30 años de la brasileña "Ciência Hoje"

Científicos y periodistas, de la mano

La revista de divulgación científica brasileña Ciência Hoje (precursora de Ciencia Hoy de Argentina) ya cumplió 30 años, y cuenta, además de la versión impresa, otra on-line y ediciones para niños. En esta publicación son los investigadores quienes comunican los temas al público con apoyo de periodistas que editan los artículos. Sus editoras cuentan los entretelones de la exitosa publicación.

23 Jul 2013 POR
Alicia Ivanisevich editora de la versión impresa. Foto: Gabriel Rocca

Alicia Ivanisevich editora de la versión impresa. Foto: Gabriel Rocca

Entrevista a Alicia Ivanisevich

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Alicia Ivanisevich, editora de la edición impresa de Ciência Hoje, es argentina, pero hace casi treinta años que reside en Río de Janeiro. Se graduó en comunicación social en la Universidad Federal de esa ciudad, y realizó una especialización en divulgación científica en Inglaterra, en el Wellcome Center for Medical Sciencie. En 1985, cuando aún era una estudiante, comenzó a formar parte de esta revista de ciencia.

“Ciência Hoje fue creada en 1982, en ese momento no existía una revista de divulgación científica en Brasil, y la idea era que los investigadores pudieran contar sus resultados directamente al público general, sin intermediarios. Se lanzó durante una reunión de la Sociedad Brasileña para el Avance de la Ciencia, que es muy importante en Brasil, y reúne a científicos de todas las áreas del conocimiento”, recuerda.

Y prosigue: “Los iniciadores fueron físicos y biólogos, pero enseguida se dieron cuenta de que tenían que incluir a las ciencias humanas. Así, desde el principio se creó un grupo interdisciplinario. Pero se dieron cuenta, también, de que no conseguían transmitir directamente sus resultados sin tener intérpretes: los periodistas”.

La revista se inició con una tirada de 15 mil ejemplares, y la primera edición se agotó rápidamente. Al principio fue bimestral, pero, debido al éxito, pronto fue transformada en mensual.

¿Cómo era la revista cuando comenzaste a trabajar en ella?

– Era muy semejante a la Ciencia Hoy argentina, era poco sabrosa, poco atractiva para el público. Por eso consideraron que precisaban una persona que asumiera la responsabilidad de hacerla más atractiva. De proponer un nuevo proyecto editorial.

– ¿No había periodistas en la revista?

– Ya había periodistas, pero estaban más volcados a la edición de los textos de los científicos, y no había otros géneros, como entrevistas. Entonces creé secciones nuevas, traté de darle un poco más de ritmo a la revista, y el proyecto gráfico también ayudó mucho. La idea era cautivar a sectores más jóvenes, estudiantes.

– ¿Las últimas decisiones las tomás vos?

– Todo es decidido en conjunto. El proceso no es lineal. Los artículos llegan a la revista, algunos responden a un pedido, otros son enviados en forma espontánea. Tenemos un comité de editores científicos que evalúan los artículos, y deciden si es necesario enviarlo a consultores, es una especie de peer review para garantizar la calidad del contenido. Una vez aprobado el contenido científico, el editor de forma y lenguaje, un periodista con formación en física, da una mirada al artículo y, según el caso, pide a los autores que realicen algunos cambios. Por ejemplo, si hay partes muy duras, sugiere que se agreguen ejemplos, o se ilustre con alguna metáfora.

– ¿Y el texto final?

– Cuando nos llega la nueva versión de los autores, nos ocupamos de la edición: empezamos a trabajar el texto, a poner las manos en la masa. Título y copete, los decidimos nosotros. Pero se lo presentamos a los autores. Ellos tienen la palabra final sobre lo que van a publicar. Los artículos los firman ellos, pero hay mucha negociación.

– ¿Pero ustedes no escriben artículos con firma propia?

– Sí, hay otra parte de la revista que es realizada por periodistas. Hacemos entrevistas y artículos, y también se los damos a leer a los científicos para ver si hay algún error de contenido. Pero la decisión final de la forma es nuestra. La verificación reside sólo en el contenido.

– ¿Cómo hacen con la estructura del texto?

– Nosotros cambiamos todo. Generalmente los científicos colocan lo más interesante al final, y nosotros lo colocamos al principio. Hacemos cinco líneas para llamar la atención de los lectores, plantear el tema del artículo. Tratamos de respetar al máximo posible la forma de escribir de los científicos, pero obviamente hay casos en que no se puede. Hay artículos que directamente se reescriben.

– ¿El científico lo acepta con facilidad?

– Del 85 al 99% por ciento, aceptan y reconocen que el texto mejoró muchísimo. En general hay una recepción muy buena. El 1 por ciento puede tener un ataque histérico, y decir que ese no es el artículo que escribió. Tratamos de llegar a un acuerdo, si no, el artículo no se publica.

– ¿Cómo seleccionan los temas?

– En general, tenemos cuatro artículos por edición, y tratamos de dar siempre uno de ciencias exactas, uno de humanas, uno de salud y otro de ciencias ambientales. Tenemos reuniones de sumario, en las que proyectamos los temas. También nos llegan comunicados de prensa de universidades e institutos de investigación.

– ¿Cómo se financia la revista?

– Nos mantenemos con las grandes ventas que hacemos al Estado de la revista de los niños, de la que se vende un gran número de ejemplares al Ministerio de Educación. Son 200 mil suscripciones que se distribuyen en las bibliotecas de las escuelas públicas de todo el país. Otros ingresos son por ventas de suscripciones para municipios, para que la revista llegue a cada chico en forma individual. Publicidad muy poco, y poca presencia en los kioscos, es muy caro distribuir. Pero, en este momento, uno de los municipios que compraba, dejó de comprar. Estamos en crisis, tratando de conseguir recursos de otra forma. También tuvimos ventas de la Ciência Hoje de los adultos para el CNPQ (equivalente al CONICET), que lo distribuía a los alumnos de la universidad con beca del CNPQ. Tuvimos 20 mil suscripciones durante dos años. Eso era importante porque creemos que ese es el público al cual nos destinamos, ese es el público que nos interesa.

– ¿Cómo ves el futuro de Ciência Hoje?

– Hoy muchas revistas en papel están cerrando, como Newsweek, y queda sólo la versión on-line. Para mí el futuro es una incógnita, no sé cuánto tiempo más tendremos la edición en papel. Obviamente el rol de la comunicación y la divulgación científica va a seguir, pero tenemos que encontrar nuevos formatos. La versión on-line es un brazo importante de la revista. Pero tenemos que ir más allá, conseguir formas originales y creativas.

 

 

Ciência Hoje on-line

Carla Almeida, editora de la versión on-line de Ciência Hoje: Foto: Gabriel Rocca

Carla Almeida, editora de la versión on-line de Ciência Hoje: Foto: Gabriel Rocca

Carla Almeida es periodista y editora de la versión on-line de la revista. Se trata de un sitio independiente de la revista. “Tenemos una sección de noticias, que es la principal, donde damos noticias de ciencia de todas las áreas, incluidas las ciencias humanas y sociales, tanto de Brasil como del extranjero. Tenemos también un blog donde tratamos temas que no son noticia, y allí escribimos con más libertad”, detalla la periodista.

Y prosigue: “Tenemos también ocho columnas, escritas por científicos de diferentes áreas. Ellos envían los textos, y nosotros los editamos, es un trabajo interesante, aprendemos mucho de ambos lados. Hoy se publica la centésima columna de paleontología, de un paleontólogo reconocido en Brasil, Alexander Kellner”.

– ¿Esas columnas se pagan, o son voluntarias?

– Empezó en forma voluntaria, y después, como la situación fue mejorando, pagamos un valor  simbólico, pero es importante para mantener un compromiso. El año pasado todas se pagaron, y las columnas salieron perfectamente. Este año en que no hay pago, por problemas de presupuesto, dejamos de recibir algunas de las columnas. El pago fortalece el compromiso.

– ¿Qué otras secciones tienen?

– Tenemos un podcast (una pastilla de audio), son entrevistas de 15 minutos acerca de un tema específico. Pero quince minutos y un solo entrevistado es mucho. Por eso estamos pensando cómo hacer para que sea más interesante. El año pasado conseguimos un proyecto con la fundación de investigación, para la producción de videos de un tema de ciencia. Se hicieron siete videos de 4 minutos cada uno sobre un tema: cáncer, células madre.

– ¿De dónde obtienen la información?

– Las fuentes son variadas. Por ejemplo, esta semana la prefectura de Rio lanzó dos taxis eléctricos. Un reporter fue a la ceremonia y entrevistó al prefecto. Son autos de una empresa japonesa, y como no podemos hacer propaganda, hablamos con científicos para saber por qué nosotros no podemos producir un auto eléctrico con tecnología brasileña. Tiempo atrás, un instituto de Brasil lanzó un autobús eléctrico, pero las industrias no absorbieron esa tecnología. Entonces discutimos eso en la noticia. También recibimos press releases, pero ampliamos la noticia, entrando en contacto con los autores, y entrevistando a otros científicos del área. También vamos a eventos, conferencias, y conversamos con los científicos. Pero las asesorías de prensa en Brasil no funcionan muy bien, y no es fácil saber qué pasa si uno no está dentro de la universidad. Por eso interesante para nosotros la iniciativa de ustedes, en Exactas.

– ¿Los textos que ustedes escriben son revisados por los científicos?

– Si hacemos una noticia específica sobre un trabajo, tenemos el hábito de enviar el trabajo para que ellos lo lean antes de publicar, sólo para evitar errores. Pero es difícil porque cuando vuelven los textos, los científicos quieren meter la mano en todo: en los títulos, en sus declaraciones. Entonces tenemos que trabajar con cuidado, porque son nuestros aliados por un lado, pero no escribimos para que ellos sean felices, sino para el público. Es una negociación constante y delicada.

– ¿La última palabra la tenés vos?

– Sí. Si la noticia sale, y después algún científico hace una crítica, no saco el texto de la publicación. Si no les gusta algo, bueno, será considerado para el futuro.

– ¿Toman comentarios de lectores?

– Sí. Empezamos, en 2009. Le doy mucha importancia a esa interacción con el público. Hay temas que reciben pocos comentarios, pero otros, como evolución y religión, reciben muchos. Todos los comentarios son moderados por mí, los leo todos antes de publicar. Me lleva mucho tiempo. Y no los editamos, sólo excluímos aquellos que no tienen nada que ver con el tema en cuestión, o que son agresivos. El resto lo publicamos todo. Pero la mejor interacción se da en las redes sociales, en Facebook. Lo tenemos desde hace dos años y alcanzamos unos 34 mil seguidores.

– ¿Cuántos suscriptores en el sitio?

– Diez mil accesos por día. Sabemos que son muchos estudiantes, científicos, docentes. Usamos el Google Analytics para saber lo básico.

– ¿Cuántos colaboradores tienen en el sitio?

– En el sitio somos cinco, incluidos dos estudiantes, que son pasantes. Es una tradición la de formar gente en esta área. Pasan tres meses en cada sección. Tratamos de no aceptar trabajos de personas de las que no tenemos referencias, porque hacemos un trabajo muy específico. Y da mucho trabajo explicar y cambiar el texto si la persona no sabe lo que queremos, y no vale la pena.