La Corriente de Brasil en el Atlántico Sur viene aumentando la temperatura desde hace tres o cuatro décadas. Esto genera que algunas especies de peces e invertebrados se desplacen hacia el Sur en busca de aguas más frías. Estas alteraciones, que repercuten en el equilibrio marino y en la industria pesquera, son analizadas en investigaciones publicadas recientemente.
Cecilia Draghi CDRAGHI@DE.FCEN.UBA.AR
Socióloga. Master en Periodismo UBA. Periodista especializada en ciencia en la Fundación Leloir.
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Frente a un texto de COVID-19, el cerebro espera encontrar vocablos como pandemia o virus y, cuando se topa con ellos, acelera la lectura, según señalan estudios sobre predictibilidad. Un grupo de investigación de la UBA estudió por primera vez, bajo esta mirada, cuentos largos en español, en un experimento del que participaron 2.500 personas. El equipo también busca modelar computacionalmente este mecanismo que el cerebro humano realiza de manera magistral y automática.
Un equipo de investigación de la Argentina demostró, por primera vez, el efecto fisiológico que distintos componentes amargos producen en el insecto transmisor de la enfermedad de Chagas. Una de ellos, la cafeína, reduce a la mitad su supervivencia. Este hallazgo es un paso más en la búsqueda del desarrollo de repelentes gustativos que eviten que las vinchucas piquen a las personas.
Sequía, bajante histórica del Paraná, COVID-19 y, especialmente, la acción humana, son los principales factores de los casi 25 mil focos que se registraron en la zona este año. Actualmente, los incendios pasan por su peor momento y ya afectaron a un veinte por ciento de la superficie total del Delta.
Un grupo de geólogas y geólogos lograron datar un “joven” aluvión ocurrido en 1997 en el volcán Domuyo. También averiguaron que ese año se produjo un récord de lluvias en esa región del norte neuquino. Con esos datos, el equipo señala que, en los períodos con abundantes precipitaciones en la zona, aumenta el riesgo de que se produzcan avalanchas que pueden provocar graves consecuencias, incluso la pérdida de vidas humanas.
Que el Polo Sur bata marcas de temperatura es imaginable por lo extremo de su ubicación. Lo llamativo es que esos récords no sean producto del frío, como es esperable, sino del calor. Un estudio científico detectó que la zona más austral del planeta experimentó un aumento significativo de la temperatura de 0,6°C por década, tres veces mayor al promedio mundial.