Todas las miradas sobre el cáncer
Bajo el nombre “Ganando la guerra contra el cáncer”, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA alojó a un simposio que reunió destacados científicos nacionales e internacionales que expusieron sobre investigación básica y estrategias terapéuticas en relación con la enfermedad. El evento fue organizado por Gabriel Rabinovich y Raúl Mostoslavsky y participaron más de mil asistentes. En el inicio, recibió el honoris causa el Nobel Jack Szostak.
El Aula Magna de Exactas UBA estaba a pleno. Más de 1200 inscriptos, investigadores del exterior y de distintos lugares de la Argentina, profesionales de diversos ámbitos de la salud y becarios participaron el jueves 12 y viernes 13 de mayo del simposio internacional “Ganando la guerra contra el cáncer”, un evento internacional organizado por dos investigadores argentinos en el marco del Programa RAICES del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación: Gabriel Rabinovich -profesor de Exactas UBA, vicedirector de Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), y recientemente nombrado miembro de la Academia de Ciencias de Estados Unidos- y Raúl Mostoslavsky, investigador en The Mass General Hospital Cancer Center de Harvard Medical School. La propuesta que, según el testimonio de sus mentores, nació de una conversación en un bar de Nueva York, consiguió sumar a 14 reconocidos especialistas argentinos y estadounidenses y superó los mil inscriptos.
La apertura del simposio -que se desarrolló en su totalidad en el Aula Magna del Pabellón II- estuvo a cargo de autoridades de la Facultad, la UBA y el Ministerio. “Recuerdo pocos casos en que el Aula Magna haya estado tan colmada. Uno de ellos fue cuando vino el Premio Nobel César Milstein, en 1999 memoró Juan Carlos Reboreda, decano y anfitrión. También hizo referencia a la conyuntura educativa: el simposio coincidió con la movilización universitaria por mayor presupuesto y salarios. “Son momentos agitación dentro de las universidades en general, y de la Universidad de Buenos Aires, en particular”, indicó el decano y agregó: “Creo que organizar este tipo de actividades, este simposio, en el ámbito de la universidad es una de las mejores formas de mostrarle a la sociedad la importancia que tiene la educación pública y gratuita que se imparte en las universidades nacionales y la investigación científica que se realiza en las mismas”.
A su turno, el ingeniero Aníbal Cofone, secretario de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires, felicitó a los organizadores del evento por su relevancia y, posteriormente, el subsecretario de Políticas de la Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Jorge Aguado, indicó, refiriéndose a la comunidad científica, que “en nombre de casi todos los argentinos les estamos muy agradecidos por el esfuerzo que hacen día a día” y transmitió un “especial saludo del Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Lino Barañao”, ausente en el evento por encontrarse de viaje. A los agradecimientos se sumó Damasia Becu de Villalobos, directora del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), quien destacó las claves del éxito del encuentro. “Por un lado, quiero resaltar la continuidad del esfuerzo que surge del gobierno anterior y se mantiene con el apoyo del Ministerio y CONICET y, por otro, el de las personas que lo organizaron. He visto a Gabriel (Rabinovich) correr por los pasillos -mientras escribía un paper o recibía una felicitación, ocupándose de los más mínimos detalles, desde el café hasta conseguir becas para que todos puedan venir. Ellos y todos los que los apoyaron lograron con el financiamiento del CONICET y del Ministerio salir a buscar más financiamiento de fundaciones, empresas, para pagar todos los gastos extra. Creo que esto es el ejemplo de una sociedad que trabaja en conjunto para lograr una acción en beneficio de todos”.
Batallas ganadas
Posteriormente a las autoridades, tomaron la palabra los organizadores, adentrando la temática del simposio. Por su parte, Raúl Mostoslavsky no ocultó su alegría por la masiva convocatoria. “Hace un año, esto que se ve grande acá, empezó en una mesa chiquita de 6 ó 7 personas en Nueva York en la reunión del grupo RAÍCES del nordeste”, mencionó al recordar la hora cero de la iniciativa “Ganando la guerra contra el cáncer”.
Si bien Mostoskovsky reconoció que el título del seminario puede resultar delicado cuando aún muchas personas mueren a causa de esta enfermedad, se remontó a menos de un siglo atrás para dimensionar la expresión. Más precisamente, en 1928, el senador norteamericano Matthew Neely, comparó al cáncer con “un monstruo más insaciable que la guillotina”. Por entonces, “cáncer” era sinónimo de enfermedad incurable. “En 1971 había 3 millones de sobrevivientes de cáncer, y en 2015 ascendían a 14 millones de personas. El 64% de ellos tienen 5 años más de vida luego del diagnóstico”, especificó, y enseguida agregó: “Hoy, la leucemia infantil es curada en un 95% de los casos. Actualmente, muchos de esos chicos, que fueron tratados en su infancia, tienen 40 años o más tras sufrir una enfermedad que antes mataba al 100%”.
El linfoma de Hodgkin muestra un 90% de cura; el no-Hodgkin un 65; en tanto, en las últimas décadas, la mortalidad del cáncer de colon disminuyó en un 40%, y el de mama, en un 25, “aunque es curable si se lo detecta temprano”, puntualizó Mostoslavsky.
“¿Por qué hoy hay más sobrevivientes?”, se preguntó el investigador de Harvard. “Porque hay mejores mecanismos de diagnóstico, manejamos mejor los efectos secundarios, y por último, y como pilar, se han desarrollado nuevos tratamientos”. Mostoslavsky no duda de que todos estos logros son fruto de la investigación, y en especial, de la investigación básica.
Por su parte, Rabinovich, planteó: “La pregunta del millón es si en realidad se puede combatir el cáncer desde la ciencia básica, escribiendo trabajos. En realidad, la respuesta es que no es suficiente pero es imprescindible hacer ciencia básica”.
Mapa de situación
Rabinovich se hizo otra pregunta: “¿Le estamos ganando la guerra al cáncer?”, lanzó. “Probablemente se la estamos ganando de a poco en los países más industrializados, pero no justamente en los
países en desarrollo. Y esto tiene que ver con el círculo de la pobreza, pues cuando hay más pobreza, hay menos educación, y cuando hay menos educación, hay menos acceso a la salud, hay menos prevención”, se respondió. En este sentido, el experto ejemplificó con situaciones que se viven en África, donde “muchos de los pacientes no tienen acceso a tratamientos con retrovirales y por lo tanto tienen neoplasias asociadas al SIDA que probablemente no existan en el primer mundo”.
En otra cuestión, pero relacionada con el lugar que se ocupa a nivel mundial, Mostoslavsky mostró un cuadro realizado por la revista científica “Nature” con respecto a las colaboraciones en materia de cáncer realizadas por un centenar de países. “La Argentina está ubicada en el puesto 35. Es un país que impacta dentro de los 100 primeros países. Creo que podemos estar más arriba y este es uno de los objetivos de este simposio”, subrayó. ¿Otro de los desafíos a dejar en claro en el encuentro, a su criterio? “Es importante que los estudiantes vean que se puede hacer buena ciencia en la Argentina”, resaltó.
Por último, Mostoslavsky volvió sobre la razón del título del simposio: “Estamos ganando la guerra contra el cáncer, porque hoy estamos mucho mejor que cuando comenzamos. Para esto se requiere un esfuerzo mancomunado”, resaltó. En este sentido, Rabinovich destacó que la convocatoria a investigadores básicos, becarios, oncólogos, enfermeros y profesionales de la salud es “para poder llegar a esta idea y a este sueño de que entre todos podemos encontrar una cura”.
Cáncer y comienzo de la vida
Distinguido con el doctorado honoris causa de la Universidad de Buenos Aires, Jack Szostak nació en Gran Bretaña, vivió en Canadá y se nacionalizó estadounidense. En el año 2009 recibió el Premio Nobel de Medicina junto con Elizabeth H. Blackburn y Carol Greider por descubrir cómo los telómeros y la enzima telomerasa protegen los cromosomas, lo que supuso una nueva dimensión para la comprensión de las células.
Después de recibir el diploma de manos de las autoridades de la UBA, Szostak dictó una clase magistral titulada, justamente, “Telómeros, telomerasa y cáncer” en la que, además de describir las funciones e interacción entre los cromosomas y la enzima telomerasa, desarrolló los ejes de su actual tema de investigación en el que indaga cómo fue que se desarrollaron las primeras células en la Tierra y su evolución.
Hoy, Szostak, de 63 años, es profesor e investigador de la Universidad de Harvard y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Todos los expositores todos
“Telómeros, telomerasa y cáncer”, a cargo de Jack W. Szostak, fue la charla inaugural del simposio. Otros expositores fueron: Silvio Gutkind, profesor de la Universidad de California San Diego y director adjunto del UC San Diego Moores Cancer Center de California; Eduardo Arzt, investigador superior de CONICET, Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires (IbioBA-CONICET) y profesor titular de Exactas; Raúl Mostoslavsky, profesor asociado en The Mass General Hospital Cancer Center, Harvard Medical School y miembro del Broad Institute, Boston; Osvaldo Podhajcer, investigador superior de CONICET, Fundación Instituto Leloir, Buenos Aires; Mariana Maccioni, investigadora independiente de CONICET, Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (CIBICI) y Facultad de Ciencias Químicas, Universidad Nacional de Córdoba; David M. Sabatini, profesor de Biología del Massachusetts Institute of Technology (MIT), miembro del Whitehead Institute, investigador del Howard Hughes Medical Institute y miembro del Broad Institute, Boston; Alberto Kornblihtt, investigador superior del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE CONICET), International Research Scholar Howard Hughes Medical Institute y profesor titular de Exactas; Ari Melnick, profesor del Weill-Cornell Medical College, Nueva York; Gustavo Mostoslavsky, profesor asociado de la Universidad de Boston y codirector del Center for Regenerative Medicine (CreM), Boston; Patricia Elizalde, investigadora principal del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME CONICET), y Gabriel Rabinovich, investigador superior del CONICET, profesor titular en Exactas.