Tecnología de alimentos

Sacarle el jugo al mate

Un grupo de científicos logró obtener un extracto que conserva las mejores virtudes de la tradicional infusión, incluyendo las conocidas propiedades antireumáticas, antiestrés y antimicrobianas, entre otras. No sólo se probará combinar esta concentración con bebidas naturales para potenciar sus características saludables, y obtener productos de calidad “premium”, sino que ya es usada para investigación básica en la Argentina.

18 Jun 2018 POR

Foto: Diana Martinez Llaser

En rueda de amigos, con familiares o solos, el argentino toma cien litros de mate al año, según promedió en su momento el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Pero, ahora, científicos de Exactas UBA obtuvieron un extracto de esta planta adorada por los guaraníes en Sudamérica, que conserva las características beneficiosas para la salud. De este modo, es posible sumarlo a jugos naturales y obtener un producto que aporte antioxidantes naturales. Además de su potencial nutritivo, esta concentración ya es usada para investigaciones fisiológicas en la Argentina.

“Desde hace muchos años se estudian las virtudes de la yerba mate porque tiene diversas propiedades beneficiosas para la salud debido, en parte, a su elevada concentración de antioxidantes”, describe Sandra Guerrero desde la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, y enseguida agrega: “Nos llevó tiempo lograr un extracto de yerba mate que mantenga la mayor cantidad posible de estos compuestos beneficiosos para la salud”.

Ella y su equipo examinaron, contrastaron una y otra vez, y efectuaron cientos de pruebas en su laboratorio en el Departamento de Industrias de la porteña Ciudad Universitaria. “El extracto soluble en agua ya lo obtuvimos. Logramos desarrollarlo a bajas temperaturas y bajos tiempos de extracción, sin usar solventes agresivos y manteniendo sus propiedades saludables. En otras palabras, conseguimos un extracto de un modo amigable con el medio ambiente”, indica la profesora Guerrero, investigadora del CONICET.

Para los experimentos, el equipo recibe el apoyo financiero de la Universidad de Buenos Aires y del Instituto Nacional de la Yerba Mate, la colaboración de Miguel Schmalko de la Universidad Nacional de Misiones, y de una yerbatera de la provincia de Misiones, que aporta la materia prima en distintos estadios del procesamiento industrial de la yerba mate para alcanzar la mejor y mayor concentración posible.

Propuestas verdes

Una de las propuestas en estudio es aplicar estos extractos a bebidas naturales para reforzar las propiedades antimicrobianas y antioxidantes. “Se trata de desarrollar un producto novedoso con numerosos beneficios para la salud, con un procesamiento económico y fácil de implementar en línea en una industria alimenticia”, destaca.

Daniela Fenoglio, Marcela Schenk, Sandra Guerrero, Juan Ferrario, Mariana Ferrario y Mercedes Garcia Carrillo.

Con este desarrollo en mano, el próximo paso es sacarlo de la dimensión del laboratorio científico e incorporarlo a una bebida a mayor escala y sin alterar las propiedades sensoriales  del producto final. “La idea es tratar de incorporarlo en un procesamiento a escala de la planta piloto que tenemos en  el Departamento de Industrias”, anticipa.

Mientras tanto, bajo una mirada multidisciplinaria, otra línea de trabajo ya está en marcha en el área de la salud. Más precisamente, se trata de un estudio complementario  a cargo del Instituto de Investigaciones Farmacológicas del CONICET, bajo la dirección de Juan  Ferrario, investigador del CONICET y docente de Exactas UBA. Estos científicos prueban, a nivel celular, cuáles son los efectos de este extracto de yerba mate. Específicamente, Ferrario realiza sus investigaciones en neurociencias, focalizado en la enfermedad de Parkinson. Su equipo estudia el posible rol de la yerba mate como factor neuroprotector de las neuronas afectadas por esta dolencia degenerativa.

“Nosotros -dice Guerrero- trabajamos en conseguir el mejor extracto vegetal y verlo desde el punto de vista de la conservación del producto y, desde el consumidor, qué contribución hace, cómo lo enriquece en componentes valorables para la salud, qué capacidad antimicrobiana tiene y qué perfil sensorial define en el producto final”, precisa Guerrero, al tiempo que señala la mirada del equipo dirigido por Ferrario.  “Por el lado de ellos, la idea es evaluar el efecto sobre la maduración y crecimiento de la neuronas. En este sentido, ya hemos visto resultados iniciales muy promisorios y efectivos sobre la capacidad neuroprotectora del extracto de mate”.

Aún queda un largo camino por desandar, y científicos argentinos prosiguen en esta investigación para sacarle el máximo jugo a la yerba mate, y potenciar sus mejores beneficios.