“Nos obsesiona aplastar la curva de contagios”
Guillermo Durán coordina los diecisiete centros de monitoreo que funcionan en el interior de la Provincia de Buenos Aires para efectuar el rastreo y seguimiento de los contactos estrechos de personas con coronavirus. En diálogo con NEXciencia cuenta cómo funciona el Programa.
Es investigador del CONICET y dirige el Instituto de Cálculo (IC) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA (Exactas UBA). En mayo de 2020, por la pandemia de coronavirus, fue convocado a integrar el Comité de Asesores Científicos del gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Actualmente, coordina los diecisiete centros de monitoreo que funcionan en el interior de la provincia en el marco del Programa de Fortalecimiento de la Prevención y Seguimiento frente al COVID-19. “Todo mi trabajo es ad honorem”, aclara Guillermo Durán.
Un elemento central del Programa son los Centros de Telemedicina COVID Universitarios (CeTeC-U), que se dedican al rastreo y seguimiento telefónico de los contactos estrechos de personas con coronavirus. Se trata de call centers, situados en universidades, en los cuales alrededor de dos mil estudiantes y graduados -algunos voluntarios y otros becados- realizan, en conjunto, más de 10.000 llamadas diarias. Hoy, hay 18 CeTeC-U que cubren el AMBA y 17 CeTeC-U que hacen el seguimiento telefónico en el interior de la provincia. Los centros del conurbano dependen del Ministerio de Salud y los centros del interior dependen de Jefatura de Gabinete.
– ¿Cómo surge la idea de armar estos centros universitarios?
– En el IC veníamos trabajando desde marzo junto con el Instituto de Ciencias de la Computación en análisis cuantitativos vinculados a la pandemia. A partir de mayo, cuando me integro al Comité, firmamos un convenio de cooperación y colaboración para compartir datos y trabajar en conjunto entre la Facultad y la Provincia de Buenos Aires. A partir de eso, empezamos a ver cómo estaba funcionando la cuestión del rastreo, cómo se hacía el seguimiento de los casos de COVID. Nos asociamos también con Jorge Aliaga, ex decano de la Facultad, actualmente en la Universidad Nacional de Hurlingham, y armamos una propuesta para generar centros universitarios. En ese momento, la provincia estaba empezando a armar uno en La Plata. Lo que le planteamos al gobernador fue que era necesario generalizar esto a toda la provincia. Esto fue aceptado y se empezaron a hacer convenios con las universidades del conurbano para armar los CeTeC-U. En paralelo, nosotros armamos un centro universitario en Exactas que se integró a los del conurbano y que, desde julio, asiste a Vicente López; después incorporó a Tigre y a Exaltación de la Cruz. Hoy, el CeTeC-U de Exactas hace seguimiento de esos tres municipios. A mí me pidieron que me ponga a organizar estos centros en todo el interior de la provincia. Actualmente coordino 17 centros y estamos armando dos más: uno en Miramar y otro en Coronel Suárez.
– Hay 135 municipios en la Provincia de Buenos Aires y los CeTeC-U no llegan a 40…
– Estos centros asisten al municipio en el que están y en algunos casos a alguno cercano. Por ejemplo, el de Villa Gesell asiste a Gesell y a Mar Chiquita. Con eso no lográs cubrir todos los municipios de la Provincia de Buenos Aires pero cubrís buena parte, unos ochenta. Esto no quiere decir que los otros no están cubiertos, estos centros universitarios son un complemento a lo que ya hacían las secretarías de salud de los municipios. Donde no hay Centro Universitario asistiendo está la Secretaría de Salud. Obviamente, el Programa es más sólido donde están estos centros universitarios.
– El Programa se plantea como objetivo “detectar de manera rápida, eficiente y ágil los casos positivos de la enfermedad y realizar el seguimiento y acompañamiento de sus contactos estrechos”. Empecemos por la detección.
– Cada vez que una persona tiene síntomas o, por algún motivo, es sospechoso de COVID, se lo incorpora en el sistema informático que tiene la provincia y, en general, se lo manda a hisopar. A partir de ese momento, lo tenés como un caso sospechoso. Antes de tener la confirmación por el resultado del hisopado, que puede demorar, nosotros ya le pedimos a la persona que nos diga con quiénes estuvo en las últimas 48 horas para incorporarlos al sistema como contactos estrechos y a esos contactos estrechos los llamamos por teléfono a lo largo de catorce días para ver cómo están. Uno de los planteos que nosotros hicimos era que nos parecía incorrecto que los seguimientos se hicieran desde el caso confirmado. Nosotros decíamos que por la dinámica que tiene esta enfermedad eso hacía que llegaras tarde. A partir de que empezamos con este Programa pusimos como condición muy fuerte la de hacer el seguimiento desde el caso sospechoso.
– Después hay un seguimiento…
– Ese seguimiento es llamar al contacto estrecho por teléfono todos los días. Si tiene síntomas lo cambias de categoría y lo pasás a la de sospechoso. Lo que estamos intentando ahora es que al quinto día desde que vio por última vez a su caso base, por más que no tenga síntomas, a ese contacto estrecho se lo testee. ¿Por qué? Porque hay mucho caso asintomático. Y la persona que no tiene síntomas es difícil que cumpla con el aislamiento. Entonces, está bueno detectar esos contactos estrechos asintomáticos positivos, y saber que son positivos. Por un lado, porque es más fácil que la persona se aísle si le sale el positivo y, por otro lado, porque le pedís también sus contactos estrechos y podés avanzar un eslabón más en el árbol de contagios. Estamos haciendo fuerza para que esto se implemente. Trenque Lauquen lo está haciendo, es nuestro “caso estrella”: ahí destinaron un laboratorio para esta tarea y utilizan NEOKIT, el kit del CONICET, para los testeos de asintomáticos. Están detectando alrededor de un 20% de positivos entre los contactos estrechos asintomáticos. Vicente López está yendo a un modelo parecido, está armando un laboratorio propio de NEOKIT también. En la zona de Bahía Blanca también se está trabajando en la misma línea. Pero todavía no está generalizado en toda la provincia como nos gustaría.
-¿En qué consiste el acompañamiento?
– El acompañamiento es un llamado que se hace a la persona aislada por si necesita algo: si le hace falta algún medicamento, o alimento o tiene cualquier otra necesidad imperiosa que no puede resolver porque está aislada. Todo eso se registra y se comunica al municipio correspondiente. Para ese tipo de tareas hay una columna especial en el sistema, en la que se incorpora la necesidad y se comunica día a día al municipio para que resuelva esas cuestiones. Toda esa información se centraliza en un sistema provincial, que se llama Asistencia COVID, que es un sistema informático que se sigue desde cualquier lado. Es un sistema que diseñó el Ministerio de Salud de la Provincia, al cual tienen acceso todos los efectores de salud.
– ¿Qué otra acción hacés desde el Programa?
– Otra de las cosas que le planteamos al gobernador, allá por julio, fue que las políticas de testeo estaban muy orientadas hacia el caso sintomático y no estaban orientadas a prevenir la aparición de focos. Una de las cosas que se desarrollaron en Exactas es el pool testing, que hace el grupo de Roberto Echenique en colaboración con el grupo de Daniela Hozbor de la Universidad Nacional de La Plata. Esa técnica te permite hacer lo que nosotros llamamos «vigilancia activa», prevención de foco: te permite ir a lugares que te parece que es esencial que sean seguidos, donde no tenés una gran positividad pero si te aparece un caso podría ser complicado o peligroso. Por ejemplo, un geriátrico. Nuestro planteo era que la vigilancia estaba poco expandida en la Provincia de Buenos Aires. En su momento, se nos decía que esto pasaba porque no daban abasto con los testeos que había que hacer sobre los casos sintomáticos. Nuestra respuesta a eso fue “generemos laboratorios que sean exclusivos para vigilancia”. Eso tuvo el apoyo del gobernador y del jefe de Gabinete, Carlos Bianco, y además vinculamos a la Fundación Fundar de Sebastián Ceria. Los convencimos de que estaba bueno invertir plata en gestar nuevos laboratorios. Entonces, lo que se acordó es que se iban a hacer tres laboratorios nuevos: uno en la Universidad Nacional de Quilmes, uno en la Universidad Nacional de Hurlingham y uno en la Universidad Nacional de Mar del Plata. El de Hurlingham ya está funcionando a full, el de Quilmes está empezando y el de Mar del Plata debería empezar la semana que viene. Esos laboratorios hacen vigilancia de sectores que definen los municipios de la zona. Por ejemplo, en el caso de Hurlingham, están haciendo vigilancia de Hurlingham, Morón, Marcos Paz e Ituzaingó. ¿Cómo funciona? Te reunís con las autoridades de salud de Ituzaingó y les preguntás qué quieren controlar. Entonces, por ejemplo, te dicen “geriátricos”. Otro municipio te dice “yo quiero vigilar empleados públicos”; Marcos Paz te dice “quiero vigilar mi frigorífico porque si se esparce el virus me hace un desastre”.
– ¿Qué esperás de este trabajo que estás coordinando?
– Que ayude a enfrentar mejor la pandemia. Soy bastante crítico, en general, de cómo la Argentina ha trabajado la pandemia. Creo que hay algunas cosas que se han hecho bien, como el fortalecimiento del sistema sanitario, y muchas otras que se han hecho mal, por ejemplo no apostar fuertemente al aplastamiento de la curva de contagios. Nos obsesiona aplastar la curva. Varias de estas acciones que estamos haciendo en la provincia tienen que ver con eso: apostar fuertemente al aplastamiento de la curva. Tendrían que haber sido acciones mucho más generalizadas, mucho más a tiempo y mucho más expandidas en todo el país. En ese sentido, yo soy, de alguna forma, bastante crítico. No me gusta quedarme con la crítica y por lo tanto trato de aportar lo mío para ir en la línea en la que creo que tendría que haber ido todo el país y que, en líneas generales, no ha ido.