
El ajuste sin fin
El proyecto de presupuesto presentado por Javier Milei en cadena nacional ratifica el camino del ajuste fiscal dispuesto por la administración libertaria. De aprobarse en el Congreso, el sistema de ciencia y tecnología volverá a sufrir un recorte de fondos que llevará los recursos para el área a un nuevo piso histórico. En relación con las universidades, el presidente habló de aumentos pero al analizar el contenido de la iniciativa surge que, en realidad, sufrirán una nueva caída real en sus fondos.
El escenario había sido preparado cuidadosamente para la noche anterior a la gran marcha en defensa de la universidad y la salud pública. Desde la Casa Rosada, por cadena nacional, el presidente, Javier Milei, dio a conocer los principales lineamientos del proyecto de presupuesto nacional para el próximo año. En su mensaje, que se extendió por unos 15 minutos, el mandatario anunció que para 2026 habría previsto aumentos en jubilaciones, salud, discapacidad y universidades.
Más allá de las palabras oficiales, las autoridades del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional), de la UBA y de diferentes consultoras, salieron a desmentir rápidamente las consideraciones del jefe de Estado, y señalaron que la propuesta ratifica salarios de profesores bajo la línea de pobreza, no contempla una recomposición para gastos operativos esenciales y tampoco una actualización de las becas estudiantiles. En definitiva, concluyen, la iniciativa no hace más que consolidar los recortes implementados durante el último año y medio.
Al sistema nacional de ciencia y tecnología (SNCTI), el presidente no le dedicó ni una sola línea durante su presentación, dando cuenta del escaso valor que le asigna. Sin embargo, un análisis detallado del documento que el Poder Ejecutivo envió al Congreso, realizado por el Grupo EPC (Economía, Política y Ciencia), reveló que la iniciativa no depara buenas novedades para el sector.
El proyecto implica un retroceso del 7,2% real en los recursos para CyT que se agrega a las caídas del 30,2% de 2024 y del 23% en 2025.
De acuerdo con el trabajo realizado por los expertos, el proyecto de presupuesto profundiza el ajuste sobre el SNCTI, al establecer un crédito inicial para la función ciencia y técnica cercano a 1,57 billones de pesos. Esto implica un retroceso del 7,2% real en los recursos para el sector que se agrega a las caídas del 30,2% de 2024 y del 23% en 2025.
De esta manera, los recursos para CyT caen un 50,1% real en tres años y pasa de representar el 0,157% del PBI en 2025, a 0,149% en 2026, alcanzando un mínimo histórico absoluto. El pozo en el cayó el financiamiento científico resulta más evidente al comparar el monto efectivamente asignado, con el 0,52% del PBI que estipulaba para el año próximo la Ley de Financiamiento del SNCTI. Cabe recordar que esa norma, votada por unanimidad en el Congreso de la Nación y promulgada en 2021 establecía aumentos progresivos en la inversión en CyT para llegar al 1% del PBI en 2032 y aseguraba una senda creciente de financiamiento al prohibir la disminución de los fondos asignados respecto de los otorgados el año anterior. El proyecto de presupuesto 2026 deroga, justamente, esos artículos.
Por otro lado, el informe señala que, dado que la iniciativa del Poder Ejecutivo sobreestima el crecimiento del PBI (proyecta un 5%), a la vez que subestima la inflación (10,1%), el recorte podría ser aún mayor si la realidad en 2026 desmiente los guarismos previstos.
Posteriormente, los analistas se abocan a investigar la evolución presupuestaria de los distintos organismos que conforman el SNCTI y concluyen en que con la sola excepción de la Secretaría de ICT, todas las demás instituciones del sector ven caer en términos reales su crédito presupuestario. Así, en la comparación 2025/2026, los recursos de la CONAE caen un -34,6%, los del INTI un -17,9%, CNEA -14,1%, INTA -13,2%, SMN -8,9% y CONICET -6,2%.
Claro que si la comparación se hace respecto del año 2023 el abismo de la caída de recursos es mucho mayor. Así, en 3 años el CONICET lleva perdido más de un tercio de su presupuesto. En el SMN y el INTA se ha reducido casi a la mitad; en el caso del INTI y la CNEA a menos de la mitad, y para la CONAE, el desplome la ha dejado con apenas un tercio de sus recursos.
En relación con el sector educativo el panorama aparece igualmente desolador. El financiamiento de la Secretaría de Educación (ex ministerio) previsto para el 2026 se reduce un 1,7% en términos reales. De esta manera, esta dependencia ha perdido 48 puntos reales en 3 años. Así, el ex Ministerio de Educación pasó de representar el 1,25% del PBI en 2023 a constituir apenas el 0,599% en 2026.
La masa salarial universitaria, incluyendo docentes y no docentes, cae un 3,5%, totalizando una pérdida de 30,5 puntos desde 2023.
Resulta importante remarcar que el proyecto de presupuesto propone también la derogación del artículo 9 de la Ley de Educación Nacional, aprobada en 2006, que establece que la inversión educativa no puede ser inferior al 6% del PBI.
A su vez, respecto del programa de Desarrollo de la Educación Superior, que constituye el financiamiento de las universidades nacionales, los fondos siguen cayendo, esta vez un 3% real. De esta manera, al analizar la evolución de los recursos para el sector se observa un deterioro muy marcado pasando del 0,718% del PBI en 2023, a un 0,462% en 2026. Además, la masa salarial universitaria, incluyendo docentes y no docentes, cae un 3,5%, totalizando una pérdida de 30,5 puntos desde 2023. Mientras que para becas, el próximo año, sólo se destinará un 23% del dinero que se asignaba con ese fin tres años atrás.
En cifras concretas, el presidente anunció que entregará en 2026 4,8 billones de pesos para las universidades nacionales. Para el CIN esa cifra no hace más que replicar lo percibido durante 2025 y se encuentra muy lejos de los 7,3 billones de pesos “que son necesarios para que el sistema pueda funcionar normalmente”.
La iniciativa enviada por el Poder Ejecutivo ya ingresó al Congreso de la Nación donde debe ser debatida, en primera instancia, por la Comisión de Presupuesto de Diputados presidida por el libertario José Luis Espert. Dado el contexto político actual resulta imposible suponer que los legisladores vayan a aprobar un texto con un nivel de ajuste semejante, por lo que se espera que introduzcan importantes modificaciones. De allí que la especulación que más consenso tiene, hoy por hoy, es que el gobierno va a apostar a que el proyecto nunca sea tratado, de manera tal que durante 2026 vuelva a manejarse sin ningún presupuesto vigente, como ya ocurrió en 2024 y 2025. Así, la administración minarquista podría seguir recortando partidas en las áreas más sensibles del Estado sin tener que responder a ningún tipo de ataduras.