
Una respuesta insuficiente
Muchas mujeres que padecen obesidad tienen dificultades para quedar embarazadas. Los avances en fertilización asistida mejoraron las probabilidades de que puedan tener su bebé. No obstante, para la criatura subsiste el riesgo de padecer las mismas alteraciones metabólicas de su mamá.
Una de cada ocho personas en el mundo padecen obesidad. Desde 1990, la obesidad se ha más que duplicado entre los adultos de todo el mundo y se ha cuadruplicado entre los adolescentes. Son datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la Argentina, 6 de cada 10 adultos presenta exceso de peso y uno de cada cinco chicos y adolescentes (20,4%) es obeso, según cifras oficiales.
Caracterizada por la OMS como una epidemia, la obesidad suele traer consigo alteraciones metabólicas, enfermedades cardiovasculares, diabetes y un mayor riesgo de que aparezcan ciertos tipos de cáncer. También, afecta la fertilidad femenina.
En el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE UBA-CONICET) de la Ciudad Universitaria, un grupo de investigación dirigido por Evelin Elia intenta dilucidar los mecanismos a través de los cuales la obesidad afecta a la reproducción.
El grupo demostró que la obesidad provocada exclusivamente por la dieta retrasa la concepción y reduce la fecundidad y la fertilidad de las ratas.
Para ello, utilizan un modelo animal validado internacionalmente para estudiar la obesidad provocada exclusivamente por la dieta, es decir, descartando otros factores causales. Son ratas que, además del alimento balanceado común, tienen a su disposición lo que los investigadores denominan “dieta de cafetería”: papas fritas, chizitos, maní, salchichas, queso y galletitas dulces.
“Son alimentos que comemos nosotros, comida chatarra básicamente, que para las ratas son ricos y tentadores. Además, se los variamos diariamente, lo que da como resultado que coman en exceso de manera voluntaria. Como consecuencia, después de dos meses de ingerir esta dieta, su peso es un 20 por ciento mayor al de los animales del grupo control lo cual, en las ratas, se considera obesidad”, explica Elia.
Con este modelo experimental, el grupo del IFIBYNE demostró, entre otras cosas, que la obesidad provocada exclusivamente por la dieta retrasa la concepción y reduce la fecundidad y la fertilidad de las ratas. También, mostraron que las crías de esas madres “engordadas” son mucho más grandes en tamaño que las crías del grupo control. Es decir, que la obesidad provocada por la dieta “se transmite” a la descendencia.
Tratamiento insuficiente
Se sabe que la obesidad es una condición inflamatoria crónica que desencadena en todo el cuerpo reacciones químicas que generan oxidación. Ese estrés oxidativo resulta en un montón de alteraciones orgánicas.
Hace aproximadamente una década, la medicina reproductiva empezó a utilizar la coenzima Q10 (CoQ10) -un antioxidante con muy pocas contraindicaciones y de venta libre- como suplemento para los tratamientos de fertilidad asistida porque se vio que mejora las tasas de fertilización.
Como el tratamiento con Q10 mejora lo reproductivo sin mejorar lo metabólico, la descendencia va a tener mayores chances de volverse obesa cuando sea adulta.
Muchas de las disfunciones ováricas que provoca la obesidad también se observan en otras patologías en cuya terapéutica se utiliza la CoQ10, obteniéndose buenos resultados. Por eso, el grupo del IFIBYNE decidió evaluar si la CoQ10 podía ser útil para tratar la obesidad.
“Con la evidencia que teníamos, nosotros supusimos, a priori, que el efecto beneficioso que este antioxidante tiene sobre lo reproductivo, quizás era consecuencia de normalizar las alteraciones metabólicas que provoca la obesidad”.
Para probar esa hipótesis, generaron ratas obesas mediante la dieta de cafetería y, luego, analizaron las alteraciones metabólicas y reproductivas que les provoca ese aumento de peso. Después, trataron a los animales con la coenzima Q10 y evaluaron los efectos de este antioxidante.
Los resultados de los experimentos, que fueron publicados en el Journal of Ovarian Research, muestran que la obesidad provocada por la dieta de cafetería causa alteraciones metabólicas (aumento de la glucosa, el colesterol y los triglicéridos) y, también, modificaciones de algunos parámetros reproductivos (alteración del ciclo estral, reducción en el número de folículos y en la tasa de ovulación, entre otros).
“Comprobamos que la administración de coenzima Q10 revierte las alteraciones reproductivas causadas por la obesidad, pero no las metabólicas”, revela Elia. “Nuestros resultados sugieren que el efecto de la coenzima Q10 es directo sobre el ovario, sin que el metabolismo medie en el proceso”, agrega. “En definitiva, el tratamiento con Q10 puede mejorar el problema de fertilidad pero, como mejora lo reproductivo sin mejorar lo metabólico, la descendencia va a tener mayores chances de volverse obesa cuando sea adulta”. Concluye.
Tras aclarar que los resultados en animales no pueden ser extrapolados directamente a los seres humanos, la investigadora advierte: “Si bien hubo cambios en la alimentación y actualmente el sedentarismo es mucho más grande que lo que era hace 40 años atrás, no parecen motivos suficientes para explicar el crecimiento tan alto de la obesidad. Entonces, lo que puede estar sucediendo es que la descendencia que estamos dejando sea más vulnerable a desarrollar obesidad y entonces así se garantiza ese crecimiento sostenido, con su prevalencia”.