Proyecto FREPLATA

El Plata a fondo

Un emprendimiento científico conjunto de diversas instituciones de Uruguay y Argentina, que incluye a investigadores de Exactas UBA, se propone confeccionar un mapa actualizado de sedimentos del Río de la Plata, uno de los estuarios más turbios del planeta. El conocimiento obtenido tendrá múltiples aplicaciones.

1 Abr 2014 POR

Entrevista a Claudia Simionato

Descargar archivo MP3 de Claudia Simionato

 

Científicos elaboran un mapa actualizado de los sedimentos que yacen en el fondo y/o flotan en las aguas de uno de los estuarios más turbios del planeta, el Río de la Plata. Conocer esta dinámica permitirá comprender mejor los procesos de erosión costera, el avance de las islas del Delta, la disponibilidad de nutrientes para los peces, además de saber qué ocurre con los contaminantes y aportar datos para las tareas de dragado y mantenimiento de los canales navegables.

“Estamos elaborando un mapa más moderno de los sedimentos de fondo y de superficie del Río de la Plata. Existían algunos pero estaban basados en datos muy dispersos y algo antiguos”, remarca Claudia Simionato, vicedirectora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA/CONICET-UBA) desde la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

Ponerse al día sobre qué ocurre dentro de esa masa de agua color león es uno de los objetivos del proyecto FREPLATA. Es que el “charco” situado entre la Argentina y Uruguay es uno de los principales sistemas fluvio-marítimos del mundo, y en sus orillas viven alrededor de 17 millones de personas, además de concentrarse la mayor parte de la producción industrial de ambos países.

“Desde las décadas del 60 y 70 no se hacía una recolección de datos como la que llevamos adelante recientemente. A lo largo de siete campañas, tomamos muestras de agua y de fondos en 26 puntos diferentes distribuidos por todo el estuario del Plata, desde Buenos Aires hasta Colonia en Uruguay, y desde Puntas Piedras en la Argentina, hasta Montevideo. Este trabajo nos permitió tener una imagen del fondo y el material en suspensión durante distintas épocas del año”, precisa Diego Moreira, quien está ultimando detalles de su tesis doctoral sobre este tema, bajo la dirección de Simionato.

Ellos forman parte del CIMA y Exactas de la UBA, entidades participantes de este Proyecto FREPLATA junto con el Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (IFREMER), el Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental de Uruguay, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero de Argentina, al igual que el Instituto Nacional del Agua y el Servicio de Hidrografía Naval, además del Servicio de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología de la Armada de Uruguay.

Manchón marrón

Buzos, tripulantes de diversas embarcaciones, científicos y técnicos se zambulleron de lleno en esta iniciativa para aclarar qué ocurre en las aguas rioplatenses, las cuales tienen un promedio de 100 miligramos de sedimentos por litro y valores extremos mucho más altos. “Es uno de los estuarios más turbios del mundo, lo cual lo hace particular y genera una dinámica que le es propia”, subraya Simionato, quien echa por tierra que el color marrón del Plata sea por suciedad, sino que se debe precisamente a la gran cantidad de sedimentos que poseen sus aguas. “Gran parte de ellos son aportados por el río Bermejo (de allí su nombre) que le dan el color al Plata”.

El Bermejo que corre por el límite entre las provincias de Formosa y Chaco desemboca en el Paraguay. De allí, las aguas siguen su curso por el Paraná que, junto con el Uruguay, aportan el 99 por ciento de los afluentes del Plata.  “Ambos ríos descargan al estuario del Plata un promedio de 22.000 metros cúbicos de líquido por segundo, en épocas de intensas lluvias –precisan- puede ascender a 90.000”. Algo así como si se volcara por segundo el contenido de 2500 camiones cisterna. “Una barbaridad de agua”, señala Simionato.

Aparte de la cantidad casi inimaginable, las aguas bajan cargadas. Algunos de sus pasajeros son arena, limo y arcilla. Estos flotan, los más pesados caen al fondo, pero tampoco quiere decir que pueden quedar allí por siempre.  “Además de la corriente del río por la descarga, las mareas pueden mover para un lado y para el otro los sedimentos, lo mismo que el viento y las olas que produzca”, define Moreira. “Nada es tan lineal ni puntual”, agrega.

¿Qué ocurre allá abajo?

El objeto de estudio que tienen en la mira no es fácil. “Los procesos sedimentológicos son complejos en sí mismos. El sedimento decanta, salta por el fondo, se resuspende, le pasan muchas cosas. Eventualmente termina por decantar, se forman bancos y luego islas, como el Delta que está en permanente crecimiento”, indica Simionato.

Todas estas idas y vueltas de los sedimentos -nada extrañas para Heráclito quien alrededor del 500 aC dijo que nadie se baña dos veces en el mismo río-, resultan  un dilema científico. “Los movimientos de los sedimentos no obedecen a leyes físicas universales como el movimiento del agua, donde se pueden usar ecuaciones, fórmulas, sino que dependen del lugar. Es por ello que se necesitan gran cantidad de datos in situ para lograr un estudio de modelización”, remarca Simionato.

Juntar toda esa información llevó más de un año de surcar el Plata, auscultarlo, extraer de la propia mano de los científicos material para analizar luego en el laboratorio, así como recopilar los datos registrados por dos estaciones fijas, además de una boya oceanográfica. A todo esto, se sumó también el estudio de imágenes satelitales diarias sobre el material en suspensión.

“El desafío más grande que planteó este proyecto –subraya Simionato- es poder hacer la modelización del transporte de sedimentos de manera realista a la escala de todo el estuario. Eso es extremadamente complejo”.  Ya se han realizado avances significativos según enumera. “Estamos entendiendo cuáles son los mecanismos en las distintas regiones del Río de la Plata que movilizan los sedimentos. Eso no estaba claro y es importante porque no se puede modelar lo que no se entiende”, indica y enseguida anticipa: “Una vez que se tiene un modelo que funcione bien, las aplicaciones son muchísimas”.

Modelo multifacético

¿Algunas de sus posibles implicancias de conocer la dinámica de los sedimentos del Plata? “Esto tendrá impacto en el conocimiento para la optimización de las tareas de dragado, del proceso de la erosión costera, así como del avance del frente de islas del Delta, y del crecimiento de los grandes bancos”, ejemplifica Simionato.

La industria pesquera también podría tener información vital, sobre un área en que el mar se interna en forma de cuña por debajo del agua del río y allí abundan sedimentos y tiene lugar el desove y cría de numerosas especies costeras como corvina, pescadilla, entre otras. “Si se entiende bien el proceso, se pueden establecer medidas de protección claras y fijar a partir de qué línea se puede pescar o no”, grafica.

En tanto, Moreira subraya que “también podría avanzarse en cómo se van esparciendo los contaminantes según los movimientos de los sedimentos, donde se encuentran adsorbidos”. O cuál será el futuro de uno de los humedales más importantes de Sudamérica como la Bahía de Samborombón.

En fin, resulta muy larga la lista de posibilidades de uso de esta futura modelización de la dinámica de los sedimentos del Río de la Plata. “En realidad serán los usuarios los que determinarán todas las aplicaciones posibles”, concluyen.