
Unir para destruir
El anuncio del gobierno de que se propone “fusionar” el Servicio Meteorológico y el Instituto Geográfico Nacional, despertó una ola de críticas, empezando por el rechazo de los integrantes de ambos organismos. Lejos de los supuestos objetivos de optimización, modernización y eficiencia, la medida supondría un paso más en el proceso de pauperización y destrucción de las instituciones del sistema de ciencia y tecnología.
La iniciativa cobró estado público a principios de abril, bajo la forma de una propuesta enviada por el Ministerio de Defensa, encabezado por Luis Petri, al Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, liderado por Federico Sturzenegger. El proyecto impulsa la fusión de dos organismos históricos: el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
Según señala el informe realizado por la Secretaría de Investigación, Política Industrial y Producción para la Defensa, el proyecto permitiría conseguir una mayor eficacia y eficiencia económica, funcional y administrativa. “La fusión del SMN y el IGN optimizaría recursos, potenciaría la calidad de la información y facilitaría la toma de decisiones tanto en situaciones de emergencia, ya sea su prevención temprana como en una respuesta inmediata, o en la planificación a largo plazo”, afirma el escrito.
La noticia cayó como un baldazo de agua fría sobre ambas instituciones que rápidamente aclararon que no fueron consultadas antes de la elaboración de la propuesta. Los rechazos no tardaron en darse a conocer, tanto a nivel dirigencial, profesional y de los trabajadores y trabajadoras.
La noticia cayó como un baldazo de agua fría sobre ambas instituciones que rápidamente aclararon que no fueron consultadas antes de la elaboración de la propuesta.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) emitió un comunicado, que abarca a sus representados en los dos organismos, en el que expresa su oposición a la fusión, califica de “absurda” la propuesta y la considera como “una idea sin sentido”. También agrega que en ningún país del mundo las instituciones equivalentes al SMN y al IGN se encuentran fusionadas.
En el comunicado, ATE afirma que se trata de un “proyecto mentiroso que desconoce el perfil de los profesionales y técnicos de ambos organismos, del equipamiento utilizado, de las tecnologías empleadas y de las capacitaciones requeridas”. Y más adelante suma que “estas maniobras no buscan eficiencia ni fortalecimiento, sino el vaciamiento de capacidades estratégicas construidas durante décadas”.
En diálogo con NEXciencia, un delegado de ATE en el IGN describe las penurias que viene sufriendo el Instituto desde la asunción del gobierno libertario. “Hemos tenido un achicamiento permanente tanto en lo económico como en cuanto a los proyectos. Todo eso se vio reflejado durante el año pasado cuando entre despidos y renuncias más de 60 personas se fueron de la institución. Y en lo que va de 2025 se alejaron unas 15 personas más. La degradación es total”.
Para el representante gremial, la iniciativa de fusión debe leerse como un paso más en este proceso de demolición de los organismos de ciencia y tecnología impulsado por el Poder Ejecutivo. “Para el instituto no es solamente una fusión, sino que es un desmembramiento, una reducción, un achique, una pérdida de derechos, una amenaza de despidos. En definitiva, se trata de una degradación de nuestras tareas, de nuestras funciones y es casi abrirle la puerta a la desaparición de un organismo que tiene 146 años de historia”.
Para ATE, estas maniobras no buscan eficiencia ni fortalecimiento, sino el vaciamiento de capacidades estratégicas construidas durante décadas.
El origen del IGN se remonta al 5 de diciembre de 1879 cuando se crea la Oficina Topográfica Militar. A principios del año 1904, adopta su clásica denominación de Instituto Geográfico Militar. Luego de 130 años, en mayo de 2009, el organismo comienza una nueva etapa al ser traspasado al área civil y adquirir el nombre con el que hoy se lo conoce: Instituto Geográfico Nacional.
Actualmente el IGN es un organismo descentralizado, bajo la órbita del Ministerio de Defensa, que tiene un rol estratégico y técnico como organismo rector en materia geoespacial y geodésica. Entre sus funciones se destacan la realización de mapas oficiales de nuestro territorio continental, insular y antártico, sus fronteras y nombres (por ejemplo: Malvinas Argentinas); la elaboración de cartografía para uso profesional (militar, aviación civil, etc.); mantener actualizada y disponible la información geográfica nacional; brindar formación y apoyo técnico a todo nivel gubernamental para gestionar su información geoespacial, entre otras.
El malestar en la institución llega a tal punto, que su propio presidente Luis Machuca, hizo publica una extensa carta enviada, entre otros a Petri y a Sturzenegger, en la que refuta en duros términos todos y cada uno de los argumentos brindados por los funcionarios para llevar adelante la fusión.
En uno de los primeros párrafos del texto, Machuca afirma que la propuesta “adolece de serios vicios y falta de conocimiento, no solo de las misiones asignadas a los organismos propuestos para la “fusión/absorción”, sino también su trayectoria en la historia, rango normativo, eficiencia y transparencia en la gestión pública, su reconocimiento internacional y en el ámbito académico y científico técnico que lleva a la República Argentina a ser reconocida en el ámbito internacional en las materias e incumbencias propias del Instituto Geográfico Nacional”.
Luego de señalar que la iniciativa presenta una consideración imprecisa y errónea en relación con el nacimiento, relevancia y solidez jurídica en la que se sustenta el IGN, Machuca remata: “Lo que torna gravoso desde el punto de vista de la seguridad jurídica, es que para poder llevar adelante la propuesta de ‘fusión/absorción’ tal y como ha sido planteada por la Secretaría, se debe avasallar el sistema republicano de gobierno. Lo que pone en evidencia el pleno desconocimiento del régimen jurídico de quien ha efectuado la propuesta”.
En cuanto a los supuestos beneficios que acarrearía la unión de ambos organismos, el titular del IGN manifestó: “Afirmar que ambas instituciones se complementan es ignorar completamente la misión de cada organismo, sus actividades, capacidades, la participación a nivel internacional y hasta el perfil de los recursos humanos que trabajan en cada uno de ellos”.
Mal clima
La situación por la que atraviesa el SMN no luce mucho mejor. Desde la asunción del gobierno de Milei, la institución viene sufriendo un fuerte proceso de ajuste y precarización, como casi todos los organismos del sistema de ciencia y tecnología. En particular, de acuerdo con datos publicados por el Grupo EPC, entre diciembre de 2023 y marzo de 2025, el Servicio perdió 130 trabajadores y trabajadoras. Por otro lado, desde el punto de vista presupuestario, el SMN sufrió durante el 2024 una caída en sus ingresos superior al 30 por ciento, a lo que se suma un nuevo recorte del 13,6 por ciento en el primer cuatrimestre del 2025. En total, el recorte desde fines del 2023 implica un descenso del 40 por ciento de sus recursos.
“Una fusión de este tipo con el supuesto objetivo de la optimización de recursos, se parece más una excusa para desmantelar las instituciones y reducir sus recursos”.
Por otro lado, a fines de diciembre, el gobierno nombró al frente del SMN a Antonio Mauad, una persona que no tiene la experiencia ni la formación necesaria para dirigir la institución. En ese sentido, el Centro Argentino de Meteorólogos (CAM) emitió un comunicado en el que expresa que Mauad, licenciado en Sistemas Aéreos y Aeorespaciales, no cumple con los requisitos establecidos por la normativa para ser designado como director del SMN. “Aunque pueda tener buenas intenciones, (Mauad) no tiene experiencia demostrable de gestión en el ámbito de la meteorología. (…) el liderazgo del SMN requiere de un conocimiento especializado que permita coordinar con eficacia sistemas de alerta temprana, fortalecer los pronósticos climáticos y meteorológicos, establecer un rumbo institucional con conocimiento meteorológico y climático experto y representar a nuestro país ante organismos internacionales como la Organización Meteorológica Mundial”.
Desde la misma institución, que agrupa a los profesionales de la meteorología y de disciplinas afines de todo el país, también manifestaron su inquietud por la propuesta del gobierno. “Hay preocupación no solo en el ámbito profesional de la meteorología sino también a nivel científico”, asegura Carla Gulizia, presidenta del CAM. Y añade: “Una fusión de este tipo con el supuesto objetivo de la optimización de recursos, podría terminar siendo una justificación para debilitar a ambas instituciones, afectando no solo los recursos humanos especializados, sino también su infraestructura técnica, sus capacidades operativas y su autonomía profesional. Como Centro Argentino Meteorólogos, siempre vamos a estar en la defensa de nuestra disciplina y de todo el trabajo que hacen los profesionales en la Argentina, muchos de los cuales trabajan en el Servicio Meteorológico Nacional”.
Desde el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, su directora María Isabel Gassmann también expresa su consternación por la iniciativa: “Una fusión de esta naturaleza desde mi punto de vista como meteoróloga, es no entender el rol de las dos instituciones. Ambas son territoriales, pero una tiene que ver con las características de las fronteras, de los recursos y de otro tipo de aspectos cruciales para el país; mientras que el Servicio Meteorológico tiene que ver con la atmósfera, su influencia en la vida de los seres humanos, su salud, bienes y seguridad, y también con la sostenibilidad de muchos recursos naturales. Son roles completamente diferentes y la forma en la que se despliegan a lo largo de todo el país es completamente distinta. Entonces, unir estos dos organismos sería realmente empastar el trabajo de las dos instituciones”.
En concreto, luego de hacer públicas sus intenciones de fusionar ambos organismos, el gobierno hasta ahora no dio a conocer ningún plan concreto al respecto y en ninguna de las dos instituciones han tenido novedades. De todas maneras, desde ATE aseguran que se mantienen en estado de alerta y que están dispuestos a resistir la medida por todos los medios que tengan a su alcance. “Esperemos que el gobierno recapacite, que se de cuenta de la importancia que tienen los dos organismos y no avancen con esta propuesta. Pero, si insiste con la iniciativa, vamos a hacer todo lo posible para que este plan no se lleve a cabo, no solo desde el plano sindical sino que también vamos a recurrir a la justicia para defender ambas instituciones”.