El clima que viene, una incógnita
Los mares tropicales están “apagados”. En estas condiciones, los meteorólogos no pueden anticipar qué sucederá con el clima en el país durante los próximos meses. Porque, sin la influencia oceánica, la atmósfera queda libre para manifestar su comportamiento naturalmente caótico.
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Saber cómo será el clima durante el verano que se aproxima, no sólo puede ayudar a definir un destino vacacional. También, es un conocimiento clave para el desarrollo de actividades que, de una u otra manera, están subordinadas a los caprichos atmosféricos. Tal es el caso, por ejemplo, de rubros como el agropecuario o el de la construcción.
Según parece, al menos por ahora, la decisión de iniciar la construcción de un edificio, o de qué y cuándo sembrar, no contará con el acompañamiento de un pronóstico climático preciso.
“Decir qué va a pasar con el clima en los próximos meses, dadas las situaciones actuales, es prácticamente imposible”, consigna la doctora Carolina Vera, investigadora en el Centro de Investigaciones del Mar y de la Atmósfera (CIMA) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del CONICET.
Caos en el cielo
Periódicamente, los medios de comunicación nos informan qué va a pasar con el tiempo en las próximas horas. Para el hemisferio sur, esa capacidad de anticipación puede llegar a los cinco o seis días. Como mucho, a diez.
Para hacer el pronóstico del tiempo los expertos analizan las condiciones meteorológicas inmediatas, que pueden cambiar en pocas horas.
Pero para realizar un pronóstico climático, es decir, con meses de antelación, se requiere estar al tanto de la ocurrencia de sucesos globales y de larga duración como, por ejemplo, el tan mentado fenómeno de «El Niño” o, su contraparte, «La Niña”.
“La atmósfera tiene un carácter turbulento y es eminentemente caótica. Pero puede estar muy influenciada por lo que ocurre en la superficie subyacente, particularmente en la superficie de los océanos”, señala Vera. “Cuando el océano tropical fuerza a la atmósfera a un determinado estado climático, nosotros decimos que, de alguna manera, la atmósfera ‘se organiza’. Entonces, podemos tener mejores condiciones para pronosticar qué puede suceder en los próximos meses”, explica.
Pero el problema para el pronosticador se presenta cuando los océanos no presentan “anomalías” que puedan influir en el comportamiento atmosférico.
“Cuando el océano está ‘apagado’ su influencia sobre la atmósfera es mínima, y nosotros decimos que la atmósfera está más ‘libre’, es decir, es más caótica. En estas condiciones, los modelos numéricos, que son los programas de computación con los que simulamos y pronosticamos el comportamiento atmosférico, nosotros decimos que ‘no tienen señal’. Es decir, no pueden pronosticar una señal climática que se pueda diferenciar del natural caos atmosférico”, aclara Vera.
Hornallas apagadas
La influencia oceánica sobre la atmósfera se da, principalmente, en la zona tropical, donde el agua puede alcanzar temperaturas muy elevadas. En algunos sectores, como el Pacífico Oeste, puede superar los 28ºC. “Si esa temperatura persiste, el océano actúa como una hornalla para la atmósfera”, ilustra Vera. Y eso va a generar alteraciones en la atmósfera tropical y, después, en la extra tropical”, completa.
De esta manera, los cambios en el Pacífico Occidental pueden influir en otras regiones, incluida la Argentina. También, aunque en menor medida, las alteraciones térmicas de los océanos Índico y Atlántico influyen en el clima de nuestro país.
Pero, puede suceder que ninguno de estos tres grandes mares que actúan sobre el clima argentino se calienten o se enfríen lo suficiente como para influir sobre el comportamiento atmosférico. Este es el caso actual.
“Desde principios de 2012 no ha habido cambios importantes en las temperaturas superficiales de los océanos tropicales. Por lo tanto, no han estado influenciando a la atmósfera”, informa Vera. “Cuando ninguno de estos océanos está anómalamente más caliente o más frío no se puede pronosticar el clima con meses de anticipación”, sostiene. Y advierte: “Hay muchas páginas de Internet que proporcionan pronósticos del clima, pero lamentablemente no los acompañan con validaciones de su calidad. La realidad es que con las condiciones del clima actual hoy no se puede pronosticar nada certero”.