Reducción de muertes por covid

No fue magia

Un estudio realizado por científicos de datos del Instituto de Cálculo permite dimensionar por primera vez el impacto positivo de los esquemas de vacunación anticovid en el país. El trabajo, que registra altas tasas de reducción de la mortalidad, usó la base de datos de la Provincia de Buenos Aires, con casi un millón y medio de casos positivos durante todo 2021.

11 Oct 2022 POR

Un vasto estudio estadístico, realizado sobre una base de datos de casi un millón y medio de casos de personas con diagnóstico positivo de covid durante todo el año 2021, permite por primera vez dimensionar el impacto de los esquemas de vacunación contra esa enfermedad en la Argentina. El trabajo de un equipo de científicos de datos liderado por Guillermo Durán, investigador del Instituto de Cálculo (UBA-CONICET) y actual decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, buscó cuantificar el efecto de la campaña de inmunización en la Provincia de Buenos Aires, en términos de probabilidad de muerte por covid. Para ello se desarrollaron modelos matemáticos que consideraron atributos como edad, sexo, dosis recibidas y municipio de residencia, los que mostraron elevadas tasas de efectividad de la vacuna. En los casos de las personas vacunadas con dos dosis o más, la reducción estimada de la mortalidad llegó, para algunos grupos etarios, a valores cercanos al 90 por ciento.

“Sabemos que las vacunas funcionan y que funcionaron bien. Lo que este estudio permite es medir cuantitativamente cuán bien funcionaron, en casos concretos de todo un año en el distrito que concentra casi el 40% de la población total del país, y entender, además, cuánto mejor funcionaron dos dosis que una y cuál fue la vacuna que mejor rendimiento tuvo”, resume Durán.

Los resultados del trabajo arrojan varias conclusiones. La efectividad de la vacuna, muy elevada con dos dosis, decrece cuanto mayor es la edad de los vacunados, pero se mantiene por encima del 50% aun para las personas de edades más avanzadas. La efectividad con sólo una dosis es bastante menor, llegando en su punto más alto a valores cercanos al 50% pero decreciendo fuertemente hasta un piso del 10% en hombres mayores de 80 años. En casi todos los grupos etarios, la tasa de mortalidad es menor en mujeres que en hombres.

Para comprender correctamente los alcances del estudio, son necesarias dos definiciones: la tasa de “reducción de la probabilidad de muerte” es el cociente entre la probabilidad de muerte estimada por el modelo matemático para los vacunados y la estimación de esa misma probabilidad para los no vacunados; en el mismo sentido, la “efectividad” de la vacunas es la reducción proporcional de los casos de muertes cuando se comparan vacunados y no vacunados.

El equipo analizó, como se dijo, los casos de covid confirmados por test positivo o por nexo epidemiológico (sintomáticos y considerados positivos por contacto estrecho con un infectado; recordemos que casi no hubo búsqueda activa de casos asintomáticos en ese período). Excluidos los casos de recontagios, se trabajó con una base de datos de 1.445.874 registros. De ese total, la mortalidad bruta fue del 2,08 por ciento: durante 2021 fallecieron a causa del covid en territorio bonaerense 30.058 personas.

Andrés Farall y Daniela Parada. Foto: Diana Martinez Llaser. Exactas UBA.

“Es importante señalar que se trata de un estudio observacional –dice Andrés Farall, investigador del Instituto de Cálculo–, no es un análisis clínico ni hay un proceso de aleatorización que nos permita asignar con seguridad que la menor cantidad de muertes se deba exclusivamente a las vacunas. De hecho, el efecto real de las vacunas, que es el que surge de los ensayos clínicos, es superior al que registramos nosotros en este contexto. Esto podría deberse a que existe un sesgo en la población vacunada durante 2021, que fueron, por una cuestión de prioridades en el orden de asignación de las dosis, primero personas con factores de riesgo más altos, que de por sí tienen una mortalidad más alta.” Esto quiere decir que el estudio podría estar brindando una estimación “de mínima” de la real efectividad de las vacunas.

Un detalle central. Del total de positivos de covid registrados en la Provincia de Buenos Aires durante 2021, el 77,5% recibió dos o más dosis, y sólo un 12,3% quedó sin inmunizar. “Sin embargo, ese es el dato consolidado al cabo de todo un año, pero hubo una enorme cantidad de personas que se infectaron antes de recibir la vacuna –advierte Daniela Parada, personal del Instituto de Cálculo–, por lo cual no podemos considerarlas ‘vacunadas’ para nuestro estudio. Tuvimos que precisar entonces una ventana de tiempo para definir cuándo considerar que alguien estaba vacunado desde el punto de vista inmunológico, o sea, 14 días antes de presentar síntomas, tiempo sugerido para garantizar el proceso de inmunización que producen las vacunas según los estudios epidemiológicos de referencia. Con ese criterio, el universo de los que no recibieron ninguna dosis antes de contagiarse se amplía drásticamente al 78,3% del total”.

“Quizás el resultado más sustancial que brinda el estudio –agrega Farall–  es estimar cuánto se reduce la mortalidad en cada rango etario. Obviamente, con dos dosis la efectividad es mayor. Pero se observa que la efectividad decae con la edad. En edades cada vez más avanzadas, las vacunas son relativamente menos efectivas. No era algo obvio, podría ocurrir que la efectividad se mantuviera constante en todas las edades, pero no es así.”

El estudio aporta otras constataciones. Las vacunas Sputnik V y AstraZeneca, en ese orden, mostraron una efectividad mayor que Sinopharm. Por otra parte, se observó un aumento de la probabilidad de muerte en los meses del invierno, en algunos rangos etarios, de más de un 20 por ciento.

Curvas estimadas de la probabilidad de muerte por edad, sexo y esquema de vacunación.

Los investigadores también indagaron en las tasas de mortalidad de vacunados y no vacunados en cada uno de los 135 municipios bonaerenses, y hallaron que el indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) “es un predictor con un efecto moderado en la mortalidad, produciendo (en distritos con altos índices de NBI) incrementos aditivos en la misma de más de un 10 % para edades avanzadas”.

Del modelo matemático, y comparando entre vacunados y no vacunados, puede obtenerse una estimación de la proporción adicional de muertes que se obtendría si todos los individuos que recibieron una o más dosis en la base de datos hubieran quedado sin vacunar. Ese cálculo arroja un exceso de 25,4 % (7.610 muertes) por sobre las muertes efectivamente observadas en la Provincia (que durante 2021 concentró casi el 45% de los fallecimientos por covid de todo el país).  Los propios investigadores aclaran que este cálculo hipotético, si bien da cuenta del impacto a todas luces positivo de la campaña de inmunización, no pretende ni debe ser considerado como una estimación real de la cantidad de personas que hubieran muerto si no recibían las vacunas.

“Ese dato necesariamente debe ser relativizado –explica Farall–. Es importante prestarle atención, por supuesto, y es un cálculo que usamos para describir globalmente el efecto que observamos, pero es lo que se llama un análisis contrafactual, imposible de evaluar científicamente con los datos disponibles.”

 

Fuente

Un trabajo de esta magnitud fue posible gracias a los datos provenientes del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA), que facilitó a los investigadores el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, en el marco de un convenio firmado por las autoridades bonaerenses con Exactas UBA con el fin de desarrollar herramientas matemático-computacionales para asistir a la Provincia en la toma de decisiones durante la pandemia y analizar el impacto de las políticas públicas en el marco de la emergencia sanitaria. De hecho, Guillermo Durán integró el comité de asesores científicos del gobernador Axel Kicillof desde abril de 2020. La base de datos con la que se trabajó contiene todos los casos confirmados de covid testeados en la Provincia junto con su historial de vacunación y eventual muerte, durante el año 2021.

Junto a Guillermo Durán, del estudio participaron Manuel Durán, por la Facultad de Ingeniería de la UBA; Andrés Farall, Jemina García, Daniela Parada y Ariel Salgado, por el Instituto de Cálculo.