Cáncer de próstata

Una firma clave

Un equipo multidisciplinario de investigación de la Argentina identificó un pequeño grupo de genes que permite pronosticar con precisión cómo progresará un tumor de próstata. Ahora, trabajan en el desarrollo de un kit diagnóstico económico. El proyecto fue reconocido en dos concursos.

26 Nov 2024 POR

Para los varones, el cáncer de próstata es la segunda causa de muerte por cáncer a nivel mundial. En la Argentina, se diagnostican más de 11 mil casos cada año y se producen unas 3.600 muertes anuales.

En Latinoamérica en general, si se compara con el resto del mundo, la incidencia de esta enfermedad es relativamente baja. Sin embargo, la mortalidad por cáncer de próstata en nuestra región es muy alta en términos relativos. Probablemente, porque el acceso a la salud puede ser dificultoso y, por lo tanto, la detección del cáncer llega tardíamente.

Para una detección temprana que puede evitar la mortalidad, se recomienda el examen de la próstata por tacto rectal y un análisis de sangre que mide los niveles de antígeno prostático específico (PSA) a partir de los 50 años de edad.

Si se detecta un tumor, ni el tacto rectal ni el PSA son suficientes para predecir como progresará la enfermedad.

Pero si se detectara un tumor, ni el tacto rectal ni el PSA son suficientes para predecir como progresará la enfermedad. Para eso, se debe efectuar una biopsia, cuyos resultados se informan con un número -el puntaje de Gleason- que indica la probabilidad de que el cáncer se pueda diseminar más allá de la glándula prostática. Cuanto mayor es ese número, peor será el pronóstico de ese paciente.

Así, una puntuación de Gleason muy baja indica que las células del tumor se parecen mucho al tejido prostático normal y difícilmente se diseminen, en tanto que un puntaje alto avisa que el cáncer es agresivo y que, muy probablemente, haya hecho metástasis y el pronóstico no sea bueno.

El problema de este método es que no logra predecir con precisión qué sucederá con aquellos pacientes que tienen un puntaje de Gleason intermedio.

Geraldine Gueron, Agustina Sabater y Pablo Sanshi. Fotografía: Luiza Cavalcante.

“Todavía hoy, el cáncer de próstata sigue siendo diagnosticado con métodos que no son lo suficientemente precisos y esto deja a muchos hombres en la incertidumbre”, señala Geraldine Gueron, investigadora del CONICET en el Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (IQUIBICEN, UBA-CONICET). “El desafío crítico hoy es lograr la diferenciación precisa entre un cáncer indolente y un cáncer agresivo”, puntualiza.

El equipo apunta a democratizar el diagnóstico de precisión del cáncer en Latinoamérica. Por eso, buscan desarrollar un kit que sea accesible por su bajo costo.

Gueron y su grupo de investigación llevan años estudiando el cáncer de próstata y produciendo saberes en la frontera del conocimiento. Ahora, junto con un equipo de médicos urólogos y oncólogos, y de especialistas en bioinformática, el grupo del IQUIBICEN avanza en una línea de trabajo que apunta al desarrollo de un kit diagnóstico que posibilite reducir la incertidumbre del paciente con cáncer: “Lo llamamos kit de diagnóstico genómico de precisión en cáncer”, consigna Gueron.

El proyecto fue seleccionado finalista de la edición 2024 del Premio Merck-Conicet de Innovación en Ciencias de la Salud y, también, obtuvo una mención en el Premio de la Fundación Florencio Fiorini y la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer.

Firma económica

“Nuestro trabajo apunta a democratizar el diagnóstico de precisión del cáncer en Latinoamérica. Por eso, en todo momento buscamos desarrollar un kit diagnóstico que sea accesible por su bajo costo”, subraya Gueron.

Con ese norte económico, el equipo de investigación recurrió a una forma de la inteligencia artificial denominada machine learning (aprendizaje automático) para analizar un montón de bases de datos de acceso abierto que están disponibles en Internet, que aportan resultados de infinidad de estudios efectuados en pacientes que padecen cáncer de próstata. De esta manera, pudieron reunir información variada de más de cinco mil tumores de próstata.

El grupo logró identificar cuáles son los genes que, como reguladores maestros, controlan el destino celular. Esa “firma génica”, está compuesta por entre cinco y diez genes.

El grupo logró identificar cuáles son los genes que, como reguladores maestros, controlan el destino celular. Esa “firma génica”, está compuesta por entre cinco y diez genes.

Entre toda esa información, mediante algoritmos desarrollados especialmente, buscaron patrones, relaciones y correlaciones entre una serie de parámetros clínicos de los pacientes y los genes que se activaban en los tumores prostáticos.

“Después de analizar el perfil de expresión génica de más de cinco mil tumores y cómo se correlaciona esa expresión génica con distintos parámetros clínico-patológicos, logramos identificar cuáles son los genes que, como reguladores maestros, controlan el destino celular”, revela Gueron. La investigadora cuenta que esos genes maestros (“esa firma génica”, dice, en realidad, cuando habla de ese grupo de genes clave que identificaron) son entre cinco y diez.

“Midiendo el nivel de expresión de nuestra firma de genes se puede generar un score y determinar con gran precisión cuál es el perfil genómico tumoral para cada paciente y, en consecuencia, se puede predecir la sobrevida”.

La investigadora explica que el desafío es que el kit diagnóstico pueda tener un muy buen poder predictivo analizando la menor cantidad posible de esos genes porque “cuantos menos genes tenga nuestra firma, más económico será el test”.

“Hoy en día, estamos pudiendo predecir con igual o mejor calidad y a un costo veinte veces menor que las herramientas que hay disponibles en el mercado con una firma de siete genes. Eventualmente, podríamos hacerlo con solo cinco genes”, destaca.

Para la investigadora, una ventaja significativa del kit diagnóstico es que puede implementarse mediante una simple PCR, la técnica que se utiliza –por ejemplo- para diagnosticar el COVID: “Si hay algo positivo que nos dejó la pandemia son las máquinas de PCR que están disponibles en clínicas y hospitales de toda Latinoamérica y, especialmente, el personal capacitado para hacer una PCR en tiempo real”.

Tras explicar que el kit pronóstico “ya fue validado bioinformáticamente de manera exitosa con diferentes sets de datos independientes”, Gueron anuncia: “Ya tenemos acuerdos con hospitales públicos y privados para validarlo a nivel clínico”. Y se entusiasma: “Estamos preparados para expandir nuestra idea a otros tipos de cáncer”.

Hace pocos días, el equipo de investigación publicó un paper en la revista científica International Journal of Molecular Sciences. “Lo que publicamos ahí es una prueba de concepto de este proyecto, que es más grande”, aclara la investigadora.

 

El equipo que pone la firma

El grupo multidisciplinario está conducido por Geraldine Gueron, Juan Bizzotto, Javier Cotignola y Marcelo Marti del IQUIBICEN y Daniel Alonso, de la Universidad Nacional de Quilmes.

El equipo, además, está conformado por: Elba Vazquez, Agustina Sabater, Ayelen Toro, Maria Pía Valacco, Pablo Sanshi, Rocio Seniul y Gastón Pascual, todos ellos del IQUIBICEN. También, Alejandra Scursoni y Ignacio Macherett, del Hospital Iriarte; Federico Prada, de la UADE; Osvaldo Mazza del Hospital de Clínicas; Ubaldo Iturralde y Federico Cayol del Hospital Italiano.