Un exhaustivo trabajo de análisis estadístico de investigadores argentinos demostró el impacto positivo de la inmunización contra el SARS-CoV-2 en niños, niñas y adolescentes, y reveló que las tasas más altas de mortalidad se dieron en los grupos etarios donde la cobertura fue menor. Sugieren revisar la recomendación de los organismos sanitarios internacionales de no vacunar a niños que no tengan comorbilidades.
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Sin agujas y de aplicación nasal, así es la vacuna de última generación que la UBA desarrolla contra el Chagas una de las 20 enfermedades desatendidas según la Organización Mundial de la Salud, que mata unas 12 mil personas por año en todo el planeta. En Argentina se estima que hay 1,3 millones de afectados. Se espera que la fase de prueba en humanos comience en dos años.
Ante una nueva ola de contagios de SARS-CoV-2 en el país, los especialistas exponen los argumentos inmunológicos y genómicos que ponen de relieve la importancia de continuar los esquemas de vacunación con las dosis disponibles, más allá de cuáles sean las variantes y subvariantes en circulación.
Un estudio multicéntrico efectuado en la Argentina analizó el efecto de las vacunas contra el coronavirus en jóvenes y adultos que padecen inmunodeficiencias congénitas. Es un trabajo pionero a nivel mundial porque incluye a pacientes pediátricos y, también, porque evalúa las cinco vacunas administradas en nuestro país. Su originalidad, además, está dada por el hecho de que analiza la producción de anticuerpos y la inmunidad celular de manera conjunta.
Un estudio realizado por científicos de datos del Instituto de Cálculo permite dimensionar por primera vez el impacto positivo de los esquemas de vacunación anticovid en el país. El trabajo, que registra altas tasas de reducción de la mortalidad, usó la base de datos de la Provincia de Buenos Aires, con casi un millón y medio de casos positivos durante todo 2021.
Mientras datos alentadores en el escenario epidemiológico global y en la Argentina abren la puerta a decisiones importantes, como la no obligatoriedad del uso del barbijo, comienza a vislumbrarse cómo serán las campañas de inmunización a mediano y largo plazo: todo apunta a vacunas que habiliten la aplicación de un solo refuerzo anual.