Más allá de la investigación

Un físico con mucha energía

Damián Strier estudió física en el Instituto Balseiro y se doctoró en Exactas UBA. Luego de realizar un posdoc en Europa volvió al país para incorporarse a la industria petrolera. Hoy trabaja en energías renovables. En esta entrevista, considera que es posible realizarse profesionalmente tanto en el sistema científico como en el productivo y que los físicos cuentan con una gran capacidad de adaptación, muy útil en el mercado laboral.

6 Nov 2017 POR
"La verdad que, antes de aceptar el puesto en el sector energética, mi temor era que la industria no me presentara desafíos intelectuales acordes con los que me daba la academia. Por suerte no fue así", dice Strier con satisfacción. Foto: Exactas-Comunicación.

«La verdad que, antes de aceptar el puesto en el sector energética, mi temor era que la industria no me presentara desafíos intelectuales acordes con los que me daba la academia. Por suerte no fue así», dice Strier con satisfacción. Foto: Exactas-Comunicación.

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– ¿Por qué elegiste estudiar física?

– La vocación por la ciencia la tuve desde chico. Me encantaba la serie «Cosmos» de Carl Sagan. De hecho, en quinto o sexto año hice unas pasantías en el Centro Atómico Constituyentes. A partir de esas pasantías fui parte de una visita que se organizaba para conocer el Balseiro. Yo tenía 16 años y me encantó. Dije: «yo quiero estudiar acá». Y así fue.

– Mientras ibas haciendo tu carrera, ¿te imaginabas algún futuro profesional?

– En principio me imaginaba investigando dentro de la academia. Tiempo después, empecé a ver anuncios de bancos llamando a físicos con ofertas muy buenas. Ahí empecé a darme cuenta de que había otras posibilidades. Después, cuando me recibí, me llegó una oferta para hacer una especie de pasantía en la petrolera ROCH y acepté. Al mismo tiempo, comencé el doctorado en Exactas. Sin embargo, empecé a ver que no podía hacer bien las dos cosas a la vez. Entonces, decidí seguir con el doctorado. Me motivó más completar mi educación. Pero ya veía que la academia no era el único lugar donde uno podía ser feliz y sentirse realizado.

– Una vez que terminaste el doctorado, ¿evaluaste volver a trabajar en la industria o estabas decidido a hacer un posdoc?

– Era un momento muy complejo de la Argentina. Estamos hablando de 2001, 2002. El sistema científico sufría un fuerte ajuste y empecé a pensar que, en ese momento, quedarme en el Departamento de Física de Exactas no era una opción muy buena. Evalué distintas opciones, incluso hice una maestría en Economía. En medio de ese caos, una persona que trabajaba con Silvina Ponce Dawson, que fue mi directora de doctorado, me avisa que había aparecido una oportunidad con un grupo muy bueno de Francia. Al poco tiempo me fui con toda mi familia a Bordeaux, a trabajar en un instituto del CNRS que es como el CONICET de Francia. Allí estuve más de un año y después me fui a la Universidad Libre de Bruselas.

– ¿Cómo tomaste la decisión de volver?

– Me costó muchísimo. Ya había nacido mi tercer hijo y, de golpe, me encontré en una encrucijada. Me había presentado y me había salido una beca muy buena llamada Marie Curie, también me había presentado para quedarme en Bruselas y, en ese momento, me llaman de ROCH para que vuelva a Argentina a trabajar con ellos. En un mes pasé de la incertidumbre a tener varias posibilidades abiertas.

– Era una doble decisión porque se trataba de quedarte en Europa en el sistema científico o volver a Argentina al ámbito privado.

– Absolutamente. Fue una decisión difícil. Estuve 15 días sin poder dormir. Quedarnos era establecernos definitivamente en Europa, y volver a Argentina, si bien hacia 2005 la situación había mejorado, también era una apuesta riesgosa. Finalmente, decidí renunciar a la beca y volver.

"Hoy es un muy buen momento para las energías y creo que cualquiera que decida entrar en el sector va a encontrar un lugar para trabajar", asegura Strier. Foto: Exactas-Comunicación.

«Hoy es un muy buen momento para las energías y creo que cualquiera que decida entrar en el sector va a encontrar un lugar para trabajar», asegura Strier. Foto: Exactas-Comunicación.

– ¿Cuáles eran tus tareas en la empresa petrolera?

– Pude crear mi propio espacio. Me di cuenta de que no tenían desarrollada el área de simulaciones numéricas de reservorios, entonces me metí con eso. Lo que me llevó también a ingresar en el área de modelado geológico. Y, la verdad, que me gustó mucho. Después empecé a encargarme de algunas operaciones de campo. Entonces, empecé a viajar a los pozos y a tomar contacto con los equipos de perforación. Me encantaba. Me parecía que estaba viviendo la vida de otra persona. Pasé de un laboratorio a estar en una camioneta en el medio de la nada. Toda esa etapa fue renovar desafío tras desafío. Más adelante, empecé a incursionar en el tema de fracturas hidráulicas donde trabajé con uno de los pioneros en ese tema en el mundo. La verdad que, antes de aceptar el puesto, mi temor era que la industria no me presentara desafíos intelectuales acordes con los que me daba la academia. Por suerte no fue así.

– ¿Cómo siguió tu carrera profesional?

– Dejé el tema del petróleo y desde hace poco más de un año ingresé de lleno en temas de energías renovables y eficiencia energética. De alguna manera estoy viviendo esta transición energética que está ocurriendo en el mundo y que empieza a pasar en la Argentina. Es muy interesante y me encanta estar participando en eso.

– ¿Qué diferencias encontrás entre el trabajo en la academia y en las empresas?

– Lo que te voy a decir es parte de mi experiencia personal y, probablemente, no sea compartido por otros investigadores. La ciencia es, claramente, un trabajo de equipo. Yo siempre estuve en equipos muy reducidos. Básicamente, con mis directores y unas pocas personas más. En la industria, en cambio, formé parte de grupos mucho más amplios e interdisciplinarios. Uno tiene que desarrollar habilidades para interactuar con geólogos, geofísicos, ingenieros en perforaciones, ingenieros en workover, y hasta financistas. Eso es algo que es difícil de encontrar en la academia.

– ¿Creés más conveniente salir a buscar trabajo en la industria apenas recibido de la licenciatura o es mejor doctorarse primero?

– Yo lo que le recomendaría a una persona es que no haga las cosas de manera automática y que se pregunte todo el tiempo si lo que está haciendo es lo que quiere hacer. Sin cerrarse a ninguna posibilidad. Me parece que la educación pública tiene que ofrecer la oportunidad de completar la carrera académica. Vos, a un licenciado, le tenés que ofrecer que haga el doctorado. Ahora, esa persona tiene que tener la posibilidad de elegir conscientemente si quiere hacer eso o si prefiere ingresar directamente en la industria. No tiene que haber una presión de la academia por absorberlo hacia el doctorado. Años atrás, irse a trabajar al sistema productivo era considerado como algo menor. Lo bueno, lo fuerte, lo inteligente, era quedarse en la academia, hacer el doctorado, y luego el posdoc. Yo creo que ese camino está bueno para los que quieran disfrutar de todo lo que tiene la ciencia para dar, pero me parece que es importante preguntarse si uno está haciéndolo porque quiere o por un mandato del sistema. Además, siempre está la posibilidad de volver a la academia. Por ejemplo, yo ahora estoy dando clases en la UNSAM. No son compartimentos estancos, hay libertad de movimiento.

– Y desde el lado de la industria, ¿las empresas valoran el hecho de que un postulante haya hecho un doctorado a la hora de cubrir un puesto laboral?

– Yo creo que sí. No es que si sos doctor sos un fenómeno y si sos licenciado no, pero es un indicador de que llegaste a algo, de que tuviste constancia, de que tenés capacidad de trabajo. Ahora, tranquilamente puede venir alguien que no lo tenga y que me termine gustando mucho más. Pero me parece que, en principio, es un indicador importante.

– ¿Creés que en el sector energético hay espacio para la incorporación de físicos? ¿Las empresas están demandando ese tipo de saberes?

– Sí, totalmente. De hecho hay una demanda insatisfecha importante. Hoy es un muy buen momento para las energías y creo que cualquiera que decida entrar en el sector va a encontrar un lugar para trabajar. En ese sentido, los físicos tiene una gran ventaja, que es la adaptabilidad. La carrera de Física entrega muchas herramientas como para que uno pueda adaptarse a casi cualquier ámbito. Me parece que es una carrera que prepara muy bien para muchas cosas, no sólo para hacer investigación básica.