El Niño va creciendo
Como hemos informado a fines de mayo en el artículo ¿Un Niño nace?, las condiciones atmosféricas y oceánicas de la región ecuatorial del Océano Pacífico continúan evolucionando hacia un nuevo evento del Niño, manteniendo las probabilidades de su ocurrencia en los próximos meses en niveles superiores al 70 y 80%. Este fenómeno altera las condiciones climáticas… Ver artículo
Como hemos informado a fines de mayo en el artículo ¿Un Niño nace?, las condiciones atmosféricas y oceánicas de la región ecuatorial del Océano Pacífico continúan evolucionando hacia un nuevo evento del Niño, manteniendo las probabilidades de su ocurrencia en los próximos meses en niveles superiores al 70 y 80%.
Este fenómeno altera las condiciones climáticas en diferentes países del mundo y, en consecuencia, es vigilado de cerca por sus distintos servicios meteorológicos. En particular, el Servicio Metorológico de Australia ha puesto su «Rastreador del Niño» en estado de alerta.
«Rastreador del Niño» elaborado por el Servicio Meteorológico de Australia
La flecha del dispositivo se encuentra en la etapa de alerta dado que la temperatura de la superficie del Océano Pacífico Ecuatorial se está incrementando en forma sostenida en el centro de esa cuenca y los pronósticos indican al menos un 70% de chance que el Niño se desarrolle este año. El Rastreador no señalaba esta condición desde Agosto de 2009. Si las condiciones futuras confirman los pronósticos entonces el Rastreador pasaría a la etapa «El Niño» en los próximos meses.
Además de pronosticar su posible ocurrencia, los centros climáticos globales se esfuerzan también en pronosticar la intensidad del potencial evento Niño, a partir de la información proveniente de modelos dinámicos (que resuelven numéricamente las ecuaciones que rigen el clima) y de modelos estadísticos (basados en la historia previa de ocurrencia del fenómeno). Los últimos pronósticos indican que es muy probable que este evento Niño exhiba incrementos de la temperatura del mar de alrededor de un grado centígrado. Este sería entonces un evento de intensidad moderada en comparación a Niños más fuertes, como el que se desarrolló entre 1997 y 1998, cuando la temperatura del mar en el Pacífico llegó a incrementarse casi en 3 grados centígrados.
Mientras que el pronóstico del fenómeno del Niño presenta buenos niveles de calidad, el pronóstico sobre las variaciones climáticas que este fenómeno pueda inducir en nuestro país, por ejemplo, en los próximos meses, presenta todavía calidades muy pobres. Es en ese sentido, una buena información que ayuda a tener una idea sobre lo que podría esperarse en los próximos meses la provee el análisis del impacto que han tenido en promedio los eventos Niño que ocurrieron previamente.
El mapa elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional(ver gráficos de la izquierda) considerando todos los eventos Niño que ocurrieron entre 1961 y 2013, muestra que varias regiones del país exhiben probabilidades superiores al 60% de que la lluvia del trimestre Julio-Agosto-Septiembre sea mayor a la normal durante un año Niño, con incrementos medios entre 5 y 50 mm. Cabe mencionar que este mapa fue calculado considerando todos los Niños, tantos los fuertes como los moderados.
Un aspecto que se tiene en cuenta en especial al inicio de un evento Niño al momento de anticipar posibles impactos negativos, es el estado del suelo vigente.
El balance hídrico elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional y actualizado al 20 de Junio, muestra que varias regiones del país exhiben actualmente condiciones de agua en el suelo desde óptimas hasta excesivas. Esto las dejaría en situación de vulnerabilidad ante el potencial escenario de incremento de las lluvias en los próximos meses. Se recomienda entonces prestar atención periódicamente a las actualizaciones de las alertas, boletines e informes que el Servicio Meteorológico Nacional, el Instituto Nacional del Agua, el INTA, entre otros, difundan en las próximas semanas y meses en relación con al evento del Niño en desarrollo.
