Verano caliente
A partir del análisis del clima en un período de 30 años, climatólogas de Exactas UBA vaticinan para noviembre, diciembre y enero más días con temperaturas que superarán las marcas habituales de calor, tanto mínimas como máximas, en gran parte de la Argentina.
Si se pregunta a esta altura del año cómo será el clima de aquí a fin de 2019 y comienzo de las vacaciones de 2020, no está solo. Justamente, científicas de Exactas UBA se hicieron el mismo planteo con resultados que anticiparon a NEXciencia. “Para noviembre, diciembre y enero se vaticinan más días con temperaturas que superen las marcas habituales de calor en gran parte de la Argentina. Las mínimas y las máximas se esperan más altas que lo normal”, coincidieron en destacar la becaria de CONICET Soledad Collazo y su directora de tesis doctoral, Matilde Rusticucci, integrante del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, su sigla en inglés), junto con Mariana Barrucand.
El panorama que se avecina promete venir cargado con más jornadas abrasadoras de lo ya acostumbrado. “No podemos decir si ocurrirá el 30 de diciembre o el 10 de enero, sino que en ese período de tres meses habrá más días cálidos extremos que lo normal”, remarca la doctora en Ciencias de la Atmósfera, Rusticucci. Y enseguida Collazo precisa: “Para determinar que algo es normal se analiza el clima de cada lugar en un período de 30 años”.
Casi todo el país, con excepción de la Patagonia, fue puesto bajo análisis en base a los registros de temperaturas máximas y mínimas recolectados a lo largo de tres décadas. Estos datos, junto con modelos computacionales, ciertos algoritmos y predictores, arrojaron este pronóstico probabilístico. “Es un desafío muy grande pronosticar para los próximos tres meses. Y hacerlo sobre los puntos extremos de temperatura, resulta todavía un reto mayor”, resalta Rusticucci sobre la investigación de Collazo, presentada recientemente en el 14th International Meeting on Statistical Climatology, realizado en Toulouse, Francia. En ese encuentro “a los estadísticos y climatólogos les fascinó este pronóstico trimestral. Hay muy poco hecho sobre esta cuestión en temperaturas extremas”, añadió, Rusticucci quien es investigadora principal del CONICET y participó en varios paneles de la Organización Meteorológica Mundial.
Mar y montaña
Un fin de primavera y principios de verano que promete batir más días de récords para el sudor. En forma permanente, la licenciada Collazo presenta sus proyecciones climáticas ante el Servicio Meteorológico Nacional. “Para el próximo trimestre, en gran parte del país –indicó- se está pronosticando condiciones cálidas con una mayor ocurrencia de extremos cálidos de la temperatura máxima, y una menor ocurrencia de extremos fríos de la temperatura mínima”.
El mapa que surge del estudio (ver Figura) muestra a más de la mitad del país con señales de una mayor ocurrencia de altas temperaturas por encima de lo habitual (marcado en color rosa); en tanto los sitios sin cambios con respecto a los valores normales se observan en menor cantidad (en gris). Por último, tampoco abundan los lugares (graficados en azul) donde se aguarda una menor frecuencia de extremos cálidos que lo acostumbrado.
Con respecto a temperaturas en ciertas localidades, Collazo ejemplificó: “Las máximas en la zona de la costa atlántica de Buenos Aires dan mucha probabilidad de que sean muy elevadas. En tanto, las mínimas presentan menor probabilidad de que sean altas”.
Del otro lado del país, el panorama aparenta ser similar al anterior en algunos aspectos. “En Mendoza capital las máximas serán muy elevadas pero las mínimas serán inferiores a las normales. Y, en Córdoba, el estudio da entre normal a inferior a lo normal para las máximas, y las mínimas, se espera que sean más cálidas”, puntualiza Collazo.
Lograr vaticinar si en los próximos tres meses habrá más días con heladas que lo habitual, en el caso del invierno, o al revés, como ocurre ante esta futura temporada estival, es una herramienta con numerosas posibilidades. Algunas de ellas, según mencionan, permitirían anticiparse a demandas récords de consumos eléctricos por aparatos que intentan apaciguar la ola de altas temperaturas, o prepararse ante posibles golpes de calor en la población. “Avanzar en un pronóstico estacional presenta aplicaciones en energía, salud, turismo, agricultura, entre otros”, concluyen ambas expertas desde del departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.