
Un equipo del CONICET y la UBA revivió un canto de los chingolos de la Provincia de Buenos Aires que no se escuchaba desde la década del sesenta. No sólo eso, sino que además lograron que los jóvenes lo aprendan a través de un tutor electrónico y una melodía sintética modelada matemáticamente. El llamativo estudio representa un avance importante para la conservación de especies en peligro al monitorear a cada individuo por su canto.