¿Convivencia exitosa?
La introducción de especies exóticas en un ecosistema puede poner en riesgo su biodiversidad. Un estudio con cámaras trampa llevado a cabo a lo largo de dos años reveló un fenómeno inesperado.
A comienzos del siglo pasado, un aristócrata argentino muy aventurero decidió darse un gusto más de los que ya se había dado en su opulenta vida y se hizo traer, desde tierras muy lejanas, animales que sirvieran para la caza deportiva. Fue así como el jabalí y el ciervo Axis un día llegaron a esta parte del planeta. Ambas especies exóticas se reprodujeron con muchísimo éxito y, con el correr de los años, se diseminaron por el territorio. Actualmente, se las encuentra en varios países vecinos, en sitios que distan entre sí miles de kilómetros. Entre esos lugares se cuentan varias áreas naturales protegidas de provincias argentinas, incluidas Reservas y Parques Nacionales.
Si una especie introducida consigue establecerse en el nuevo ambiente causando impactos sobre la diversidad biológica, se dice que es una especie exótica invasora. Por eso, uno de los objetivos de las áreas naturales protegidas es cuidar a la fauna autóctona de la amenaza que podría significar la presencia de alguna especie invasora para su supervivencia, sea porque es un predador directo, o porque compite por el mismo alimento, o porque transmite enfermedades, entre otras razones.
El jabalí y el ciervo Axis están en el Parque Nacional El Palmar, en la provincia de Entre Ríos, desde 1970 y 1980 respectivamente. En ese lugar, realizan sus investigaciones algunos integrantes del Laboratorio de Ecología de Poblaciones (Ecopob) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Con su trabajo, generan conocimiento que sirve para elaborar planes de manejo de las especies invasoras con el fin de proteger a la fauna nativa.
Si una especie introducida consigue establecerse en el nuevo ambiente causando impactos sobre la diversidad biológica, se dice que es una especie exótica invasora.
En 2017, estaban en El Palmar estudiando los efectos sobre la fauna de las “quemas prescriptas”. Así les dicen a los fuegos que se encienden de manera controlada para manejar la vegetación.
“Queríamos evaluar las consecuencias de esas quemas sobre las especies animales nativas y exóticas. Pensábamos que el fuego favorecería a las nativas y, para tratar de comprobarlo, pusimos cámaras trampa distribuidas por todo el Parque”, cuenta Isabel Gómez Villafañe, investigadora del CONICET en el Ecopob.
“¿Qué está pasando?”, se preguntaron cuando empezaron a visualizar las imágenes que habían tomado las cámaras: “Veíamos que, en los mismos lugares, aparecían fotografiadas tanto especies nativas como exóticas. Entonces, empezamos a evaluar la posibilidad de que estuvieran conviviendo y, a partir de ahí, surgieron algunas preguntas”.
¿Invasores que conviven?
¿Se trataba de una coincidencia azarosa o efectivamente había una interacción entre las especies nativas y exóticas? En este último caso, ¿la interacción era negativa para las especies autóctonas y, entonces, había que diseñar un plan de manejo para protegerlas?
El grupo reunió 33.064 fotos, con cámaras trampa ubicadas en 27 sitios del Parque Nacional El Palmar, con el objetivo de evaluar cómo estaba distribuida la fauna nativa y exótica.
A lo largo de dos años, el grupo de investigación del Ecopob reunió 33.064 fotos, obtenidas mediante cámaras trampa ubicadas en 27 sitios del Parque Nacional El Palmar, con el objetivo de evaluar cómo estaba distribuida la fauna nativa y exótica y, sobre todo, si transitaban el mismo espacio al mismo tiempo. La investigación se centró en la fauna de mediano y gran tamaño, de la cual las cámaras registraron dos especies exóticas (el ciervo Axis y el jabalí) y siete especies nativas (el carpincho, el ñandú, el armadillo, el zorro, el gato montés, la perdiz y la corzuela, un cérvido parecido al Axis).
Asimismo, las imágenes fueron analizadas teniendo en cuenta la estación del año: “El ciervo Axis aparece durante las cuatro estaciones en todos los lugares donde pusimos cámaras trampa, podría decirse que está en todo el Parque durante todo el año. O sea que interactúa con todas las especies”, describe Gómez Villafañe. “El jabalí, en cambio, está presente en un tercio de esos lugares. No obstante, en distintos momentos del año coincide espacialmente con todas las especies”, agrega, y concluye. En definitiva, la mayoría convive. Aparecen en las mismas fotos en los mismos sitios. Sobre todo en invierno, cuando los recursos están más limitados”.
¿Invasores?
La comprobación de que las especies exóticas y nativas de la fauna mediana y grande del Parque conviven, condujo al grupo de investigación a hacerse otra pregunta: ¿Se molestan entre sí?
Para determinar si había interacciones negativas entre las especies exóticas y las autóctonas, decidieron evaluar cuál era el horario de actividad de cada una con el fin de establecer si se superponían temporalmente.
“Vimos que el ñandú es el único que tiene hábitos diurnos. Todo el resto es más bien nocturno, así que era posible que se molesten. Entonces decidimos hilar más fino y ver en qué horario era el pico de actividad de cada especie. Y ahí vimos que había diferencias entre ellas.”
En 2006, en El Palmar se implementó la caza del jabalí y del ciervo Axis como medida de control de esas especies exóticas que, en algunos lugares, son consideradas plaga.
En definitiva, las especies exóticas y nativas del Parque conviven en el mismo espacio y, casi todas, lo hacen a la noche. Pero el pico de actividad entre ellas está un poco desfasado. “Parece que así es como, a lo largo de los años, se fueron adaptando para no molestarse tanto: tratando de no coincidir en el pico máximo de actividad”, sugiere Gómez Villafañe.
Los resultados completos del trabajo se encuentran en un paper que acaba de publicarse en la revista científica Integrative Zoology, con un título que comienza con una interrogación: Do exotic invasive mammals disturb the native fauna? (¿Los animales exóticos invasores molestan a la fauna nativa?)
La pregunta pone en cuestión el supuesto de que la introducción de un animal exótico provocará sí o sí algún perjuicio a la fauna nativa. En 2006, en El Palmar se implementó la caza del jabalí y del ciervo Axis como medida de control de esas especies exóticas que, en algunos lugares, son consideradas plaga.
“Hay muchos trabajos científicos efectuados en la Argentina que muestran que el jabalí produce impactos negativos en el ecosistema. Pero, aunque parezca mentira, no hay un solo estudio científico que analice los impactos del ciervo Axis sobre la fauna o la flora”, consigna Gómez Villafañe, y completa: “Falta ver cuál es la consecuencia real de que esa especie esté ahí. Quizás se adapta y tiene nuevas funciones en el ecosistema y aporta algo positivo”.
Según la investigadora, para determinar efectivamente si el ciervo Axis provoca un impacto negativo sobre la fauna nativa hay que estudiar qué está ocurriendo con la cantidad de individuos de cada especie: “Estamos analizando los datos de un estudio que hicimos para conocer las abundancias de estas especies en el Parque”, adelanta. “Por ahora, lo que podemos decir es que no hay pruebas de que el ciervo Axis esté causando problemas a la fauna nativa”, concluye.
El trabajo publicado en Integrative Zoology lleva la firma de Ilán Shalom, Laura Calfayan, Malena Rospide, Lara Thornton, Eliana Burgos e Isabel Gómez Villafañe.