

Un grupo de investigadoras e investigadores argentinos retomó, después de más de una década, el trabajo científico en la isla Decepción. En realidad, no se trata de una isla sino de la corona de un volcán activo que nace en el fondo del mar y del que emergen los últimos quinientos metros. El equipo llevó adelante una serie de estudios geológicos con el objetivo de conocer mejor el comportamiento del volcán.