Premios TWAS para científicos de Exactas

Calidad primer mundo

Dos argentinos, ambos profesores de Exactas UBA e investigadores del CONICET, fueron elegidos entre los once científicos de países en desarrollo premiados por la Academia Mundial de Ciencias en su 25ta. reunión general llevada a cabo en Omán. Daniel de Florian y Marcelo Rubinstein fueron los únicos investigadores latinoamericanos que recibieron esta distinción.

6 Nov 2014 POR
Daniel de Florian y  Marcelo Rubinstein

Daniel de Florian                                                               Marcelo Rubinstein

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La Academia Mundial de Ciencias (TWAS) es una organización que reúne mil investigadores de unos setenta países. Fue fundada en 1983 con el nombre de Academia de Ciencias del Tercer Mundo,  por un grupo de científicos entre los que se encontraba el Premio Nobel argentino Luis Federico Leloir, con el objetivo de promover la capacidad científica y la excelencia para el desarrollo sustentable en los países del Sur. Su sede se encuentra en la ciudad de Trieste, Italia y, desde 1991, la UNESCO ha sido responsable de su administración.

En su 25ta. reunión general, llevada a cabo del 26 al 29 de octubre en Omán, la institución dio a conocer la lista de los ganadores de los premios TWAS 2014 que se desempeñan en nueve campos diferentes del conocimiento: agricultura, biología, química, ciencias de la Tierra, ingeniería, matemática, ciencias médicas, física y ciencias sociales. Como condición para ser seleccionados, los investigadores deben haber vivido y trabajado en un país en desarrollo durante los últimos diez años.

En esta oportunidad, fueron galardonados once científicos de cinco países. Dos de ellos son argentinos: el físico Daniel de Florian y el químico Marcelo Rubinstein, quienes además se constituyeron en los únicos investigadores latinoamericanos en recibir este reconocimiento en la presente edición. Además, fueron distinguidos científicos de China (4), Taiwán (3), India (1) y Malasia (1).

De esta manera, los científicos de nuestro país (muchos de ellos vinculados con Exactas UBA) se consolidan como destinatarios habituales, en los últimos años, de estos prestigiosos premios. Así, de Florian y Rubinstein, se suman a Juan Pablo Paz, distinguido en Física en 2012; Ana Belén Elgoyhen, en Biología, y Alberto Kornblihtt, en Ciencias Médicas, en 2011, y Gabriel Rabinovich, también en Ciencias Médicas, en 2010.

Los ganadores se hacen acreedores a una suma de quince mil dólares y una plaqueta. La entrega se llevará a cabo en la 26ta. reunión general de la TWAS que se llevará a cabo en 2015.

Daniel de Florian.Todo fríamente calculado

“Me enteré en Londres cuando estaba a punto de volver a Buenos Aires después de un largo viaje. Sonó el teléfono y me encontré con un mensaje en el cual me informaban sobre el premio. Así que tuve todavía más ganas de regresar”, relata Daniel de Florian.

Doctor en Física, investigador del CONICET y profesor del Departamento de Física de Exactas UBA, de Florian ya recibió, entre otros, el Premio Houssay a la investigación científica, el premio Juan José Giambiagi de la Academia Nacional de Ciencia y la prestigiosa beca Guggenheim. “En los últimos días recibí un montón de mensajes de felicitación de gente del exterior. Esto significa que es un premio bastante conocido a nivel internacional”, reflexiona, y enseguida bromea, “Yo creo que hay tres formas de premiar a los científicos: efectivo, cheque y transferencia bancaria (risas). Por supuesto que también tiene un costado sentimental, sentirse reconocido, mimado, pero el hecho de que haya una recompensa económica interesante le da un valor extra”.

– ¿A qué atribuís el hecho de que sean argentinos los únicos dos científicos latinoamericanos premiados por TWAS?

– Creo que en Argentina hay una fracción de científicos que hacen ciencia de primer nivel internacional. Considero que eso está relacionado con los cambios que hubo en el sistema científico durante los últimos años. En mi caso particular, yo volví en el 2001 en medio de la crisis, tenía ofertas para irme al exterior y si la situación no hubiese mejorado rápidamente me hubiera ido y, probablemente, no hubiera vuelto nunca más. Argentina tiene una educación universitaria de muy alto nivel. Y si logra mantener a sus investigadores en el país puede alcanzar un desarrollo científico muy bueno.

– Llama la atención, particularmente, que dos profesores del mismo Departamento de la misma Facultad (Paz en 2012 y de Florian en 2014), hayan sido distinguidos en un lapso tan breve.

– El Departamento de Física cuenta con muchas contribuciones relevantes para el conocimiento de la física, desde hace muchas décadas. Tiene un programa educativo extremadamente intenso que está por encima de lo que uno puede encontrar, a nivel de estudio de grado, en muchas universidades del extranjero. Creo que en el Departamento de Física hay cinco o seis personas que están realmente en un nivel de excelencia. Es gente que elige quedarse, porque podría estar trabajando en cualquier otro sitio.

De acuerdo con el comunicado oficial, la Academia decidió reconocer a de Florian por su “fundamental contribución para comprender la producción del Bosón de Higgs en el gran colisionador de hadrones (LHC)”. Los cómputos producidos por de Florian y su equipo son considerados de altísimo nivel y se utilizaron en el hallazgo del Bosón de Higgs, uno de los descubrimientos más importantes de la física.

“Básicamente, para descubrir el Bosón de Higgs, o para estudiar sus propiedades hacen falta dos cosas fundamentales: la principal son los experimentos, sin ellos no se puede hacer absolutamente nada. Pero también son necesarias contribuciones teóricas que permitan, una vez obtenidos los datos experimentales, compararlos con las predicciones del modelo existente para ver si lo que se encontró es lo que se esperaba o no. Para analizar los resultados del LHC se utilizaron muchos de los cálculos que yo vengo  desarrollando con algunos colaboradores desde hace ya muchos años”, explica.

– ¿Se puede esperar que a partir del LHC se encuentren nuevas partículas más allá de las predichas por la física actual?

– Lo que ocurrió hasta ahora es que no se encontró nada nuevo. La situación desde el punto de vista personal es ideal para mí, en el sentido de que si va a aparecer algo nuevo, la primera forma en la que lo vamos a ver, probablemente, no sea en la aparición de una partícula o evento inesperado sino en pequeñas desviaciones entre la teoría y el experimento. Con lo cual los cálculos precisos son fundamentales. Entonces, mientras esa situación siga así, mi trabajo se vuelve más relevante.

– ¿Es decir que nos encontramos en un momento de gran expectativa a la espera de algo nuevo?

– Sí, porque además, el LHC va a empezar a funcionar con casi el doble de la energía utilizada hasta el momento. Se abre entonces un espacio donde se podrían crear muchas partículas nuevas que hasta ahora no se observaron, si es que existen. Hay mucha expectativa de lo que pueda pasar en los próximos dos o tres años.

Genes y mutantes

“Para mí el primer premio, fue que Exactas hubiera decidido postularme. Porque no me postularon ni el CONICET, ni el Instituto, me postuló la Facultad”, afirma con orgullo Marcelo Rubinstein, mientras busca en su PC el correo electrónico que le envió TWAS el sábado 25 de octubre para comunicarle que le habían otorgado el premio. “Cuando vi el mail con el attach, sentí que tenía más chances de que fuera positivo que negativo. Lo abrí, y bueno, decía que lo había ganado y que la entrega sería durante el congreso de la institución en 2015. ¡Espero que sea en algún lugar exótico!”, se entusiasma.

Marcelo Rubinstein.

Marcelo Rubinstein es investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI, CONICET-UBA), y profesor del Departamento  de Fisiología, Biología Molecular y Celular de Exactas UBA. A lo largo de su carrera recibió múltiples distinciones de la Sociedad Argentina de Biología, la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica, la Sociedad Argentina de Investigación en Neurociencias, tres becas del Instituto Médico Howard Hughes y la beca Guggenheim.

“Desde el punto de vista científico, siempre es bueno que te reconozcan. También es un aliciente para los jóvenes que están trabajando en el laboratorio. Pero, creo que también son señales positivas para un gobierno que hizo la apuesta de redimensionar el presupuesto de ciencia y técnica, de crear un Ministerio y poner a un científico al frente. Estas distinciones internacionales son cosas que fortalecen un proyecto y mejoran las posibilidades de que la política científica se convierta en una política de Estado”, sostiene.

– ¿Cómo evalúa el hecho de que hayan sido dos los científicos argentinos galardonados?

– En los últimos 5 ó 10 años China ha tenido una penetración en la producción de ciencia y tecnología notable. Cada vez publican más artículos en las principales revistas del mundo. Por eso la mayoría de los premios TWAS se los dan a científicos de China y Taiwán. Entonces, que hayamos logrado meter dos argentinos, únicos latinoamericanos, es muy importante. Y para la Facultad es una reafirmación de que permanentemente logra poner su producción científica en la consideración internacional.

Rubinstein fue reconocido por la TWAS por su significativo aporte en la comprensión de los genes involucrados en el comportamiento del apetito, la adicción y la obesidad, utilizando ratones transgénicos. “Yo investigo en temas vinculados con circuitos de neurotransmisión cerebral que están involucrados con fenómenos de placer y que cuando funcionan bien son muy importantes porque orientan la conducta hacia valores fundamentales como la alimentación y la reproducción. Pero cuando fallan pueden producir situaciones de desmotivación, de falta de alimentación y, si están demasiado activos, generan fenómenos adictivos, de relación compulsiva con sustancias y con la comida”, explica, y agrega, “hay una tremenda epidemia de obesidad y en la medida en que podamos entender mejor por qué comemos y cómo se produce la saciedad vamos a tener más posibilidades de controlarla”.

– Pero en su caso no sólo se premió el contenido de la investigación sino también los instrumentos utilizados.

– Mi grupo a lo largo de estos años ha hecho contribuciones muy buenas. Todas ellas se han logrado sobre la base de modelos de ratones genéticamente modificados originales, diseñados y hechos por nosotros. Y algunos de ellos han tenido la virtud de despertar el  interés de laboratorios de otros lugares del mundo.

Justamente, en los últimos días, Rubinstein recibió otra noticia muy importante. El laboratorio Jackson de Estados Unidos, el banco de animales para experimentación más importante del mundo, que cuenta con la colección de ratones genéticamente modificados más abundante y sofisticada del planeta, había incorporado en su catálogo online un ratón diseñado en su laboratorio. “Es un ratón que yo publiqué en 2011. Ellos me dijeron que lo querían porque preveían que iba a tener mucha demanda. Hicimos un convenio y se hicieron cargo de todos los costos. Es la primera vez que Jackson le pide a un laboratorio de América Latina un ratón genéticamente codificado”, cuenta con orgullo.