Comunicación animal

Un pájaro condenado a la honestidad

Analizando el mecanismo vocal de un ave sudamericana, un grupo de investigación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA descubrió un fenómeno inusual: su canto no le permite «camuflar» su tamaño.

28 Feb 2020 POR
El cortarramas es una especie que genera uno de los sonidos más extraños del mundo de las aves.

El cortarramas es una especie que genera uno de los sonidos más extraños del mundo de las aves. Foto: Hector Bottai/Wikipedia.

En el reino animal, la comunicación es una herramienta fundamental para la reproducción. Mediante el lenguaje corporal y la emisión de sonidos u olores, los machos de una especie disputan territorios y tratan de atraer a las hembras para lograr perpetuar sus genes.

Pero esa conducta -beligerante o “seductora”, según el caso- no suele caracterizarse por la honradez. Generalmente, en el afán por conseguir su objetivo, los individuos procuran impresionar a sus competidores o cautivar a sus parejas mediante estrategias de persuasión engañosas: tratan de aparentar que son más grandes -o más fuertes- de lo que son.

Las artimañas para hacerle creer al otro -o la otra- que se encuentra frente a un triunfador imbatible son muy variadas. Por ejemplo, algunos inflan su cuerpo, otros erizan sus pelos, hay quienes extienden sus plumas, o están los que se paran en dos patas.

En el caso de los pájaros, el canal de comunicación primordial es el acústico, a través del canto. Por medio de sonidos, estos animalitos envían señales a otros de su misma especie. Y esas señales acústicas deben contener frecuencias muy específicas que puedan ser reconocidas por sus congéneres. Si no, por ejemplo, un macho nunca podría “entenderse” con una hembra.

Alrededor del 40% de las cerca de diez mil especies conocidas de aves aprende a cantar escuchando a un tutor -que generalmente es alguno de sus padres- y suelen tener un canto muy rico y versátil.

Pero más de la mitad de las aves debe arreglárselas sola para poder vocalizar y, una vez que lo logran, reproducirán el mismo sonido, sin variación, a lo largo de toda su vida: es el caso del cortarramas (Phytotoma rutila), un pajarito que habita en Sudamérica, que emite un sonido similar al que produce el movimiento de una bisagra oxidada.

“Es una especie que genera uno de los sonidos más extraños del mundo de las aves, es una vocalización muy inusual”, señala Gabriel Mindlin, director del Laboratorio de Sistemas Dinámicos (LSD) del Instituto de Física de Buenos Aires (UBA – CONICET).

Gabriel Mindlin.

Gabriel Mindlin.

Desde hace varios años, Mindlin y su equipo del LSD estudian el canto de las aves. Estas investigaciones les permitieron desarrollar modelos matemáticos que explican cómo funciona el aparato vocal de los pájaros. Ahora, atraído por la peculiaridad del canto del cortarramas, Mindlin decidió aplicar esos modelos con esta especie.

“En las especies en donde no hay aprendizaje, las aves desarrollan estrategias originales que les permiten generar sonidos especiales. De esta manera, encuentran su nicho en el espacio acústico y, así, se diferencian del resto. Para eso, recurren a modificaciones de su anatomía, es decir, de los mecanismos físicos que usan para fonar”, explica, y revela: “Nosotros descubrimos el mecanismo físico con el que esta especie de ave genera sus vocalizaciones, y es un mecanismo físico muy único. Esa singularidad es lo que nos permitió satisfacer el alto grado de originalidad que requiere esta publicación”. Mindlin se refiere al paper que se publicará próximamente en la revista Physical Review Letters, una de las más prestigiosas en el campo de la física, y que también firman Gonzalo Uribarri, María José Rodríguez-Cajarville, Pablo Tubaro y Franz Goller.

Cuestión de tamaño

En el cortarramas, como en todas las especies que no aprenden con un tutor, el sistema del canto suele ser sencillo porque está determinado por la anatomía del individuo.“Está impreso en el hardware”, ilustra Mindlin, también profesor del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

Por eso, el grupo de investigación decidió estudiar si había alguna relación entre el tamaño del animal y las propiedades acústicas del canto.

Los resultados del análisis mostraron una fuerte correlación entre el tamaño del pajarito y el pico de frecuencia de su canto, lo cual, a su vez, les permitió construir una fórmula matemática que, a partir de las propiedades acústicas del canto permite predecir el tamaño del animal: “Esta especie, por la manera en la que vocaliza, deja una señal inequívoca de su tamaño. No puede modificar sus instrucciones y lograr impostar su vocalización para parecer más grande. Y esto es algo que, hasta donde sabemos, no ocurre con ninguna otra ave”.

Por lo visto, al menos hasta el momento, el cortarramas sería el único pájaro condenado a la honestidad.