Popularización de las ciencias

Llegaron las Charlas POP

La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA está de fiesta por cumplir 150 años y salió a contar lo que hace en el Centro Cultural Kirchner. Allí, el miércoles pasado, ocho investigadores relataron sus vicisitudes con arte, humor y pasión. Excelente repercusión y prometen que habrá más.

25 Sep 2015 POR

Cinco, cuatro, tres, dos, uno…y las charlas POP despegaron el miércoles 16 de septiembre cuando Exactas, precisamente, cumplió 150 años y tres meses de vida. Fue una fiesta de casi cuatro horas con ocho investigadores que contaron con arte el estado de sus estudios, además de mucho, mucho humor. Es que la idea fue sacar a la calle el conocimiento y como la ciencia no puede con su genio, lo hizo en el Centro Cultural Kirchner (CCK) colmando el salón Federal con una propuesta que ya comenzó a dar que hablar.

“Este es el primer evento que seguirá seguramente con una larga lista. Es que Exactas es una facultad muy pop, está llena de popes, hay un popurrí de carreras. Es muy POPada”, poparon Diego Golombek, creador de la colección de libros “Ciencia que ladra” y del programa de TV “Proyecto G”, junto con Diego Grinman, ambos biólogos de la casa y animadores del encuentro. “Contar la ciencia es maravilloso, tanto como hacerla”, confesaron y dieron el envión inicial para que las charlas comenzaran a rodar, tal como la Tierra lo hizo hace mucho tiempo.

Precisamente, resumir 3500 millones de años de historia de la vida en el planeta en quince minutos fue el desafío de Martín D’Amato, estudiante y docente de Paleontología de Exactas UBA, dejando en claro que no sólo hubo dinosaurios. Si bien ellos dejaron grandes huellas, en realidad pasó de todo. Desde plantas a puro tallo sin una sola hoja, aguaciles de 70 centímetros de tamaño y hasta milpiés de tres metros de largo, haciendo presumiblemente honor a su nombre.

Otro Martín, Martín Ezequiel Farina, tomó la posta en el escenario para contar las desventuras, andanzas y peripecias de un estudiante de paleontología. Con histrionismo, él teletransportó a la audiencia al Museo de Ciencias Naturales en su más temprana infancia, cuando parado frente a una vitrina de la mano de su mamá, lanzó: ¿Por qué si las plantas no tienen hueso se fosilizan? “Callate, nene”, fue la respuesta que como buen hijo al parecer nunca obedeció. Sin necesidad de estar recostado en el diván, relató sus vicisitudes en clave de stand up.

Cuando casi parecía entenderse lo difícil de intentar ser paleontólogo y no morir en el intento, apareció en escena el biólogo Leonardo González Galli a plantear ¿Por qué (casi) nadie comprende a Darwin? La reconocida teoría de la evolución no es siempre bien conocida porque ciertos estilos de razonamiento que todos tenemos dificultan su comprensión. Justamente, este docente de Exactas e investigador del CONICET estudia estas dificultades y desarrolla estrategias innovadoras de enseñanza. ¿Qué pasa en la educación oficial con la teoría de la evolución en la Argentina? planteó Golombek. “La buena noticia es que no estamos en Estados Unidos, sino tendríamos un problema tremendo con el autodenominado creacionismo científico, que no es ciencia pero dice serlo y lleva adelante una batalla legal contra los científicos para que se enseñe la versión de la biblia como teoría alternativa. Acá estamos libres de esa exageración. En la Argentina -indicó- está en la currícula oficial y se la enseña desde hace unos cuantos años aunque no deja de ser problemática”, lo cual lleva a algunos docentes a no darla para evitar conflictos.

A casi una hora del lanzamiento de las charlas POP, fue tiempo de un café, invitación de la casa, y de aprovechar también para hablar con los oradores o presentadores. ¿Cómo son las caras que se ven desde el escenario? “Hay caras de ‘otra vez algo de ciencia’, también hay ojos bien abiertos. En general las expresiones son serias hasta que descontracturás con un chiste o comentario gracioso”, dice Grinman.

Charlas POP. Ciencia en pocas palabras from EXACTAS UBA on Vimeo.

Bloque dos

La sombra del hacker asomó con Ezequiel Álvarez, investigador del CONICET en el Instituto de Física de Buenos Aires (UBA – CONICET), que dio consejos para proteger la confiabilidad en la red y no quedar enredado en ella. Es que cada vez que decimos algo por las redes sociales “no estamos en un asado con amigos”, y todo lo que escribimos puede ser usado en nuestra contra en el futuro. Por eso, sugirió “evitar caer en el pecado twitero. Escribir una frase política queda en la matriz digital y te puede jugar en contra dado que se guarda todo”, subrayó. Nada se pierde, todo se archiva.

Otro consejo. Cuando operamos con información sensible, hay que mirar un dato clave en el lugar de la dirección de Internet. “Verificar siempre que diga HTTPS antes de operar en un banco”, ejemplificó, quien fue uno de los creadores de QLink.it, que permite fácilmente y sin costo alguno enviar mails encriptados. Un servicio que cada vez tiene más usuarios en https://qlink.it/   (Ver en NEX: http://nexciencia.exactas.uba.ar/qlink-ezequiel-alvarez-privacidad-internet-web-mail-correo-electronico)

Pero ojo, siempre pueden espiarnos. “No existe un método ciento por ciento seguro para enviar información en la red. A todos afecta la sombra del hacker”, advirtió. (ver en NEX: http://nexciencia.exactas.uba.ar/qlink-ezequiel-alvarez-privacidad-internet-web-mail-correo-electronico)

Una historieta aparte fue el caso que analizó Germán Dima en “La física de los superhéroes. El poder de Magneto”. Con un imán y clip enorme sacados de su bolsa ACME, además de un vagón de conocimientos, fue respondiendo si hay ciencia detrás de los superpoderes de este mutante de la serie X-Men que puede controlar y generar campos magnéticos. Develó qué fenómenos están detrás de este comic, y cuáles no son reales. Por ahora, que este villano vuele es pura ciencia ficción.

Lo que hoy no es cuento y vuela de modo asombrosamente rápido es un whatsapp enviado desde aquí a un amigo en Japón. Algo que parece normal, pero en verdad, es extraordinario. Basta comprobar el tiempo que tarda un mensaje escrito en papel en llegar desde el escenario hasta un espectador ubicado en la misma sala, unas filas más atrás. Demora más el pasamanos de unos metros, que recorrer miles y miles de kilómetros en el que intervienen cuantiosos aparatos, poderosas empresas y gigantescos barcos tendiendo cables por el mundo. Con una propuesta de juego que involucró a todos, Manuel Giménez dejó picando, antes de otro intervalo, una pregunta: ¿De quién tiene que ser la infraestructura de Internet?

Nadie se va y todos se preparan para vivir el tercero y último bloque. “La gente está fascinada, se quedan todos que no es poco en un día de semana a la noche. Además las risas, los aplausos, la fascinación que genera que alguien te hable con entusiasmo de lo que hace, lo ves solamente en la ciencia”, evalúa Golombek y dice: “Es relativamente reciente poder contar la ciencia de un modo un poco diferente a como nos la contaron a nosotros. Animarse a usar humor, ficción y otros recursos. Una vez que el rigor científico está asegurado, todo vale. Queremos entusiasmar y contagiar al público de esto maravilloso que tenemos para contar”.

Bloque tres

La única ausente y con aviso por un problema de salud fue Paula Tribelli, que tenía previsto hablar sobre bacterias que trabajan por el medio ambiente. Así que el geólogo Agustín Quesada abrió el bloque tres zambulléndose en el mar de olvidos, el que cubre la plataforma continental submarina, que es “un mar de oportunidades”. Y mostró que la habitual silueta nacional, que se dibuja en los mapas de Argentina, deja afuera este inmenso y productivo territorio. “Se exportan más dólares al año por la pesca que por ganadería”, deslizó.

Por último, Galo Soler Illia, químico y profesor de Exactas, reveló la grandeza de lo pequeño, al hablar de nanotecnología y materiales inteligentes. Algo que parece del futuro, aunque en verdad todos los días hacemos uso de ellos. “Hoy está en todos lados, en los celulares, en el disco rígido de las computadores, en varios de los componentes de los autos, en los detergentes de lavar la ropa, y hasta donde menos lo sospechen, como en la camiseta de los jugadores de futbol. Irrumpen en nuestra vida de la manera menos pensada”, enumeró en medio de detalles sorprendentes del nanomundo.

La trastienda

Emoción, risa, café, churros, sorpresa, ciento por ciento pasión por el conocimiento y una alegría contagiosa fueron parte de esta primera edición de Charlas POP, “Ciencia en pocas palabras”, que tuvo una previa en la que participaron Ana Quaglino desde la Secretaría de Extensión, Cultura Científica y Bienestar (SECCB), Armando Doria a cargo de la Subsecretaría de Medios y Guillermo Mattei, coordinador del Equipo de Popularización de la Ciencia.

“Dentro de esa gran masa crítica de popularizadores que dispone Exactas se eligieron a los que podían asumir este desafío de encadenar nueve charlas muy cortas e impactantes para público general en el CCK”, relata Mattei. Y Quaglino aporta: “Tuvimos una instancia de coaching con los oradores, donde cada uno de los que participamos sumó aportes sobre las presentaciones. Nos pareció que esto enriqueció mucho y queremos que esta instancia se transforme en parte del espíritu de las Charlas POP”. ¿Algún desafío? “Nuestro desafío es que las charlas representen la diversidad que existe en Exactas”, puntualiza Quaglino.

El día después de la charla, las repercusiones no se hicieron esperar. “La convocatoria –dice Mattei- generó mucho interés en las redes sociales. Todos los expositores brillaron a la altura de las expectativas. El público tuvo una respuesta magnífica. La organización interna fue muy aceitada. Los anfitriones del CCK ofrecieron todas las facilidades propias de manera cordial y eficiente”. En este sentido, Quaglino destaca que “casi más de la mitad del público era de afuera de la comunidad de Exactas, y esto era uno de nuestros objetivos”.

¿Va a haber otra edición POP? “A medida que fuimos construyendo esta propuesta, vimos que era inevitable que sucediera otra edición, que hubiera más de una. Así que… Se viene”, concluye Quaglino.

Ecos del evento

¿Qué se siente en el escenario? “Está buenísimo por ser una oportunidad para hablarle al público en general. Me encanta ver caras nuevas y gente que no tiene nada que ver con esto y que se acerca a interesarse”, relata el biólogo Leonardo González Galli, uno de los oradores. “En general, la gente –agrega- tiene mucho interés y se nota que es estimulante. Cuando lo que se propone es algo con cierta profundidad y cierto rigor, tiene un impacto. Esto se nota por las preguntas que te hacen. Uno se da cuenta de que algo se entendió y se movió en las cabezas”.

“Lo que sentí en el escenario es que la gente lo recibió mucho mejor de lo que yo pensaba y pensaba que lo iba a recibir bien. Me sentí como en casa. Creo que en la vida todo es juego y por eso es importante que haya una dinámica de juego con el público. Es importante que la gente que escucha se sienta parte de la charla”, dijo el orador Manuel Giménez.

“Estar con gente tan capaz, los presentadores que son tan originales, uno se siente que pertenece a un equipo maravilloso”, señaló el disertante Ezequiel Álvarez.

“Me encanta, yo soy de Exactas, me gustaron mucho las charlas”. Nahuel Andrés

“La verdad me gusta charlas POP. Estoy contento de haber venido. Está todo muy bueno”. Facundo

“Bárbaras las charlas. Soy del interior, ahora vivo en Buenos Aires, y nunca ví tantas disciplinas divulgadas para un público común”. Tamara