Erosión costera

Samborombón pierde terreno

De acuerdo con un estudio de científicos de Exactas UBA, en esa zona de la costa bonaerense, la erosión aumenta y, en promedio, se desploman unos ocho metros de territorio por década ante la combinación del ascenso del nivel del mar, el incremento de la intensidad y frecuencia de los vientos y el oleaje.

19 Jun 2013 POR

 

Entrevista a Walter Dragani

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Buenos Aires pierde territorio, al menos en la Bahía Samborombón, donde la curva cada vez es más pronunciada. En promedio, se desploman unos 80 centímetros de terreno por año que no vuelven a recuperarse más. El aumento del nivel del mar, el incremento de la frecuencia e intensidad de los vientos y del oleaje debidos en parte al cambio climático son los responsables de ese desgaste, que carcome hasta hacer desaparecer sectores de esa costa de pequeños acantilados, según una investigación de científicos argentinos.

“La erosión de la Bahía Samborombón aumenta en promedio de 8,2 metros por década”, precisa Walter Dragani, desde el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. “La aceleración de la erosión se ve desde 1970 hasta la fecha, y coincide con los reportes de los cambios atmosféricos y oceanográficos en el mundo”, agrega el especialista investigador del CONICET y del Servicio de Hidrografía Naval.

La Argentina limita con el agua a lo largo de cinco mil kilómetros de extensión, de los cuales más de cuatro mil kilómetros están siendo afectados por un gradual y evidente proceso de desgaste, según indica el estudio publicado en Continental Shelf Research, y forma parte de un fenómeno que ocurre en todo el planeta. “En el mundo, el 80 por ciento de las costas están siendo erosionadas”, puntualiza Dragani, oceanógrafo costero.

Samborombón es un área donde se detecta claramente la erosión por el tipo de costa que presenta. “Se trata de un pequeño acantilado de un metro de altura que no tiene chance de crecer como ocurre en el Partido de la Costa, Pinamar o Gesell, donde por tormentas se erosionan las playas y luego el buen tiempo las restituye. Esta dinámica no se da en este microacantilado y no vuelve a reconstruirse. Entonces, el retroceso se suma siempre y es más fácil medirlo”, indica Dragani, que formó parte del equipo junto con Jorge Codignotto,  Paula Martin, Claudia Simionato, Rubén Medina y Guadalupe Alonso.

Mapas referenciales de diversos momentos de esa área costera permiten comparar la situación con el paso del tiempo. A esta tarea,  los investigadores suman el trabajo de campo, es decir concurren cada dos o tres meses a tomar medidas en el propio lugar. “Como es una reserva natural concurrimos acompañados por un guardaparque y hacemos mediciones de distintas estacas ya colocadas y su distancia al borde del acantilado. Mes tras mes se registra un retroceso de la costa de varios centímetros”, reseña.

Samborombón es uno de los 21 humedales de la Argentina designados de importancia internacional para integrar el listado de la Convención Ramsar, que busca preservarlos a nivel mundial.  “Es un sitio Ramsar de protección internacional por su valor ecológico.
Allí –ejemplifica- van desde Canadá aves migratorias para su reproducción. También se encuentra el ‘venado de las pampas’, que vive en la costa sur de la Bahía Samborombón y es todo un símbolo. Está en peligro de extinción. Quedan unos 200 ejemplares”.

No sólo ciertas especies están en riesgo, sino que también desaparecen sectores del territorio bonaerense casi imperceptiblemente. “La bahía está prácticamente deshabitada, entonces que desaparezca una franja de ocho metros de terreno cada diez años no es notorio. Sólo es visible al comparar dos o tres décadas con mapas referenciales. Al superponerlos, uno observa el sector que se perdió a lo largo de 140 kilómetros de extensión”, indica, y señala que el caso sería llamativo si la zona hubiese sido poblada con tendido de costanera, infraestructura y viviendas. En ese caso, al cabo de diez años, muchos hubieran perdido su casa, comercio y parte de su estilo de vida.

Justamente al no haberse desarrollado poblados en esas localidades, “no se puede decir que esta erosión se produce por un mal manejo costero en la urbanización (como ocurre en otros sitios turísticos), sino que se debe a algo natural asociado al cambio climático”, sostiene Dragani.

La combinación de diferentes elementos lleva a que el mar devore el terreno a un ritmo ascendente. “Los factores que inciden en el aumento de la erosión son múltiples. En primer lugar, está el aumento del nivel medio del mar, que en promedio para nuestra región es de unos dos milímetros por año, o sea, crece unos 20 centímetros por centuria. Es lento pero permanente”, describe, y enseguida agrega: “Desde hace unos años se está reportando un aumento en la frecuencia e intensidad de la sudestadas.  A esto se le suma que el oleaje es un poquito más alto y un poquito más frecuente del sudeste, que es la dirección del ataque. Desde el punto de vista oceanográfico, se tiene un incremento del nivel medio del mar, de las tormentas (sudestadas) y del oleaje. Son todos aumentos chiquitos, muy leves pero que se suman”, concluye.

 

Documental francés

El año pasado el oceanógrafo Walter Dragani participó como asesor para realización de
un documental para la TV francesa (France 5) sobre impactos del cambio climático en Argentina: Sale temps pour la planète – Argentine: La Crise Climatique. A los 37 minutos de la filmación, se puede observar el trabajo de campo de Dragani en la Bahía  Samborombón con sólo clickear:  http://www.youtube.com/watch?v=Jx-FqF-vIZ4