Científicos argentinos lograron definir la ruta y el lugar donde pasa el invierno una pequeña ave migratoria que vuela más de cinco mil kilómetros por Sudamérica. La especie resulta una pieza clave para regenerar el ecosistema de bosques patagónicos dañados por el fuego, la actividad volcánica y otras catástrofes.
Cecilia Draghi CDRAGHI@DE.FCEN.UBA.AR
Socióloga. Master en Periodismo UBA. Periodista especializada en ciencia en la Fundación Leloir.
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Cuando estas aves migratorias fueron puestas bajo investigación surgió algo inesperado: sólo el 5 por ciento habían sido infieles. En términos biológicos, a esta característica se la denomina monogamia genética. En contra de lo supuesto, el tamaño de la cola no parece incidir en la reproducción.
Marcos de aluminio de colores que varían según el ángulo de donde se los observe, objetos de diseño, pantallas LED, filtros de fibra óptica -claves para la comunicación-, son algunos de los posibles usos de este desarrollo que está poniéndose a prueba en la primera planta piloto de nanotecnología para el tratamiento de superficies en la Argentina.
De acuerdo con estudios llevados a cabo por investigadores de Exactas UBA, cangrejos de estuario y langostas de agua dulce sufren cambios que perjudican sus procesos de reproducción y crecimiento cuando entran en contacto con el glifosato y la atrazina, los dos plaguicidas más utilizados en el país.
En todo el mundo, cuando estos insectos afectan centros de salud son motivo de preocupación porque pueden servir de ingreso a microorganismos patógenos. Un equipo de Exactas UBA logró resultados alentadores en un caso en la Ciudad de Buenos Aires.
A bordo del velero La Sanmartiniana, expertos de Exactas UBA y de la CONAE auscultaron el Río de la Plata, uno de los estuarios más turbios del planeta. A lo largo de trece horas, se tomaron muestras de agua y se realizaron medidas radiométricas para poder elaborar un mapa de sedimentos. NEX formó parte del viaje para contar todo lo que sucedió.