Aplazados en salud
Se trata de una investigación llevada a cabo sobre 156 pacientes del Consultorio Externo de Diabetes del Hospital de Clínicas que indaga sobre sus conocimientos acerca de la salud en general. El 60 por ciento no pasó el examen y el 87 por ciento de los que muestran poca alfabetización en salud tuvieron un mal control de su propia enfermedad.
¿Cuánto entiende usted de temas médicos? Es un test de cincuenta palabras probado en distintos países y que se hizo también en la Argentina para saber cuán alfabetizada está la población en cuestiones de salud. Aquí se indagó, a modo exploratorio, sobre 156 pacientes del Consultorio Externo de Diabetes del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la mayoría no pasó el examen.
«El 60 % que muestra inadecuada alfabetización en salud es un número muy alto por ser una población que padece una enfermedad crónica, y que, por esa razón, está en permanente contacto con el sistema médico. Además, esto es preocupante porque el número de casos de diabetes está aumentando en el país y en el mundo», indica la investigadora Adriana Pérez de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), sobre la investigación dirigida por el doctor Raúl Mejía, junto con Alexander Ariza Bolivar, Martín Lanteri, Carla Cícero y Félix Puchulu.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la diabetes será la séptima causa de muerte en el 2030, el mismo año en el que la misma entidad espera poder contrarrestar la inadecuada alfabetización en salud con una agenda de actividades y promoción de conocimientos para mejorar la calidad de vida. «Se ha demostrado que una persona cuanto más maneja y procesa la información de salud, toma más medidas preventivas, reconoce a tiempo síntomas, y su estado físico es mejor», destaca Pérez.
Los resultados de este estudio exploratorio publicado recientemente en «Medicina» coinciden con lo que ocurre en otros lugares del mundo. «Los pacientes con inadecuada alfabetización en salud tienen dificultades para entender la importancia de la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas, su estado de salud es peor y utilizan más los sistemas de emergencia que los pacientes con adecuada alfabetización», remarcan los especialistas.
El 87 por ciento de los pacientes consultados en la Argentina que muestran poca alfabetización en cuestiones generales de cómo cuidarse, tuvieron un mal control de su diabetes, enfermedad caracterizada por altos niveles de azúcar o glucosa en sangre. Los investigadores, además de las entrevistas con los afectados, también tomaron nota de un análisis de laboratorio -hemoglobina glicosilada- que permite conocer cómo fue el promedio de la glucosa o glucemia en el enfermo en los últimos tres meses.
«Los resultados del estudio muestran una asociación entre la alfabetización de salud y el control de la glucemia. Esto es relevante pues cuán controlada esté la glucemia es un importante predictor para el desarrollo de las complicaciones asociadas a esta enfermedad», destacan los autores del estudio. En palabras de Pérez, la ecuación es: «Cuanto más sabés de temas de salud, mejor te controlás, y mejor pronóstico tenés a mediano y largo plazo».
¿Qué hacemos ahora?
Los pacientes consultados hacía por lo menos siete años, en promedio, que conocían su diagnóstico de diabetes y habían iniciado el tratamiento. Es decir, eran habitués permanentes de centros médicos, salas de espera, farmacias. Además, ellos mismos se realizan controles diarios para conocer los valores de glucemia en sangre. A pesar de todo eso, eran pocos los que estaban alfabetizados en temas de salud en general.
¿Qué hacer? «Educar», responde Pérez. «La alfabetización -agrega- se logra con educación en temas de salud en los medios masivos, en las escuelas, con la capacitación en las salas de espera, con programas educativos, entre otras acciones». En este sentido, la Agenda 2030 de la OMS propone como clave el acceso a las nuevas tecnologías de comunicación y el uso de redes sociales como plataforma para la difusión. Por ejemplo, a través de tecnologías móviles en salud o M-Health. «Estos pueden complementar las plataformas tradicionales de alfabetización en salud, tales como hospitales, clínicas de salud y escuelas, aprovechando al mismo tiempo el potencial de utilizar nuevos escenarios: lugares de trabajo (programas de bienestar de salud / asociaciones público-privadas), lugares de culto y otros entornos comunitarios», sugiere la OMS.
Hasta tanto esta alfabetización en salud llegue a la población, Pérez concluye: «Este estudio puede ser un insumo para los profesionales de la salud. Pues les puede servir para entender cuán formado están los pacientes y tratar de ser más explícitos en el consultorio hasta que se logre la deseada capacitación y educación en salud».