Cambio climático

Pequeña diferencia, grandes beneficios

Un informe especial, elaborado recientemente por el IPCC, concluye que limitar el calentamiento global en 1,5°C, en lugar de 2°C, producirá grandes beneficios tanto para lo seres humanos como para los sistemas naturales del planeta. Para alcanzar esa meta sería necesario poner en marcha una agresiva política de reducción de los gases de efecto invernadero. ¿Está la humanidad en condiciones de llevar a cabo un cambio sin precedentes para lograr este objetivo?

31 Oct 2018 POR
Limitar el calentamiento global a 1,5°C evitaría que millones de personas sufrieran los impactos del cambio climático.

Limitar el calentamiento global a 1,5°C evitaría que millones de personas sufrieran los impactos del cambio climático.

Se trata de una diferencia sutil pero definitiva. Es nada más que medio grado, pero las consecuencias alumbrarán mundos distintos. Se trata de evitar que millones de personas sufran los impactos de grandes inundaciones, sequías extenuantes u olas de calor devastadoras. Una alternativa que permite que sigan existiendo los arrecifes tropicales de coral y que puede impedir que se derritan grandes extensiones del hielo en el Ártico; que puede salvar especies vegetales y animales de su completa extinción.

Estos escenarios contrastantes surgen claramente del reciente informe especial elaborado por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por su nombre en inglés) aprobado en una reunión que se llevó a cabo en Incheon, Corea del Sur.

El reporte es el resultado de 18 meses de trabajo, del que participaron 91 autores y autoras de 40 países, cuenta con más de 6 mil referencias y sumó 42 mil observaciones de revisión de expertos y gobiernos. Entre las autoras líderes del informe se encuentran dos investigadoras argentinas: Inés Camilloni, profesora de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales e investigadora del CIMA (UBA-CONICET), y  Virginia Vilarino, experta en temas de mitigación, quién gestiona el Área de Energía y Clima del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible y lidera las iniciativas sobre agro sustentable y ecosistemas de esa institución.

Carolina Vera forma parte del Buró del IPCC como vice presidenta del Grupo de Trabajo I.

Carolina Vera (la primera persona de la izquierda) forma parte del Buró del IPCC como vice presidenta del Grupo de Trabajo I.

Uno de los mensajes fundamentales arrojado de forma contundente por el informe es que hay una amplia serie de impactos del cambio climático que podrían evitarse limitando el calentamiento global a 1,5°C en lugar de 2°C, límite que habían asumido como compromiso los países firmantes del Acuerdo de París en 2015.

“El informe demuestra que cada porción extra de calentamiento tiene importancia”, afirma la climatóloga argentina Carolina Vera. Vera, profesora de Exactas UBA e investigadora del CIMA (UBA-CONICET), forma parte del Buró del IPCC como vice presidenta del Grupo de Trabajo I (encargado de estudiar las bases físicas del cambio climático). Desde allí coordinó todo el proceso de elaboración del informe y tuvo una participación muy activa durante las deliberaciones que llevaron a los gobiernos a aprobar el trabajo durante la reunión de Corea.

– ¿En qué contexto tiene lugar esta reunión?

– En diciembre de 2015 se firma el Acuerdo de París. En el texto del Acuerdo el artículo más emblemático dice que “los países colectivamente se comprometen a reducir las emisiones de manera de mantener el calentamiento global por debajo de los dos grados”.  Ese número, 2°C, no es mágico, vino de la ciencia, de trabajos previos del IPCC, que habían demostrado cuáles eran los riesgos y los impactos que implicaba superar los dos, tres o cuatro grados. El mismo informe había vislumbrado que a los 2°C había algunas barreras muy peligrosas que se estaban atravesando, que tenían que ver con  el aumento del nivel del mar, con la situación de los países insulares, con algunas especies, como los corales tropicales, que podrían quedar al borde de la extinción, con algunas zonas de África que no podrían recuperarse de sequías extremas. Entonces, hubo una presión muy grande de algunos gobiernos, en particular de los países insulares, para que el acuerdo fuera más intenso, para que se redujeran más las emisiones. No se logró firmar eso. Pero sí, se consiguió que la Convención le solicitara al IPCC que elaborara un reporte sobre cuáles serían los impactos diferenciales en un escenario de calentamiento de 1,5°C con respecto a uno de 2°C. Y, de corroborarse que hay un beneficio, cuáles son las opciones para lograrlo. El IPCC tomó la invitación hace dos años y decidió elaborar este reporte, pero decidió llevarlo a cabo en el marco de los “17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible” elaborados por el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).  Esto parece algo medio tirado de los pelos pero tiene que ver con ligar dos conversaciones que está teniendo el mundo: cómo atacar  el cambio climático y cómo lograr un planeta más sostenible. El tema es que todas estas dimensiones están interrelacionadas. Por eso, este reporte terminó siendo mucho más interesante de lo que nosotros mismos habíamos pensado en el momento de la invitación.

¿No era claro que las consecuencias de un escenario de 1,5°C de calentamiento serían menos graves que frente a uno de 2°C?

– Es que la comunidad científica no había investigado mucho cómo podía ser un escenario de un grado y medio. ¿Por qué? Porque ya estamos prácticamente en un grado. Entonces, si uno mantenía las proyecciones y se mantenía todo como veníamos hasta el año 2010, por ejemplo, a fines del siglo XXI el aumento sería del 4°C ó 5°C , entonces se medía eso. Si reducíamos las emisiones de gases lo podíamos bajar a 3°C  o a 2°C . El 1,5°C aparecía como parte del ruido, de la incertidumbre. Entonces, hubo una movida muy grande de la comunidad científica global para elaborar nuevos artículos.  En definitiva, el reporte confirmó que el cambio climático ya provocó un calentamiento global de alrededor de 1°C y que limitar el calentamiento a 1,5°C en lugar de 2°C, va a reducir impactos. No es lo mismo. Ese medio grado importa. Si el calentamiento se limita a 1,5°C se proyecta que los impactos en la biodiversidad y los ecosistemas serán menores; la pérdida y extinción de especies, será menor; aumentará menos la temperatura del océano así como será menor el incremento en el nivel del mar. También habrá diferencias en la temperatura media en la mayoría de las regiones terrestres, en los niveles extremos de calor de la mayoría de las regiones habitadas, en las precipitaciones fuertes y en la probabilidad de sequías en diversas regiones. Está claro que para las especies amenazadas, como los arrecifes de coral, no es lo mismo 1,5°C que 2°C. Claramente hay beneficio. La conclusión es que vale la pena que se haga el esfuerzo. También se calculan los millones de personas que dejarían de estar afectadas por olas de calor en un escenario de 1,5°C . Ocurre lo mismo en relación con las enfermedades. No se trata solamente de los ecosistemas naturales sino que también se refiere a los sistemas humanos.

¿Es posible limitar el calentamiento a  1,5°C?

Vera tuvo una participación muy activa durante las deliberaciones que llevaron a los gobiernos a aprobar el reporte durante la reunión de Corea.

Vera tuvo una participación muy activa durante las deliberaciones que llevaron a los gobiernos a aprobar el reporte durante la reunión de Corea.

– El reporte demuestra que física y químicamente es posible. ¿Esto por qué se tuvo que probar? Porque el calentamiento global depende de las concentraciones de gases de efecto invernader (GEI) que se han venido acumulando, porque estos gases se mantienen en la atmósfera durante cientos de años. Entonces, para cada nivel de calentamiento le corresponde una cantidad máxima de GEI para que no se pase de ese valor. A eso se lo llama en español presupuesto de calor. Lo que este reporte muestra es que con lo que se emitió hasta ahora no se llegaría a superar el 1,5°C. Pero hay que disminuir drásticamente las emisiones. El reporte señala para no superar el 1,5°C las emisiones netas globales de dióxido de carbono (CO2) deben descender, para 2030, en aproximadamente un 45% con respecto a los niveles de 2010, para alcanzar un cero neto en torno a 2050.

– ¿De qué manera plantea el reporte que una meta tan ambiciosa se podría alcanzar?

– El reporte identifica cuatro grandes sectores cuyas emisiones tenés que atacar con decisión: energía, uso del suelo, espacio urbano e infraestructura (incluidos transporte y edificios) y las industrias. Se requieren transiciones rápidas y de gran alcance, sin precedentes en términos de escala que implican profundas reducciones de emisiones en todos estos sectores. En el sector energético, por ejemplo, esa transición tiene que ver con reemplazo de los combustibles fósiles por el uso de energías renovables. En este sentido, plantean el siguiente cálculo: para lograr que el calentamiento global no supere el 1,5°C, para el 2050 las energías renovables globales deberían suministrar entre el 50% y el 66% del total y las fósiles no más del 7%. Es una meta ambiciosa, está claro, pero las tecnologías ya están disponibles, no hay que inventarlas. Además, ese reemplazo ya se está dando, pero hay que hacerlo más rápido, a esta velocidad no se llega.

– Y entre los otros sectores, ¿cuál se considera prioritario?

– Sobre el tema del uso del suelo se apuestan muchas fichas para reducir las emisiones más grandes. Por dos razones, no solamente porque por medio de la reforestación y aforestación vos podés a través de los árboles capturar CO2, sino porque existen tecnologías que te permiten la captura del CO2 y su almacenamiento en estructuras geólogicas. Existe una tecnología, conocida como BECCS (por sus siglas en inglés), que implica la generación de bioenergía (biodiesel) con captura y almacenamiento de carbono. Porque este informe demuestra claramente que con la reducción de las emisiones no alcanza, que para no superar el 1,5°C también tiene que haber captura, retiro de CO2 de la atmósfera. Pero el reporte también llama la atención en que si utilizás mucho BECCS, que es producir biomasa para generar energía, podés hacerlo a expensas de otras actividades agrícolas que producen alimentos, y podés degradar suelos, por eso hay que evaluar detenidamente beneficios y compensaciones. Por eso, es muy importante reducir lo más rápidamente posible las emisiones porque cuanto más te demores, más vas a necesitar de estas tecnologías para capturar carbono.

– Si física y químicamente es posible y las tecnologías están disponibles, ¿es sólo un tema de decisión política alcanzar el objetivo de 1,5°C?

– Por primera vez este reporte, y eso es muy llamativo, deja en claro que se trata de un problema social, no tecnológico. Porque la física y la química te permiten alcanzar el objetivo y la tecnología está. Entonces si vos no lo hacés es porque hay limitaciones sociales, culturales, políticas, económicas. Dentro de las cuales, por supuesto, hay intereses, pero hay de todo adentro de esa bolsa. Por ejemplo: cambios de comportamiento que implican cambios en la dieta. Este reporte pone énfasis en la producción de carne. La producción de carne a nivel mundial, es uno de los grandes emisores de GEI, porque la mayor parte del ganado del mundo es engordado con alimento balanceado. El alimento balanceado, en su generación, en su transporte emite gases, además del metano que producen naturalmente los rumiantes cuando defecan. Por eso, se considera el ciclo de la carne como uno de los más nocivos. En este sentido, este reporte fue innovador porque antes no se incluían cuestiones de comportamiento o de consumo. Eran temas que no se tocaban.

Por primera vez este reporte del IPCC deja en claro que el calentamiento global se trata de un problema social, no tecnológico.

Por primera vez este reporte del IPCC deja en claro que el calentamiento global se trata de un problema social, no tecnológico.

Las conclusiones de este reporte, ¿se van a usar como insumo en la próxima reunión de Polonia?

– Sí. Uno de los temas que la Convención está discutiendo es justamente el grado de progreso que está teniendo la implementación del Acuerdo de París. Este reporte concluye que, si se cumplieran los compromisos asumidos por los paíese en el Acuerdo, el calentamiento llegaría a alrededor de los 3°C ó 3,5°C para el 2.100. Quiere decir que no alcanza. Descuento que, con este informe, los países insulares, muchos países africanos y otros van a exigir que se aceleren las acciones.

Para ser sincero, parece muy poco probable que los países cumplan con los compromisos necesarios para frenar el calentamiento en 1,5°C. ¿Vos qué pensás?

– No es imposible pero sí es difícil. De acá al 2030 tenés 12 años para hacer las grandes transiciones. Por otro lado creo que lo que lo puede facilitar las cosas es que se trata de un problema global. Otras metas para el desarrollo también son problemas globales pero no en el mismo sentido. Por ejemplo: la pobreza. En todos lados hay pobreza y tenemos que reducirla pero no deja de ser un problema particular de cada país. En el caso del cambio climático la atmósfera es una sola, no tiene fronteras, entonces, la acción de un país tiene un impacto directo en todo el resto. ¿Vamos a lograr esto? No sé. Pero el camino está trazado y cada vez se ven más claramente los beneficios de recorrerlo. Quizás no llegamos en el tiempo establecido pero yo creo que vamos en ese camino.