Aves genéticamente custodiadas
Un grupo de investigadores e investigadoras, encabezados por Bettina Mahler, estudian aspectos genéticos que aporten datos para ayudar a la conservación de diversas especies de aves amenzadas.
En el Laboratorio de Ecología y Comportamiento Animal se estudian diferentes aspectos del comportamiento en aves. A partir de estas líneas de investigación se fue gestando otra, que utiliza información genética para contestar preguntas relativas al comportamiento y la ecología de las especies modelo de estudio. Esta disciplina es conocida como ecología molecular y una de las personas que la lleva adelante es Bettina Mahler. “Comenzamos a utilizar marcadores moleculares para el estudio de los sistemas de apareamiento, para estimar la dispersión a pequeña y mediana escala y para el sexado molecular de adultos y pichones”, cuenta la investigadora. Desde hace algunos años, Mahler y su Grupo de Genética de la Conservación focalizaron su trabajo en especies de aves amenazadas, y estudian aspectos genéticos que ayuden a su conservación.
Los estudios se centran en especies que habitan diversos ambientes. Se estudian aves de pastizal, como por ejemplo, el yetapá de collar (Alectrurus risora), que habita el noreste del país y que está particularmente amenazada por la expansión de la frontera agrícola que afecta su ambiente natural. “Para esta especie, así como para el cardenal amarillo (Gubernatrix cristata), que habita el ambiente de espinal, estudiamos la conectividad entre las poblaciones remanentes en zonas con disponibilidad de hábitat. Las poblaciones que se encuentran aisladas forman unidades demográficas independientes, también llamadas unidades de manejo en especies amenazadas, y esto se refleja en una estructuración genética, con una diferenciación entre las variantes génicas de cada población”, explica Mahler.
En el caso del cardenal amarillo, el equipo de investigadores pudo reconocer tres poblaciones diferenciadas tanto genéticamente como en su canto. De esta manera definieron tres unidades de manejo en el espinal. Una de ellas se encuentra en la zona este del espinal, en el litoral, y las otras dos en la región oeste: una que incluye las provincias de San Luis y el norte de La Pampa, y otra que abarca el sur de La Pampa y Rio Negro.
“Además de la pérdida de hábitat, otra de las principales amenazas que sufre esta especie es la captura ilegal. El llamativo plumaje amarillo de los machos y su canto melodioso los hacen sumamente atractivos para el mascotismo. Cada año, se captura una cantidad desconocida de individuos para su venta ilegal. Parte es decomisada por fuerzas de seguridad y enviada a centros de recuperación pero su manejo es crítico porque no pueden albergar a la totalidad de las incautaciones”, afirma Mahler. Mediante un convenio realizado con el ex Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, los resultados de los estudios genéticos realizados por el equipo de Mahler fueron utilizados para determinar la proveniencia geográfica de los individuos incautados y para coordinar sus liberaciones. “Regularmente, realizamos estudios de asignación genética de cardenales incautados, que son posteriormente liberados en sus respectivas unidades de manejo”, dice la investigadora.
Por otra parte, el equipo de investigadores también lleva adelante otra línea que estudia aves patagónicas como el pingüino penacho amarillo (Eudyptes chrysocome) y el macá tobiano (Podiceps gallardoi). “Las modificaciones que ocurren en los mares y océanos como consecuencia del cambio climático tienen consecuencias imprevistas para las especies que los habitan. Los cambios en la disponibilidad de alimento y en la temperatura del agua podrían ser, en parte, la causa de la declinación observada en las poblaciones del pingüino penacho amarillo”, sostiene Mahler. Mediante estudios genético-poblacionales, las y los investigadores analizan patrones de movimiento y dispersión, tanto a nivel local como regional, que les permitan conocer la conectividad entre las colonias reproductivas de esta especie.
Por último, el macá tobiano, una especie endémica que se reproduce en las lagunas de las mesetas de la provincia de Santa Cruz, es amenazada por varios factores que han llevado a la declinación del 80% de su tamaño poblacional durante los últimos 25 años. “La disminución de las precipitaciones y el aumento de la velocidad de los vientos llevan a una menor disponibilidad de lagunas para la reproducción exitosa. Por otra parte, la presencia de especies invasoras como el visón americano o la trucha arco iris afectan directamente a las colonias reproductivas”, explica la especialista.
Gracias a censos anuales realizados en las distintas mesetas, los investigadores saben que se mantiene un número relativamente constante de individuos en cada una de ellas, lo que podría indicar una tendencia a a permanecer en el mismo territorio en el que nacieron o a volver al mismo para reproducirse o nidificar. “Con un estudio de estructuración genética entre los individuos de las distintas mesetas esperamos encontrar evidencias que refuercen esta hipótesis” afirma Mahler. “Buscamos obtener resultados que ayuden a delinear estrategias de conservación efectivas para las especies amenazadas, tanto en la identificación de patrones genéticos como en caracteres transmitidos culturalmente”, sostiene.
Grupo de Genética de la Conservación
(Laboratorio de Ecología y Comportamiento Animal – IEGEBA)
Pabellón 2, 4to. piso, Pabellón II, http://server.ege.fcen.uba.ar/leyca
Dirección de la línea de Investigación: Bettina Mahler
Integrantes: Kini Roesler
Becaria posdoctoral: Marisol Domínguez
Tesistas de doctorado: Nicolás Lois, Emilia Giusti, Melina Atencio