Desarrollo tecnológico

La Defensa tiene su ciencia

Se llevó a cabo, en el Pabellón I de Ciudad Universitaria, la primera jornada de difusión del Polo Industrial-Tecnológico integrado por diferentes empresas e institutos que dependen del Ministerio de Defensa. El evento tuvo por objetivo dar a conocer las actividades de investigación y desarrollo que tienen lugar en esas dependencias y plantear las oportunidades de empleo y de elaboración de proyectos conjuntos para egresados e investigadores de Exactas UBA.

22 Abr 2015 POR

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A primera vista resulta, por lo menos, curioso. El sentido común indica que la relación debería haber sido extensa y fluida. Pero no ha sido así. La realidad es que, recién hace unos pocos días, el martes 7 de abril, tuvo lugar en la Facultad la primera edición de las jornadas del Polo Industrial-Tecnológico para la Defensa con el fin de difundir el potencial de los proyectos, capacidades y oportunidades que ofrece un conjunto de instituciones que forman parte del Ministerio de Defensa para el desarrollo productivo y el sistema científico tecnológico nacional. Sin embargo, esta “demora” no ha sido producto de la desidia ni de la casualidad, sino que está vinculada a causas políticas e históricas.

“La falta de articulación tiene que ver con una historia de desmantelamiento del aparato científico tecnológico y del sistema de la defensa y, también, con la dificultad que implica reconstruirlos nuevamente. Este encuentro no se podría haber hecho diez años atrás porque no había una base de sustentación en ninguno de estos ámbitos”, explica Santiago Rodríguez, secretario de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa. Y agrega, “actualmente el Ministerio de Defensa tiene numerosos proyectos concretos y exitosos, como radares, satélites, aplicaciones del láser, y otros que se pueden constituir en motor del desarrollo y de demanda de capacidades. Entonces, no es tan raro que no se haya hecho antes, ni tampoco que se haya materializado hoy”.

Ese proceso de reconstrucción tuvo su materialización institucional en la creación, en el año 2013, de la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa, con el objetivo de llevar adelante el planeamiento y la gestión del sistema científico y tecnológico para la defensa. Forman parte de este Polo I+T: el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF), el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el Servicio de Hidrografía Naval (SHN), Fabricaciones Militares, la Fábrica Argentina de Aviones y el Complejo Industrial Naval Argentino.

Santiago Rodríguez, Agustín Rossi y Juan Carlos Reboreda.

Santiago Rodríguez, Agustín Rossi y Juan Carlos Reboreda.

Ahora bien, cuál es la demanda concreta de recursos humanos que el complejo industrial tecnológico requiere del sistema universitario. “La cuestión tecnológico estratégica está yendo mucho hacia la electrónica embebida, software, sensores, telecomunicaciones, entonces, todas las disciplinas que tengan que ver con eso, son importantes. Por otro lado, hoy todo se modeliza, ya sea en aeronáutica, aeroespacio, vectores y cohetería, en pronósticos meteorológicos, en modelos hidráulicos, o sea que, los informáticos, los matemáticos, los físicos, siempre hacen falta. Además, por supuesto, ingenieros, licenciados en Ciencias de la Atmósfera, las disciplinas vinculadas con la cuestión geográfica, con los estudios del mar, los geólogos. La verdad es que creo que no hay un egresado de esta facultad que no sea hoy demandado por alguna dependencia del Ministerio de Defensa”, asegura Rodríguez.

La Jornada, de la que participó el ministro de Defensa, Agustín Rossi y el decano de Exactas, Juan Carlos Reboreda, se estructuró alrededor de una serie de exposiciones brindadas por funcionarios de las empresas e institutos que forman parte del POLO I+T, que disertaron sobre las diversas temáticas y proyectos que se están llevando adelante. Con el objeto de dejar claro que sumarse a estas iniciativas no implica colaborar en proyecto con fines militares, los expertos hicieron hincapié en el uso dual de las tecnologías. “No existe un conocimiento, una tecnología específica, un recurso humano formado a alto nivel de especialización, que no pueda volcarse tanto para la defensa como para cualquier tipo actividad civil”, aclara Rodríguez y se explaya, “si repasamos las innovaciones tecnológicas más importantes de los últimos cincuenta años en materia de telecomunicaciones -celulares, radares, satélites, Internet y muchas otras-, casi todas ellas han surgido de desarrollos militares que después fueron volcados hacia la sociedad en general. Todo desarrollo que se hace en el ámbito de la defensa siempre sirve para aportar al resto de la sociedad”.

En paralelo a las charlas, en el hall de ingreso, diversos especialistas presentaron posters destinados a explicar los fundamentos de proyectos específicos de alta complejidad desarrollados dentro del POLO I+T en materia de industria ferroviaria y aeroespacial, radarización, generación de energías limpias, así como nuevas tecnologías para estudios climatológicos, geofísicos y marítimos.

Hacia el futuro, la idea es que este tipo de actividades se multipliquen con el objetivo de que estudiantes, egresados e investigadores de Exactas UBA tengan en cuenta que en el ámbito de la Defensa existen muchas oportunidades abiertas para su desarrollo profesional. Una muestra de ello son los subsidios PIDDEF que otorgan hasta 2,5 millones de pesos por proyecto a investigaciones científico-tecnológicas vinculadas con diferentes áreas. “En los últimos años se han invertido unos 140 millones de pesos para financiar alrededor de 130 proyectos y 109 becarios”, detalla Rodríguez. Y remata: “no hay manera de seguir desarrollándonos autónomamente sin el manejo de ciertos conocimientos y tecnologías y eso sólo será posible si logramos articular todo el sistema científico tecnológico nacional”.