En alerta naranja
Un cambio en las señales determinó el aumento del nivel de alerta técnica del volcán ubicado en Neuquén, que dejó de ser amarillo como venía ocurriendo desde abril pasado. “Se trata de un incremento de la actividad sísmica, tanto en la cantidad, como en la magnitud de estos eventos”, precisó el vulcanólogo Mariano Agusto.
Una vez más, el Copahue, situado en Neuquén llama la atención. “En estos últimos días se registró un incremento en las señales con respecto a lo que venía sucediendo. Hasta el domingo, el volcán estaba en alerta amarilla, que es la situación que tenía desde abril de este año. A partir de una serie de eventos sísmicos, volcano-tectónicos y de largo período, los organismos que se encargan de la vigilancia y monitoreo decidieron elevarla a alerta naranja”, detalla el doctor en Geología, Mariano Agusto, del Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos (GESVA) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.
“El lunes 30 de septiembre, las estaciones de monitoreo volcánico instaladas en las inmediaciones del volcán Copahue, registraron tres sismos de largo período con altas energías, localizados a, aproximadamente, 5,8 km al noreste del cráter del volcán”, indicó el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR) a través de su Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) en conjunto con el Observatorio Vulcanológico de los Andes del Sur (OVDAS) de Chile, dado que se trata de un volcán ubicado en la zona limítrofe con el país trasandino. “Esta sismicidad ha sido sentida por la población en las localidades de Caviahue y Copahue, ambas cercanas al volcán”, agrega.
Si bien el Copahue ya había alcanzado el nivel técnico de alerta naranja en otras oportunidades, hacía bastante que no lo estaba. “En 2018 había bajado a alerta verde porque hacía tiempo que habían disminuido significativamente las señales. Luego, con un nuevo incremento en las señales, había vuelto al alerta amarilla en abril de este año, señal que se mantuvo hasta esta reciente modificación”, historia Agusto, desde el Departamento de Geología de Exactas UBA.
Las malas condiciones meteorológicas en la zona dificultaron la visión del panorama. “Por la situación climática no estaría siendo posible divisar con claridad el cráter del volcán para reconocer incandescencias o emisión de cenizas. Sin embargo, desde una de las cámaras de monitoreo se llegó a ver una columna de material particulado, que estaría vinculada a explosiones menores en la zona del cráter. Hasta el momento, no es un evento significativo de acuerdo con lo registrado por las estaciones de monitoreo”, precisa Agusto.
Con respecto a los riesgos específicos, el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile junto con OVDAS, sugiere que “el escenario esperable es la ocurrencia de explosiones menores, con emisión de gases, balísticos y cenizas. Esta actividad estaría contenida dentro de un radio de 5 kilómetros en torno al cráter activo”.
Por el momento, el Copahue es seguido de cerca por los organismos de control y “emiten alertas permanentes en caso de ser necesario, además de estar conectados en forma continua con las autoridades locales para que sean los primeros informados ante cualquier situación, por si debieran, eventualmente, activar algún tipo de mecanismo de protección para la población”, concluye Agusto.