La vacuna funciona
Un estudio efectuado en la Argentina demostró que la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), implementada en 2011, tiene una eficacia mayor al 93% contra los tipos virales que provocan la gran mayoría de los cánceres de cuello uterino, el tercer cáncer más diagnosticado en las mujeres de nuestro país.
Se estima que cuatro de cada cinco varones y mujeres de la Argentina, en algún momento de sus vidas, van a contraer uno o varios de los tipos de VPH hasta ahora conocidos, según el Ministerio de Salud de la Nación. La advertencia se debe a que es un virus altamente contagioso que se transmite por contacto sexual. De hecho, el VPH es la causa más frecuente de infección de transmisión sexual en el mundo.
El VPH puede provocar cáncer. Del total de cánceres relacionados al VPH, el 94% afecta a las mujeres. Para los varones, la infección puede derivar en un cáncer orofaríngeo, de pene o de ano. A su vez, una de cada cinco mujeres infectadas por el VPH padecerá lo que se denomina “infección persistente”, que provoca lesiones en las células del cuello uterino. Si esas lesiones no son detectadas a tiempo, pueden evolucionar a un cáncer.
En nuestro país, se diagnostican alrededor de 4.500 casos nuevos de cáncer cervicouterino cada año y más de 2.000 mujeres mueren anualmente por esta enfermedad. Todos los cánceres de cuello uterino están asociados a una infección por VPH.
En el año 2011, la Argentina fue uno de los primeros países del mundo que incorporó una vacuna contra el VPH en su calendario de vacunación. Desde entonces, se aplica a las niñas de 11 años, una edad en la que, se supone, todavía no iniciaron su actividad sexual. En 2017, la cobertura se amplió a los varones de 11 años, para protegerlos a ellos e, indirectamente, también a las mujeres.
Hasta ahora, no se conocía el impacto de este plan de vacunación. Ahora, un trabajo científico publicado en la revista Papillomavirus Research da a conocer los resultados de un estudio llevado a cabo en centros de salud de la Capital Federal y de las provincias de Misiones, Santiago del Estero y Buenos Aires. La investigación analizó la presencia del VPH en el cuello uterino de adolescentes sexualmente activas de 15 a 17 años de edad, y comparó los resultados de ese análisis entre aquellas que habían recibido la vacuna y las que no habían sido vacunadas.
Es la primera vez que se monitorea la vacunación contra el VPH en Latinoamérica. “Queríamos brindar a nuestras autoridades sanitarias, lo más rápido posible, un panorama de cómo está hoy impactando la vacunación en la Argentina”, informa María Alejandra Picconi, jefa del Servicio Virus Oncogénicos del Laboratorio Nacional y Regional de Referencia de Papilomavirus del Instituto Malbrán.
Tipos peligrosos
No hay un único VPH. Hay muchos: se conocen más de cien tipos genéticos (genotipos), de los cuales unos 40 afectan la zona genital y anal. Entre ellos, los VPH denominados “de alto riesgo oncogénico”, que son alrededor de quince. Los más comunes son el genotipo 16 (VPH16) y el genotipo 18 (VPH18), que están presentes en el 71% de los cánceres cervicouterinos.
La vacuna bivalente implementada en la Argentina en 2011 estaba dirigida contra esos dos tipos virales. En 2014, se empezó a utilizar la vacuna cuadrivalente, que agrega protección contra el VPH6 y el VPH31, presentes en el 90% de las verrugas genitales provocadas por el virus en ambos sexos. “Son dos virus que no se asocian con cáncer pero que sí se asocian con otras lesiones benignas como los condilomas anogenitales, que son verrugas que se dan tanto en hombres como en mujeres y que tienen una alta morbilidad; o sea, no generan enfermedad grave pero generan muchísimos trastornos de diferente índole”, explica Picconi.
El estudio publicado en Papillomavirus Research analizó la presencia de 36 genotipos diferentes del VPH -tanto de bajo como de alto riesgo oncogénico- en el cuello uterino de más de un millar de mujeres adolescentes que habían sido vacunadas con, al menos, una dosis. Luego, comparó los resultados con los datos de un estudio similar previo, llevado a cabo por el mismo grupo de investigación en los mismos centros de salud, con mujeres adolescentes que no habían sido vacunadas.
“Comprobamos que la gran mayoría de las chicas vacunadas no se infectan con HPV16 ni HPV18. La eficacia de la vacuna es mayor al 93% para estos genotipos”, consigna Picconi, y agrega: “Además, vimos que la vacuna brinda protección cruzada contra otros dos genotipos, el HPV31 y el HPV45, que también pertenecen al grupo de los HPV de alto riesgo oncogénico”.
Estrategia mundial
Según el HPV Information Centre, se estima que, cada año, más de medio millón de mujeres son diagnosticadas con cáncer cervical en el mundo y más de 300.000 mueren por esa enfermedad.
En noviembre del año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó oficialmente la “Estrategia mundial para acelerar la eliminación del cáncer del cuello uterino”. Por primera vez en la historia, el mundo se ha comprometido a eliminar un cáncer. La Estrategia de la OMS plantea como metas que, para el año 2030, todos los países puedan lograr una cobertura de vacunación contra el VPH del 90%, una cobertura de detección del 70% y un acceso del 90% al tratamiento de las lesiones precancerosas y del cáncer cervicouterino, incluido el acceso a los cuidados paliativos.
En la Argentina, el Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cervicouterino contempla la prevención primaria -a través de la vacuna contra el VPH- y la prevención secundaria, que consiste en el control ginecológico anual. Este último, tiene la finalidad de detectar tempranamente la posibilidad de enfermedad mediante la realización del test de VPH -que permite identificar los tipos de alto riesgo oncogénico- y de la prueba de Papanicolaou, que revela la presencia de lesiones precancerosas o cancerosas.
Picconi advierte: “Si bien la vacuna puede prevenir más del 70% de los cánceres de cuello, las mujeres vacunadas deben realizar el control ginecológico anual porque no están protegidas contra todos los virus de alto riesgo oncogénico”.
Preocupación
La vacunación contra el VPH incluye dos dosis, cuya aplicación debe estar separada por un intervalo mínimo de seis meses. “Hay dificultades para cumplir con las dos dosis. La primera dosis supera el 80% de cobertura, pero la segunda dosis cae al 50%. Si los niños y las niñas no tienen el esquema completo de vacunación con las dos dosis, no tenemos asegurado que estén protegidos en el futuro”, subraya Picconi.
Según la especialista, el hecho de que se trate de una infección de transmisión sexual atenta contra la vacunación: “Algunos padres pueden pensar que a los once años de edad falta mucho para que su hijo o hija comience su vida sexual y se exponga a los peligros del cáncer”.
La vacunación no requiere de orden médica y es gratis en todos los vacunatorios, hospitales públicos y centros de salud del país para las mujeres nacidas a partir del año 2000 y para los varones nacidos a partir de 2006. En ambos casos, tienen que haber cumplido los 11 años de edad.
Quienes ya pasaron los 11 años y todavía no se vacunaron tienen disponible la vacuna en forma gratuita si nacieron después de esos años. La vacunación contra el VPH también es gratuita para las mujeres y los varones de entre 11 y 26 años de edad que vivan con VIH o que hayan sido trasplantados.