El SAOCOM ya mira hacia la Tierra
Un nuevo satélite argentino orbita alrededor del planeta. Se trata del SAOCOM 1A, impulsado por la CONAE. Fue diseñado para proveer datos en cualquier condición meteorológica. Investigadores del Instituto de Astronomía y Física del Espacio fueron quienes desarrollaron las metodologías que utilizará el satélite para la estimación de la humedad del suelo.
Un nuevo satélite argentino fue puesto en órbita el domingo por la noche. Se trata del SAOCOM 1A, un proyecto que se viene desarrollando desde la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) al menos desde el año 2013 y que, entre otros objetivos, servirá para medir la humedad del suelo de la Pampa Húmeda.
Los investigadores del Grupo de Teledetección Cuantitativa del IAFE trabajaron en el diseño científico que se utilizará para los detectores del satélite. Éste lleva a bordo un radar de apertura sintética (SAR) que opera en microondas y cuyo principal objetivo es la estimación de humedad del suelo. A su vez, también se podrán identificar zonas de riesgo de inundación y suelos muy secos que corran peligro de incendio, monitorear el desplazamiento de glaciares, ofrecer servicios a la agroindustria mediante el monitoreo del crecimiento de cultivos y vigilar el mar argentino.
El trabajo del Grupo de Teledetección Cuantitativa consistió, básicamente, en el desarrollo científico de metodologías para la estimación de la humedad superficial del suelo a partir del coeficiente de retrodispersión medido por el sistema SAOCOM. Esas metodologías implican el desarrollo de algoritmos que permitan abordar y procesar la información digital que proveerá el satélite.
Matías Barber es uno de los investigadores del IAFE que formó parte del proyecto. Según explicó en diálogo con NEXciencia, el trabajo del Grupo de Teledetección estuvo abocado al diseño de los algoritmos que permitirán estimar la humedad del suelo. “Los radares de apertura sintética emiten ondas electromagnéticas que al incidir sobre un blanco se modifican producto de la interacción. Parte de estas ondas modificadas regresan al radar y son digitalizadas. A partir de esta información digital se decodifican las propiedades del blanco mediante algoritmos sofisticados”, dice Barber y agrega: “Cuando el blanco es un suelo agrícola, la propiedad más importante es su humedad, que determina en gran medida el rendimiento del cultivo”.
Por su parte, Francisco Grings, otro de los investigadores del IAFE que participó del proceso, describe que desde el año 2005 se realizaron varios intercambios con la misión SAOCOM. “Específicamente, se estudió mediante simulaciones las incertezas máximas permitidas en dos parámetros globales críticos del SAR, para que el error en la humedad del suelo no superase el especificado por la misión”, explica. “También se diseñaron y construyeron blancos de calibración de distintos tamaños y materiales”, afirma.
Quien estuvo a cargo del diseño de esos blancos de calibración fue Mariano Franco. Según pudo detallarle a NEXciencia, estos blancos, denominados corner reflectors, permiten mantener calibrado al satélite. Se trata de una esquina hecha con placas metálicas, con un cierto ángulo que devuelve la señal total que llega del satélite. “Tienen una respuesta que, dentro de todo, es fácil de calcular conforme a la amplitud de onda de la señal incidente, que es la que llega del satélite. Pueden estar ubicados en un punto solo o distribuirse en una cruz de corner distanciados en varias amplitudes de onda para que no interfieran, entonces se pueden ver un montón de puntos brillantes”, detalla.
Según agrega el licenciado en Computación, Pablo Perna, Mariano Franco diseñó los modelos de corner incluso encargándose de la parte de atornillar las chapas.
“Tienen muchos propósitos, desde medir la resolución radiométrica del sistema, hasta estimar qué deformaciones geométricas puede tener, porque si colocás varios, se tendría que mostrar la misma disposición que está puesta en tierra”.
Perna, además, explica que lo que se lanzó, en realidad, se trata de una plataforma, porque se compone de lo que lo mantiene vivo en órbita, de lo que le da la posición y la orientación, y del instrumento propiamente dicho. “De ese instrumento había un modelo previo de ingeniería”, detalla Perna, y agrega: “Se encontraba en tierra y se lo hacía volar con un avión para hacer pruebas. Es ese instrumento el que nosotros ayudamos a calibrar”, relata.
El SAOCOM 1A ya se encuentra orbitando la Tierra a unos 659 km de altura de la superficie y pasa por la Argentina dos veces al día, recorriendo su órbita a una velocidad de 8 km por segundo. Fue lanzado por un cohete Falcon 9 de la empresa Space X en California, Estados Unidos, y ahora es monitoreado por la CONAE desde la provincia de Córdoba.
Se estima que para el 2019, el satélite contará con la compañía del SAOCOM 1B. La construcción de estos satélites se realizó en la CONAE, junto a organismos y empresas estatales del campo tecnológico y científico nacional como la CNEA y el INVAP. Se trata de líneas de trabajo que llevaron muchos años y que han tenido lugar en un momento de incremento del presupuesto y de las políticas públicas en materia de ciencia y técnica. Un ejemplo del resultado de incentivar el desarrollo nacional en ese campo.