Nuevas drogas antitumorales

Paso a paso contra el cáncer

Un trabajo interdisciplinario, llevado a cabo por investigadores pertenecientes a dos Institutos del CONICET que funcionan en Exactas UBA, resultó en la creación de nuevos compuestos químicos que demostraron ser efectivos para inhibir el crecimiento de células tumorales de próstata. El estudio también permitió avanzar en el conocimiento del mecanismo de acción de esas drogas.

20 Oct 2014 POR

 

Imagen de un cultivo de las células de cáncer de próstata humano que se utilizan en los experimentos.

Imagen de un cultivo de las células de cáncer de próstata humano que se utilizan en los experimentos.

 

Un día, Norma D‘Accorso -investigadora en el Centro de Investigaciones en Hidratos de Carbono (UBA Exactas / CONICET)- leyó una nota periodística que describía el trabajo de una colega. “Nosotros estábamos interesados en comprobar los probables efectos antitumorales de unos compuestos químicos que habíamos sintetizado en el laboratorio -recuerda D‘Accorso-, y cuando leí en la nota que Geraldine trabajaba en cáncer de próstata consideré que era un modelo interesante para hacer esas pruebas”.

Fue así que se contactó con Geraldine Guerón, investigadora del CONICET en el Instituto de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Entonces, nació un proyecto interdiciplinario.

“Los compuestos que habían sintetizado en el laboratorio de Norma eran muy atractivos para probar –rememora Guerón-, porque su estructura es análoga a la de un grupo de inhibidores de la acción de la hsp90, que es una proteína que promueve el desarrollo tumoral”.

Para quienes se dedican a encontrar remedios contra el cáncer, la hsp90 se ha convertido en los últimos años en un blanco a atacar. Porque se sabe que, dentro de la célula, esta proteína “se dedica” a optimizar el funcionamiento de otras proteínas que están directamente involucradas en la proliferación tumoral.

En este camino, las investigadoras testearon los compuestos en cultivos de células humanas provenientes de tumores de próstata y observaron que algunos de ellos inhibían su crecimiento.

“Seleccionamos los compuestos que habían funcionado y comenzamos a hacerles modificaciones estructurales con la finalidad última de incrementar su capacidad inhibitoria”, comenta D‘Accorso.

La estrategia fue meticulosa: consistió en quitar, agregar o reemplazar -un paso a la vez- uno o varios átomos de cada una de las drogas en experimentación. A su vez, cada una de las quimeras resultantes era probada en los cultivos celulares y, luego de evaluar sus efectos, nuevamente modificadas.

“De esta manera, primero conseguimos determinar qué partes de la molécula eran importantes para producir el efecto inhibitorio que deseábamos lograr –explica D‘Accorso- y, después, pudimos establecer qué átomos o grupos de átomos mejoraban esa actividad biológica”.

Los resultados del estudio, que serán publicados en la revista científica Biomedicine & Pharmacotherapy, también avanzan en el conocimiento del mecanismo de acción a nivel molecular de estas nuevas drogas: “Comprobamos que estos compuestos bloquean el ciclo celular impidiendo que la célula se divida”, revela Guerón, y añade: “También demostramos que estas sustancias promoverían la apoptosis (muerte celular programada) de las células tumorales”.

Contentas por los resultados alcanzados, las investigadoras anuncian nuevos experimentos: “Estamos trabajando en otras modificaciones químicas”, declara D‘Accorso. “Para mí lo mejor de todo esto es el trabajo interdisciplinario, que es sumamente enriquecedor”, se entusiasma Guerón.