Luego de varios años de parálisis se reactivó con fuerza la construcción del proyecto CAREM, el primer reactor de potencia de diseño ciento por ciento argentino. Se trata de un desarrollo de características novedosas, más simple y más seguro que cualquiera de las centrales nucleares que funcionan en el mundo. De concretarse este verdadero desafío tecnológico, le abriría a nuestro país grandes oportunidades tanto para su exportación como para su utilización local.
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Tras el anuncio de inversiones millonarias durante la COP26, Carolina Vera, la investigadora argentina que integra el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, asegura que la transición energética en el país será gradual y con hidrógeno de varios colores: verde, generado a partir de energías renovables, pero también azul, con gas natural y residuos que puedan ser capturados, y rosa, producto de la energía nuclear.
Argentina es uno de los mayores productores y exportadores de litio extraído de salmueras. Sin embargo, repite un viejo esquema, es proveedor de la materia prima que otros países transforman en productos con alto valor agregado. Además, el método de recuperación utilizado es poco eficiente y agresivo con el ambiente. La investigadora Victoria Flexer detalla las posibilidades que esta actividad abre para nuestro país y cuenta cómo avanza el desarrollo de una tecnología disruptiva que puede transformar radicalmente la minería de litio.
La Argentina tiene uno de los recursos eólicos más importantes del mundo, y casi el 70 por ciento de su territorio presenta posibilidades para su aprovechamiento. Pero, científicos de Exactas UBA detectaron, en algunas zonas del país, una merma en la velocidad del viento, como ocurre en otros lugares del planeta a las mismas latitudes.
La solar es una energía renovable y limpia. Si bien no está disponible las 24 horas del día –el rendimiento de los dispositivos aún es bajo, y alto el costo inicial de instalación–, hoy se busca darle impulso en consonancia con la necesidad de ampliar la matriz energética. Desde la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de San Martín, se impulsa la instalación de sistemas interconectados a la red en áreas urbanas.
Porque su combustión produce energía y agua, suele ser idealizado como el “combustible del futuro”. Pero el hidrógeno ya hace bastante tiempo que se está utilizando como vector de energía y, lejos de las aspiraciones ambientalistas, la mayor parte de los millones de toneladas que se producen y consumen anualmente generan dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero.