Física de exportación
Daniel Secondo se recibió de físico en Exactas a principios de los años 80. Mientras avanzaba en su carrera ya tenía una empresa de electrónica y sabía que su futuro estaba en la industria. Actualmente vende tecnología a toda América Latina. En esta charla, destaca el acercamiento que se va produciendo entre la ciencia y la producción y vaticina más empleos para científicos en la industria.
– ¿Cuándo empezaste a estudiar Física en Exactas?
– Debe haber sido en el 77 ó 78. Yo en realidad había empezado a estudiar ingeniería. Después, por cuestiones relacionadas con la política, me tuve que ir de la UTN y empecé de cero en Exactas.
– ¿Y tenías vocación para la Física?
– Sí, me gustaba. Si bien había estudiado ingeniería electrónica y tenía, junto a otros socios, una fábrica de instrumentos electrónicos, muchas de las cosas que hacía tenían más que ver con la física. Entonces, cuando tuve que empezar otra vez, preferí física porque estaba más relacionada con el tipo de producto que desarrollábamos en la empresa.
– Mientras estudiabas ¿qué idea tenías acerca de tu futuro laboral?
– Siempre pensé en orientarme a la industria. Y a medida que iba aprendiendo cosas nuevas en la Facultad las iba incorporando a la empresa y eso nos permitió desarrollar productos más originales.
– Por aquellos años ¿existían herramientas estatales para apoyar la transferencia de tecnología de la universidad al sector productivo?
– A mí me parece que ahora se están haciendo más esfuerzos para conectar la universidad con la industria. En aquella época había muy pocos intentos en ese sentido. Me acuerdo que una vez, en los años de Alfonsín, vino a dar una conferencia Terragno, para promover ese tipo de iniciativas y habló de lo que ocurría en Estados Unidos. Había alguna iniciativa pero ahora se está poniendo más énfasis y se están logrando más resultados que en aquella época.
– ¿Y qué pasó con tu empresa durante los años 90?
– A principios de los 90 habíamos formado un equipo de trabajo con grupos de la Universidad de La Plata y de Exactas. Hicimos desarrollos bastante interesantes que competían con algunos productos de primera línea de empresas multinacionales. Ya estábamos listos para comenzar a exportarlo cuando decretaron la Convertibilidad. De un día para el otro el producto pasó de costar la mitad a costar el doble que el de la competencia. Todo el proyecto fracasó y en un par de años quebraron las dos empresas que teníamos. Durante esos años nos fuimos defendiendo como pudimos y logramos sobrevivir. Después, a partir de 2002 y 2003 todo cambió muy rápido. De nuevo era negocio producir, empezamos de vuelta, sacamos dos emprendimientos interesantes y hoy seguimos yendo para adelante.
– ¿Te parecen útiles los instrumentos que existen para impulsar las empresas de base tecnológica? ¿Sirven para acercar la ciencia a la industria?
– Sí, claro. Fijate que por estos días hemos presentado un proyecto en el MINCyT para trabajar junto con la Facultad de Ciencias Exactas en el desarrollo de unos bancos ópticos para mediciones de gases que tienen aplicación en el rubro de la verificación técnica vehicular. En Latinoamérica no hay quien los fabrique. Nosotros creemos que hay buenas condiciones para desarrollar este producto y para venderlo al Mercosur y Latinoamérica.
– ¿Desde la universidad también se está impulsando este acercamiento?
– Nosotros hemos trabajado con Incubacen en distintos proyectos y ellos nos han ayudado mucho. Nos parece fantástico el trabajo que ellos hacen en cuanto a fomentar la vinculación entre la industria y la Facultad.
– ¿Ves desde el lado de la industria una mayor número de físicos?
– El tema es que algunas de las industrias que más físicos requerirían son aquellas que más cuesta desarrollar en el país, como la microelectrónica, la producción de semiconductores. Pero, por otro lado, tengo entendido que todo lo relacionado con la energía atómica se está recomponiendo. De esta manera reaparece una salida laboral que se había cerrado en los 90. No sé hasta donde se va a avanzar pero por lo menos se está yendo en el sentido correcto.
– De mantenerse este rumbo ¿te parece que se generarán más puestos de trabajo para los científicos en la industria?
– Espero que sí. Yo creo que el Estado tiene que fomentar una situación en la que sea buen negocio desarrollar productos innovadores, crear tecnología. Eso es lo que permite que se vaya formando un aparato productivo robusto que posibilite el desarrollo detecnologías básicas, la conformación de cadenas de valor, el surgimiento de circuitos productivos, en los cuales los físicos, los químicos, bioquímicos van a tener su lugar. Ahora, en el país, hay muchas industrias que están trabajando en ingeniería genética a nivel básico y realmente cierran toda la cadena. Quizá falta todavía el segmento de producción local de equipamiento de alta tecnología. Necesariamente los físicos tienen que participar en ese proceso porque hay ramas en las cuales la formación del físico te da el abanico de disciplinas interrelacionadas que tal vez un ingeniero no tiene porque está más especializado.