Mejoran la producción de células madre
Un equipo de investigadores de la Facultad dio un paso significativo para simplificar la metodología de cultivo de células madre y, además, logró aumentar significativamente su capacidad de multiplicarse durante largos períodos de tiempo, sin afectar sus cualidades excepcionales. Los resultados del estudio, fueron publicados en la prestigiosa revista científica Stem Cells and Development.
Uno de los desafíos actuales para quienes investigan con células madre (CM) es poder multiplicarlas sin que pierdan su principal cualidad: la pluripotencia, es decir, la capacidad de “diferenciarse” para dar origen a todos los diferentes tipos celulares.
Para ello, se han desarrollado métodos de cultivo bastante caros y técnicamente complicados porque, en el laboratorio, hay que tener un montón de cuidados para evitar que las CM se diferencien espontáneamente.
Por ejemplo, el cultivo de CM obtenidas de embriones de ratón -que se utilizan para los experimentos como paso previo al uso de células embrionarias humanas- requiere del agregado de una sustancia denominada LIF, que inhibe ese proceso de diferenciación no deseado.
Otro requerimiento técnico para criarlas es sembrarlas sobre una capa de células -llamadas “fibroblastos”- que les brindan soporte y alimento. Esta “capa alimentadora” (del inglés feeder layer) suele interferir en la realización de ciertos experimentos lo cual, muchas veces, agrega dificultades a los investigadores.
Ahora, un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la UBA dio un paso significativo para simplificar la metodología de cultivo y, en ese camino, obtuvo logros inesperados: “Utilizando un medio de cultivo creado en nuestro laboratorio nos encontramos con la sorpresa de que la proliferación de células madre embrionarias de ratón aumenta a alrededor del doble sin necesidad de utilizar fibroblastos”, revela la doctora Alejandra Guberman, directora del grupo e investigadora del Conicet en la FCEyN. “Además, nuestro medio de cultivo las mantiene sin diferenciarse y en estado pluripotente durante largos períodos de tiempo sin agregar LIF”, añade.
Para cultivar las CM, los científicos utilizaron un medio donde previamente habían cultivado células de tejido ovárico de vaca, las cuales producen una gran variedad de sustancias que promueven el crecimiento celular. “Es un medio que se logró en este laboratorio hace varios años y que se ha utilizado para otras líneas de trabajo. Y ahora decidimos probarlo con las células madre”, aclara Guberman.
Los resultados del estudio, que fue financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, el Conicet, la UBA y la empresa Biosidus, fueron publicados en la prestigiosa revista científica Stem Cells and Development.
“Tenemos algunos resultados, que aun no hemos publicado, que indican que este medio de cultivo también podría funcionar para células embrionarias humanas”, adelanta.
Investigación de punta
Hace apenas cinco años, el japonés Shinya Yamanaka revolucionaba el mundo de la biología molecular: había logrado reprogramar células de piel humana para transformarlas en células madre pluripotentes.
En la Argentina, el equipo de la FCEyN en conjunto con el grupo de Santiago Miriuka del FLENI son pioneros en este campo. “Nosotros reprogramamos fibroblastos de ratón y obtuvimos células madre pluripotentes”, señala Guberman. “Comprobamos que nuestro medio de cultivo también es efectivo para mantener a estas células madre en estado indiferenciado y pluripotente sin agregar LIF ni la feeder layer”.
Sin embargo, en estos experimentos -que fueron publicados en la revista Biochemical and Biophysical Research Communications– los investigadores no consiguieron un aumento en la multiplicación de las células madre.
“Al principio nos decepcionamos. Incluso, llegamos a pensar que habíamos hecho algo mal”, confiesa. “Pero después nos pusimos contentos. Porque comprendimos que, aunque las células madre embrionarias y las células madre obtenidas por reprogramación parecen iguales, debe haber algo en su mecanismo de proliferación que las hace distintas, lo cual es muy importante. Y en eso estamos trabajando ahora”, se entusiasma.
Los primeros ensayos en este sentido apuntan a una molécula que sería clave para demostrar que ambos tipos de células madre son diferentes.
Por ahora, prefieren mantener su nombre en secreto.