Inserción laboral de científicos

Física para la salud

Mirta Villarreal es doctora en Física de Exactas UBA. Sin habérselo propuesto, su carrera se encaminó hacia la aplicación de herramientas de esta ciencia en el ámbito de la medicina. Actualmente, es investigadora de CONICET en la Fundación FLENI. Asegura que cada vez se profundiza más la relación entre estas disciplinas y que se está abriendo un nuevo espacio laboral para los estudiantes interesados en explorar esta alternativa.

13 Abr 2015 POR
Mirta Villareal en Fleni. Foto : Diana Martinez Llaser

Mirta Villarreal en la Fundación FLENI. Foto : Diana Martinez Llaser

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– ¿Cuándo empezaste tu carrera?

– Hice el CBC en el 87 y en el 88 empecé en Exactas. En esos primeros años no tenía una imagen muy definida sobre mi futuro profesional. No tenía apuro, ya llegaría la hora de preocuparse por eso.

– ¿Cuándo fue que empezaste a preocuparte?

– Un año antes de recibirte, cuando estás cursando una materia que se llama “Laboratorio 6 y 7”, tenés que elegir una temática dentro de las propuestas que existen. A mí me gustaba más lo experimental y, particularmente, la óptica. Yo me iba perfilando a hacer el camino tradicional: hacer el doctorado primero y después la carrera de investigador. No obstante, cuando me licencié, no me había salido la beca del CONICET y me surgió la posibilidad de trabajar en una empresa que distribuía material de óptica a distintas universidades e instituciones. Si bien me permitía aplicar un poco los conocimientos que había aprendido, el hecho de que se tratara de un emprendimiento comercial no me enganchaba mucho. Lo que sí me interesó fue salir del caparazón de la facultad y conocer un ámbito diferente. Al poco tiempo me salió la beca de doctorado y pensé mucho qué hacer, hasta último momento. Finalmente, pensé: “¿cuántas veces vas a poder presentarte en una beca, que te salga, que la rechaces y que te vuelvas a presentar?” Era muy difícil. Además, quien iba a ser mi director, Claudio Iemmi, y la gente del Laboratorio de Procesado de Imágenes, obviamente tenían interés en que me quedara ahí. Así que decidí hacer el doctorado y creo que fue la decisión correcta.

– ¿Y cómo fue que se produjo tu acercamiento con el ámbito de la medicina?

– Fue bastante casual. Cuando terminé mi doctorado en 2003 conocí a una persona, en el Instituto de Cálculo, que tenía un proyecto ya aprobado para hacer procesamiento de imágenes médicas. Ella tenía una conexión con FLENI. Íbamos a trabajar con sus imágenes, las íbamos a optimizar y hacer algoritmos para encontrar lesiones u otras cosas. Justo se dio que un médico de FLENI, que había estado en Estados Unidos, vino con fondos para hacer un proyecto que implicaba resonancia magnética funcional con eventos. Se trataba de una técnica que acá no se estaba implementando. Entonces, esta mi directora me propuso un cambio de planes: que viniera a FLENI para desarrollar esta técnica. Y acepté. Esto significaba trabajar con pacientes y con médicos, cosa que nunca había hecho en mi vida. La técnica la fui aprendiendo sola, a partir de papers, de tutoriales que encontraba en Internet, porque acá no había nadie que la hiciera. Pude desarrollarla, la empecé a aplicar y es lo que implementé de ahí en más para los futuros proyectos en los que fui trabajando.

– ¿Cómo es para una física trabajar en un ámbito tan distinto y con objetivos tan diferentes a investigar sobre el bosón de Higgs o la Teoría de la Inflación Cósmica?

– Los médicos buscan lo aplicado, cosa que es entendible, pero lo que yo hago es un eslabón intermedio entre algo tan alejado de la cotidianeidad como, por ejemplo, la física de partículas, y lo que directamente le es útil a un paciente. Lo que uno obtiene no va a solucionarle directamente la vida a los pacientes, sino que está a uno, dos o tres pasos previos en el camino que te lleva a esa meta. Me costó un poco que algunos médicos lo entendieran pero lo fuimos charlando y logramos entendernos mutuamente.

– A primera vista, física y medicina no tienen mayor relación, sin embargo daría la impresión de que la física médica se está desarrollando cada vez más. ¿Esto es así?

– Sí, cada vez más. Todo esto empezó con el tema de la física nuclear y el cálculo de las dosis de radiación que tenía que recibir un paciente. Pero después, a partir de las carreras multidisciplinarias y, particularmente, de la neurociencia, creo que estos ámbitos se acercaron mucho. Fijate que, justo ahora, empecé a trabajar con un médico, para aplicar modelos físicos de dinámica no lineal y modelos de mecánica estadística para entender la dinámica de la actividad del cerebro. Ese es un buen link para conectar diferentes herramientas de la física con lo que vos recogés en un resonador o en un electroencefalograma.

Villarealmirta_N1– ¿Creés que esta intersección entre física y medicina se va a ir profundizando?

– Sí, claro. Hay mucho para hacer. Desde el lado lo más ingenieril, por ejemplo, en el desarrollo de las herramientas de trabajo. Yo ahora estoy trabajando con un equipo para obtener electrocardiogramas dentro del resonador pero la dificultad es que sufren mucha interferencia. Tuve un alumno de física que estuvo trabajando un año para intentar resolver este problema. Pero hay un montón de posibilidades: desarrollar filtros, equipos, materiales. Esto si no te querés ir a la parte más biológica. Y, además, la aplicación de herramientas para la interpretación de datos. El área donde yo estoy, resonancia, se trata de levantar señales y analizarlas crudamente o intentar aplicarles modelos para tratar de entender por qué el cerebro funciona de una determinada manera. El estado vegetativo, por ejemplo, ahora lo estamos abordando desde el punto de vista físico. Y para eso necesitás herramientas matemáticas y físicas.

– Vos das clase en Exactas. ¿Ves que entre los alumnos se van conociendo más estas posibilidades?

– Sí, entre los físicos, son muchos los que me contactan para hacer “Laboratorio 6 y 7” o, incluso, para tesis de licenciatura porque les interesa trabajar con aplicaciones de la física, fuera de lo tradicional. Esto quiere decir que de algún modo les llegó la información. Entonces, evidentemente, hay mayor difusión de la que había cuando yo estudiaba.

– A un chico que le interesara tener un futuro laboral en este campo, ¿lo alentarías a que lo siguiera?

– Sí, claro. Todavía hay que convencer un poco más a las instituciones de salud. A partir del desarrollo del tema de la neuroimagen como diagnóstico se están concientizando más sobre este tipo de necesidades nuevas. Hoy por hoy buscan físicos, pero no muchas instituciones son capaces de contratarlo por tiempo prolongado o con un sueldo lo suficientemente alto como para que sea su único medio de vida. Pero dos años atrás no había ni eso. Entonces, me parece que hay que seguir fomentándolo de los dos lados, por el lado de los alumnos dando a conocer estas nuevas posibilidades de desarrollo profesional y, por el lado de los empresarios o instituciones, para que tengan claro qué es capaz de hacer un físico en el ámbito de la medicina.