El invierno que se espera
Doce especialistas de la climatología se reunieron para consensuar el pronóstico climático del próximo trimestre en la Argentina. ¿Qué se espera para los meses de junio, julio y agosto en el Área Metropolitana de Buenos Aires?
Un rasgo característico del ser humano es el de tratar de anticiparse a los eventos. Es una cualidad que le ha posibilitado la supervivencia. Predecir el futuro es una obsesión que recorre la historia de todas las culturas del planeta. Tanto es así, que quienes hacían profecías o practicaban la adivinación eran convocados por los poderosos: el jefe de una tribu, el rey o el emperador estaban pendientes de los vaticinios.
El desarrollo del conocimiento científico aportó fundamentos matemáticos a esas anticipaciones. Hoy se puede pronosticar con distintos grados de certeza la ocurrencia de un eclipse, de una tormenta solar o la colisión de un asteroide con la Tierra.
La ciencia ha ocupado un rol central a la hora de responder la pregunta acerca de lo que vendrá. Puede estimar cómo evolucionará la salud de un paciente, la economía de un país o una epidemia.
Para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), durante el próximo trimestre hay mayor probabilidad de tener lluvias por debajo de lo normal.
Predecir el futuro del clima es, tal vez, una de las prácticas que más nos acercan a nuestros primeros ancestros. Aquellos seres primitivos miraban el cielo, olían el aire, prestaban atención al comportamiento de los animales. Nosotros elaboramos pronósticos.
Consenso científico
Se reúnen todos los fines de mes para consensuar lo que va a suceder con el clima de la Argentina en el siguiente trimestre. Son doce especialistas en climatología de distintos organismos públicos del país: el Servicio Meteorológico Nacional (SMN); el Instituto Nacional del Agua; el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de Exactas UBA; el INTA; el CONICET, entre otros.
Durante la semana previa al encuentro, cada uno de ellos analiza numerosos modelos matemáticos que simulan las interacciones más probables que se producirán entre la atmósfera y los océanos y el relieve terrestre y las grandes masas de hielo. Estudian modelos globales y regionales, los armonizan, los integran, y ajustan los resultados aplicando el valor agregado que les dan el saber y la experiencia. Finalmente, se reúnen para consensuar, entre todos, un pronóstico climático. Es decir, qué se puede esperar en relación con las lluvias y las temperaturas en nuestro territorio.
Acaban de consensuar lo que puede suceder en el trimestre que viene: junio, julio y agosto. Los meses del invierno.
Señales de lo que vendrá
Para elaborar el pronóstico climático, toman como referencia lo que sucedió con el clima en los treinta años que van de 1981 a 2010. Es un cúmulo de datos significativo para establecer promedios y comparaciones a la hora de analizar los tres meses que se quieren pronosticar. Lo hacen para todo el país. NEXciencia pidió el pronóstico climático local.
“Para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), durante el próximo trimestre hay mayor probabilidad de tener lluvias por debajo de lo normal”, anticipa desde el SMN José Luis Stella, uno de los doce especialistas en climatología que consensuaron el pronóstico, y el responsable de elaborar y publicar el informe final. “Esto no quiere decir que no pueda ocurrir algún evento de abundante precipitación, como el del 25 de mayo último”, aclara.
Es probable que la amplitud térmica sea mayor a la normal. Es decir, puede haber una mayor frecuencia de temperaturas mínimas bajas y de temperaturas máximas algo más altas que el promedio.
En cuanto a la temperatura, los modelos de simulación del clima y la evaluación de los expertos mostraron un panorama menos definido: “No se llegó a un consenso en lo referente a las temperaturas que se esperan para la región del AMBA. Pero en lo que sí hubo acuerdo es en que es probable que la amplitud térmica sea mayor a la normal. Es decir, podemos tener una mayor frecuencia de temperaturas mínimas bajas y de temperaturas máximas algo más altas que el promedio. Y, como estamos hablando del invierno, lo que más podría afectar son las mínimas bajas”.
Según Stella, “la amplitud térmica que se podría llegar a dar en el invierno es bastante acorde a que estamos esperando un trimestre seco”.
En este sentido, el especialista explica que la menor cantidad de lluvia en relación con el promedio se explica en gran parte por el fenómeno de La Niña: “Venimos de una Niña bastante prolongada. Se estableció en 2020 y, desde entonces, está instalada. A comienzos de este año, parecía que el fenómeno estaba menguando. Pero, después, se intensificó y hoy sigue estando presente. Ahora sabemos que va a persistir durante el invierno”.