Un “Niño” intenso
El fenómeno del Niño tiene similitudes con el comportamiento de un chico en sus inicios: impredecible, revoltoso y rebelde. Sin embargo, este año tuvo una intensidad superior y su influencia en el litoral terminó con grandes inundaciones. Un análisis del trimestre febrero-marzo-abril y reflexiones de cara a mayo-junio-julio.
El nacimiento es uno de los eventos más importantes dentro de la estructura familiar. Moviliza desde los abuelos hasta los primos segundos. Una nueva vida viene a correr los cimientos de lo que ya está organizado, a desorientar lo que ya parecía quedar estático.
Algo similar ocurre cuando en el Pacífico Tropical se gesta el fenómeno denominado “El Niño”. “Este Niño se considera uno de los más intensos, ha tenido una influencia muy importante”, afirma Marcela González, profesora en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e investigadora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA CONICET-UBA). Pero la investigadora tranquiliza: “Parece que la fase más madura del evento ya ha pasado y entramos en una etapa de disipación. Aparentemente va a ser bastante rápida y para nuestro invierno estaríamos en una situación neutral”.
De todos modos, los efectos del Niño dejaron un número excesivo de precipitaciones para abril en amplios sectores del Litoral, con acumulados del orden de 400 a 600 mm/mes, superando en varios casos los registros climáticos anteriores.
González explica que el evento del Niño consiste en un calentamiento de las aguas del Pacífico Tropical que incide en un cambio de la circulación de la atmósfera en general, y produce algunas anomalías de temperatura y precipitación en distintos lugares del mundo. Entre ellos se encuentra nuestro país.
“El fenómeno del Niño está bastante estudiado y hay muchas certezas de que este Niño ya está terminando, situación que mejoraría la actualidad del Litoral que es tan complicada con las inundaciones”, comenta la investigadora.
Pero los altos niveles de precipitaciones no fueron la única sorpresa en el mes de abril: durante los últimos días una ola de frío acaparó toda la atención. Según González, lo que se observó en los primeros veinte días de abril fue una circulación del océano Pacífico mucho más intensa que la de los últimos diez días de abril. De esta manera, el aire frío polar pudo ingresar con mayor facilidad al continente produciendo un descenso importante de temperatura. Igualmente, el promedio a lo largo del trimestre, que abarca los meses de febrero, marzo y abril, evidenció temperaturas dentro de lo normal, aunque con bastante variabilidad.
¿Una Niña en camino?
Sin embargo, el trabajo de González también apunta a buscar una perspectiva para el próximo trimestre, que abarca desde mayo hasta julio, mediante modelos estacionales, que dan un aproximado de la lluvia y la temperatura media. Para el futuro se espera que la transición termine decantando en una situación neutral con posibilidades de inicio de una fase fría (una posible Niña).
¿Qué significa esto? Según los modelos de estudio, el agua del Pacífico Ecuatorial profundo se está enfriando y esto supondría que con el correr de los meses estemos frente a un fenómeno diferente, una Niña, que tiene influencia en Argentina con la producción de sequías importantes.
“Hay un monitoreo constante de las temperaturas del agua del mar para evaluar la posibilidad de un Niño o una Niña. La anomalía está siendo positiva, pero tiende a disminuir y prácticamente llegamos al invierno con la mayoría de los modelos pronosticando anomalías negativas de temperatura del mar en el Pacífico Tropical”, dice González.
Aquella familia que no se termina de acomodar con un nacimiento, en el corto plazo puede estar viviendo otro suceso destacado. Ocurre que la convivencia no será fácil y entre tanta parentela hay que saber lidiar con cada uno.
Lo que se viene
De cara al futuro, según la investigadora, en el trimestre que comienza en mayo es de esperar temperaturas menores a las normales. “No mucho, porque no hay anomalías muy grandes, pero apuntan a más frío”, menciona González. Por otro lado, en el noroeste, norte mesopotámico y Patagonia se esperan valores algo por encima de los normales.
Finalmente, se espera que las precipitaciones sean superiores a lo normal en la zona comprendida por el norte, centro y noreste de Argentina, mientras que en la región de Cuyo y centro-este del país se esperan lluvias normales. Otra suerte tiene la Patagonia donde se espera una menor cantidad de precipitaciones. Estas previsiones son la conclusión del consenso de opiniones que derivan de tener en cuenta todos los resultados disponibles provenientes de distintos modelos y que se realizan todos los meses en el Servicio Meteorológico Nacional.