Un equipo de investigación de la Argentina demostró, por primera vez, el efecto fisiológico que distintos componentes amargos producen en el insecto transmisor de la enfermedad de Chagas. Una de ellos, la cafeína, reduce a la mitad su supervivencia. Este hallazgo es un paso más en la búsqueda del desarrollo de repelentes gustativos que eviten que las vinchucas piquen a las personas.
Chagas
Científicas de la Argentina fueron a hacer un estudio de rutina en una zona históricamente endémica de vinchucas y encontraron una variante de color más oscura, que habitualmente se asocia con la que habita en las zonas silvestres, pero no en ambientes domésticos.
Un equipo interdisciplinario de científicas y científicos creó compuestos que poseen la capacidad de matar al parásito que causa el Chagas cuando está en el interior de las células infectadas. Los ensayos in vitro indican que estas sustancias son más potentes y selectivas que el benznidazol, el medicamento que se usa actualmente para tratar la enfermedad y que provoca efectos secundarios severos.
Por primera vez, un estudio científico consiguió medir rigurosamente la relación que existe entre la posición socio-económica de un hogar y la enfermedad de Chagas. Enfocado en el concepto de vulnerabilidad social, el trabajo muestra las desigualdades en el riesgo de transmisión y aporta una herramienta relevante para asignar eficientemente los recursos.
Son alrededor de quinientas viviendas de pobladores qom en el Chaco, que luego de fumigaciones y controles, lograron quedar libres del agente transmisor de la enfermedad de Chagas, en un trabajo dirigido por científicos de Exactas UBA con apoyo nacional, provincial y local. Los investigadores convocan a no relajar los controles para evitar que el insecto pueda volver.
Un equipo de investigadores analizó la dinámica de las poblaciones de vinchucas, a lo largo de 18 años en cuatro localidades del norte argentino, y demostró que su abundancia varía de acuerdo con la Ley de Taylor. El hallazgo derriba algunos mitos, lleva a repensar las estrategias de control y, principalmente, posibilita anticipar los lugares en donde se producirá un brote. Ahora, los científicos intentan replicar el estudio con el mosquito Aedes aegypti.