amputarle el ala”, indica José Sarasola sobre el animal que aparece en la foto. Más información sobre trabajos, investigaciones y la situación del aguila coronada en:  http://aguilacoronada.blogspot.com.ar