Un pigmento de amplio espectro
El compuesto natural que le da color a los frutos rojos, las ciruelas, el repollo colorado y otros vegetales inhibe la multiplicación de varios virus. Entre ellos, el SARS-CoV-2, responsable de la última pandemia, y el virus sincicial respiratorio, principal responsable de bronquiolitis y neumonía en niños y niñas menores de un año.
La pandemia de coronavirus de 2020 y las epidemias provocadas por el SARS en 2003 y por el MERS en 2012 mostraron que la emergencia constante de nuevos virus y la posibilidad de que “salten” al ser humano puede ser un hecho frecuente. Las cifras de muertos reportadas en cada caso también mostraron que la humanidad no está preparada para responder adecuadamente a esos eventos.
De hecho, los medicamentos y vacunas disponibles para tratar o prevenir infecciones virales nos protegen de una porción mínima del total de enfermedades causadas por virus. Además, en muchos casos, estas partículas infectivas se hacen resistentes a los tratamientos.
En este contexto, se hace necesaria la búsqueda continua de nuevas drogas antivirales. Así, hay laboratorios que apuntan al desarrollo de compuestos que ataquen directamente al virus. Pero esta estrategia tiene límites: uno de ellos es que el virus puede mutar y esquivar la acción del antiviral.
La cianidina es un compuesto muy utilizado en los laboratorios de investigación por su capacidad para inhibir la respuesta inflamatoria.
Por eso, otra estrategia muy utilizada es dirigir el ataque hacia algún proceso metabólico del organismo que pueda favorecer la infección viral. Por ejemplo, cuando invaden un organismo, muchos virus provocan una reacción del sistema inmune del individuo infectado, llamada “respuesta inflamatoria”. Esta reacción puede producir daños en los tejidos del hospedador y complicar la infección viral. Por lo tanto, encontrar sustancias que inhiban esa respuesta inflamatoria es un objetivo muy deseado para reducir el daño.
La cianidina, un pigmento natural que les da el característico color morado a los frutos rojos, a las ciruelas, al repollo colorado, a la cebolla morada y a otros vegetales, es un compuesto muy utilizado en los laboratorios de investigación por su capacidad para inhibir la respuesta inflamatoria.
“Hay numerosos trabajos científicos, efectuados en distintos modelos animales, que describen los mecanismos por los cuales la cianidina actúa como antiinflamatorio”, cuenta Carlos Bueno, investigador del CONICET en el Laboratorio de Virología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. “Curiosamente, nadie había probado si esta molécula tenía alguna actividad antiviral. Y nosotros decidimos hacerlo”.
Virus de distintas familias
Primero, probaron la acción de la cianidina en cultivos celulares que habían sido infectados con distintos tipos de virus. “Hicimos ensayos con herpes, con respiratorio sincicial y con dos coronavirus: el SARS-CoV-2 y el coronavirus canino. Buscábamos abarcar distintas familias de virus para tratar de mostrar una actividad de amplio espectro”.
Utilizaron las concentraciones de cianidina que habían mostrado actividad antiinflamatoria en los otros trabajos científicos y observaron los resultados: “Comprobamos que la cianidina inhibe la multiplicación de los cuatro virus. Potencialmente, esta molécula tendría actividad antiviral de amplio espectro”, consigna Bueno.
Después, decidieron confirmar la acción antiviral de la cianidina in vivo, es decir, en un modelo animal. Para eso, infectaron con el virus sincicial respiratorio a un grupo de ratones. Luego, les administraron cianidina siguiendo los protocolos descriptos en los trabajos científicos que probaban su actividad antiinflamatoria. “Comprobamos que, en los ratones, la cianidina no solo reduce la cantidad de virus en los pulmones sino que, además, disminuye el daño pulmonar”, revela el investigador.
El grupo probó la acción de la cianidina en cultivos celulares infectados con distintos tipos de virus: herpes, respiratorio sincicial y dos coronavirus.
Los resultados de los experimentos acaban de publicarse en la revista científica Viruses. Ahora, el grupo de investigación está iniciando otro estudio in vivo. Esta vez, buscan confirmar la acción antiviral de la cianidina contra el SARS-CoV-2 en otro modelo animal.
“En muchas patologías virales la respuesta inmune juega un papel muy importante”, señala Bueno. “Disponer de una molécula con probada actividad antiinflamatoria, que además tenga actividad antiviral, puede tener un efecto terapéutico mucho más amplio que simplemente afectar la replicación del virus”, concluye.
El trabajo publicado en Viruses lleva la firma de Josefina Vicente, Martina Benedetti, Paula Martelliti, Luciana Vázquez, María Virginia Gentilini, Freddy Peñaranda Figueredo, Mercedes Nabaes Jodar, Mariana Viegas, Andrea Barquero y Carlos Bueno.