Informe sobre el Volcán Copahue
De acuerdo con la actividad explosiva mostrada durante el mes de octubre, el estado de alerta del volcán pasó de amarillo a naranja y actualmente continúa en esa situación.
Un sábado movido se vivió el pasado 11 de octubre, cuando el volcán Copahue, ubicado en la frontera con Chile en la provincia de Neuquén, comenzó un estado de actividad con la ocurrencia de dos explosiones en el cráter activo del macizo. “De acuerdo con las observaciones, el material emitido generó columnas que alcanzaron alturas máximas de 3.600 metros, y debido a su coloración gris oscuro evidenciaban la presencia de material particulado. La pluma de este material, debido a la acción de los vientos predominantes en la zona, se desplazó por más de 35 kilómetros en dirección noreste. Asociado a esta actividad, durante la noche se observaron incandescencias en la zona del cráter activo”, relata Mariano Agusto, desde el Departamento de Geología de Exactas UBA.
Los diferentes sucesos registrados, y siguiendo los criterios de evaluación del Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS), llevaron a que el estado de alerta del volcán pasara de amarillo a naranja, “y actualmente continúa en esta situación. Mediante los sensores sísmicos que este organismo tiene instalados en los alrededores del volcán se determinaron distintos tipos de eventos sísmicos asociados a la actividad volcánica (volcano-tectónicos VT, largo periodo LP y tremors). La máxima magnitud local no superó los 2.2º, se identificó el día domingo 12 de octubre y fue localizada hacia el noreste y a 5 kilómetros de profundidad”, destaca el investigador del Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos (GESVA – IDEAN) de esta facultad.
Siguiendo con el cronograma de sucesos, Agusto señala que, en los días siguientes, la magnitud de los eventos sismo-volcánicos disminuyó y las columnas de material emitido mermaron. “Las estaciones GPS instaladas por OVDAS identificaron una disminución acumulada en la longitud del edificio volcánico de hasta 9 milímetros, indicando una leve deflación posiblemente asociada a la evacuación del material emitido. Sin embargo -indica-, se han continuado registrando numerosas explosiones menores e incandescencias durante la noche en la zona del cráter. Mediante cámaras térmicas se determinaron en el cráter temperaturas de hasta 350°C, indicando la cercanía de una fuente de calor, la cual habría interactuado con el sistema hidrotermal del volcán y habría generado la actividad explosiva presente por estos días. Por este motivo el OVDAS, hasta el día jueves 16 de octubre, continuaba con el estado de alerta naranja”.
El 22 de diciembre de 2012 fue el último evento explosivo del Copahue, que en mapuche significa “azufre”. En esa ocasión, pobladores y turistas observaron una columna blanca de vapor de agua de 800 metros de alto, que luego se tornó de gris claro a oscuro e incandescente. “Cabe destacar que, a diferencia del último evento eruptivo que se registrara entre diciembre de 2012 y enero de 2013, no se ha percibido el característico olor a azufre dado por la presencia de SO2 y H2S entre los gases volcánicos, como así tampoco se observaron las acumulaciones amarillo-verdosas de este material en la zona del cráter activo”, concluye Agusto.
OVDAS realiza un monitoreo continuo del volcán y publica informes periódicamente en su página web (http://www.sernageomin.cl) con una frecuencia variable según el estado de actividad del volcán. El último, con fecha del 16 de octubre, subraya que el volcán Copahue mantiene el nivel de alerta en NARANJA, lo cual de acuerdo a nuestro protocolo significa “variaciones significativas en el desarrollo del proceso volcánico derivados del análisis de los indicadores de los parámetros de vigilancia. Se recomienda la restricción de una zona de 3 km alrededor del cráter activo”.