Nuevo ámbito para el desarrollo tecnológico

Del laboratorio a la producción

Con un acto llevado a cabo en el Pabellón I de Ciudad Universitaria, quedó formalmente inaugurado un nuevo Espacio de Innovación Y-TEC en Exactas UBA. La iniciativa, a cargo de la física Silvia Goyanes, estará enfocada al diseño de nanoestructuras para la industria energética apuntando, particularmente, a la creación de nuevos materiales. Uno de esos desarrollos, ya patentado, es un polímero absorbente que permite separar el agua de los hidrocarburos.

8 Jun 2016 POR
Durante el encuentro, la investigadora proyectó un video en el que podía verse una pecera dividida en dos compartimientos por una membrana. Uno de ellos tenía agua, el otro estaba vacío. Luego se arrojaba gasoil en el agua y se observaba, para sorpresa de los presentes, cómo la membrana absorbía el gasoil hacía el compartimiento vacío dejando el agua limpia.

Durante el encuentro, la investigadora proyectó un video en el que podía verse una pecera dividida en dos compartimientos por una membrana. Uno de ellos tenía agua, el otro estaba vacío. Luego se arrojaba gasoil en el agua y se observaba, para sorpresa de los presentes, cómo la membrana absorbía el gasoil hacía el compartimiento vacío dejando el agua limpia.

http://nexciencia.exactas.uba.ar/audio/SilviaGoyanes.mp3
Descargar archivo MP3 de Silvia Goyanes

http://nexciencia.exactas.uba.ar/audio/SilviaGoyanes2.mp3
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Y-TEC es un emprendimiento sumamente original a nivel mundial dado que se trata de una compañía de investigación y desarrollo formada en un 51% por YPF -una sociedad anónima con mayoría estatal- y en un 49% por CONICET, el organismo referente de la ciencia en el país. Creada en 2012, su misión es brindar soluciones tecnológicas de alto impacto para el sector energético potenciando la industria nacional de hidrocarburos y diversificando la matriz energética del país.

Con esos objetivos en la mira, la empresa lanzó un programa de creación de “Espacios de Innovación” como una nueva forma de relacionarse con socios clave. Se trata de ámbitos comunes de trabajo impulsados por la compañía para complementar capacidades científicas con instituciones públicas y privadas. En definitiva, son laboratorios de investigación con probada trayectoria en ciencia y tecnología aplicadas de alto nivel que Y- TEC elige potenciar aportando recursos y capacidades para impulsar el desarrollo de nuevos productos tecnológicos y su lanzamiento al mercado.

El acto de inauguración del nuevo Espacio de Innovación Y-TEC en el IFIBA (Instituto de Física de Buenos Aires, Exactas UBA-CONICET) tuvo lugar en el Laboratorio de Polímeros y Materiales Compuestos del Departamento de Física de Exactas UBA. Del encuentro participaron, entre otros, Santiago Sacerdote, gerente general de Y-TEC; Juan Soria, director de Vinculación Tecnológica del CONICET; Juan Carlos Reboreda, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y Juan Pablo Paz, director del IFIBA.

“Como empresa hemos definido una serie de áreas del conocimiento en las cuales creemos que debemos ser fuertes. Materiales y nanotecnología es una de ellas. En la interacción con el CONICET y con la Universidad hemos identificado a grupos que tienen fuertes capacidades en esas áreas y ahí se hizo el contacto. Pero eso no significa que la oportunidad se haya cerrado con ellos. En la medida en que encontremos nuevos grupos podrán generarse nuevos espacios”, explica Sacerdote.

Silvia Goyanes y Santiago Sacerdote.

Silvia Goyanes y Santiago Sacerdote.

En esa línea, el funcionario detalló que desde Y-TEC se han detectado, hasta el momento, 30 espacios potenciales de innovación a lo largo 11 provincias, y que la idea es inaugurar 20  durante 2016. Las áreas del conocimiento buscadas son: modelado y simulación, geociencias, energías renovables, ingeniería de instalaciones, ambiente, biotecnología, materiales y nanotecnología, ingeniería de procesos, y desarrollo de productos.

La física Silvia Goyanes, investigadora el IFIBA y profesora de Exactas UBA, es la persona que estará a cargo de este nuevo espacio. “Para mí este espacio de innovación es muy importante porque se enmarca en un concepto claro: vincular la ciencia con la empresa. Se trata de un espacio conformado por científicos, por tecnólogos y por gente de empresas y, de ese intercambio, seguramente surgirán desarrollos innovadores que se convertirán en productos para el mercado”, afirma Goyanes, y agrega: “Es muy importante que la gente vea que desde el sistema científico podemos generar productos tecnológicos novedosos a nivel mundial”.

Durante el encuentro, la investigadora proyectó un video en el que podía verse una pecera dividida en dos compartimientos por una membrana. Uno de ellos tenía agua, el otro estaba vacío. Luego se arrojaba gasoil en el agua y se observaba, para sorpresa de los presentes, cómo la membrana absorbía el gasoil hacía el compartimiento vacío dejando el agua limpia. Lo mismo ocurría cuando se incorporaba petróleo crudo.

Ese espectáculo, que parecía surgido de un show de magia, es, en realidad, el fruto de un novedoso material absorbente desarrollado en base a un polímero nanoestructurado que es altamente hidrofóbico, y a la vez, oleofílico. “Eso significa que repele el agua pero que absorbe aceites y también hidrocarburos. Este desarrollo supera, en propiedades y funcionalidad, a todos los productos que hay actualmente en el mercado”, se entusiasma Goyanes. “Les aseguro que, quienes están en la industria, ven este video y se vuelven locos”, se suma Sacerdote con satisfacción.

Este material parece destinado, básicamente, a promover una relación más amigable de la industria petrolera con el ambiente. “Piensen que hoy en día hay grandes problemas ambientales por los derrames de hidrocarburos -ilustra Goyanes-. Este material,  puede actuar como una membrana selectiva, es decir, puede permear el petróleo que se derrama. Se podría utilizar, por ejemplo, en un puerto en donde tengo aguas contaminadas con crudo, entonces, pongo la membrana y, del otro lado, recuperaría el petróleo. Por lo tanto, tengo el valor medioambiental, porque limpio el agua, y tengo el valor económico, porque además recupero el petróleo”.

A partir de ahora se abre una etapa, que durará aproximadamente dos años, en la que se harán todo tipo de pruebas, de mejoras, y se va a escalar el material hasta alcanzar el prototipo. “Estamos muy contentos porque le tenemos mucha fe al producto y creemos que va a llegar al mercado”, asegura, convencida, Goyanes. Y completa:” Y lo que más me gusta a mí es que ahora estamos haciendo tres productos más. Esto puede posicionar a la Facultad  como un lugar desde el que también se puede hacer tecnología. Eso, me parece, marca una diferencia”.